martes, 31 de marzo de 2009

Un puertorriqueño dijo que aunque él vivía en una colonia, en su país había libertad de expresión y pidió que dejaran abierto el micro las 24 horas.

Un americano: Yo no hablar español pero: ¡viva la cambia!
Con una jaba negra en la cabeza Reinaldo Escobar fue por la segunda: Yo creo que esto debería estar prohibido.
Hamlet Labastida, artista plástico, pidió democracia y que subiera uno de ellos, al menos uno.
Ciro Díaz iba a cantar "El Comandante", pero el tiempo se había terminado y no los muchachos vestidos de militares, sino un sonidista hosco caminó y le gritó: ¡Se acabó!, mientras daba órdenes a sus espaldas: ¡Desconecta ya!
Una buena cantidad de público se quedó gritando: ¡Ciro, Ciro, Ciro!, como si fuera un concierto de Porno Para Ricardo y pidiesen otra canción.
La brigada de respuesta rápida estuvo pobre, sólo con dos personas, y supongo que se hayan sentido extraños, en franca minoría y sin el poder en el estrado: una experiencia completamente nueva para ellos.