lunes, 22 de abril de 2013

VIVA CRISTO REY

Tommy, voy a gritar un ¡Viva Cristo Rey, Viva Cuba Libre!”


Testimonios de hace 50 años!” (17 de abril de 1961 en La Habana).

El sol se ponía cuando salimos del juicio. Luis Fernández-Caubí fue el único abogado que se atrevió a defender nuestra causa. El juicio demoró sólo 20 minutos; lo interrumpió varias veces el ruido de los tanques de guerra destacados en La Cabaña corriendo hacia Playa Girón: era el 17 de abril de 1961.

Cuando iban a fusilar, dejaban solamente en capilla a los condenados a muerte. El único que sabíamos que ya estaba allí era Carlos Rodríguez Cabo. A su compañero de causa, Efrén Rodríguez López, le pidieron 30 años. Lo habíamos dejado en la galera y cuando vino a despedirse de nosotros, muy apenado, dijo: “Miren, perdonen que les pida esto, pero seguro que ustedes no regresan. Salúdenme a Carlitos allá”. No pudo seguir hablando. Nos abrazó llorando.

Caminando esposados cruzamos el puente levadizo. Abajo, en el foso, un palo solitario se alzaba delante de unos sacos de arena. Virgilio Campanería Angel y yo íbamos esposados juntos. Alberto Tapia Ruano venía solo.

Al llegar a la prisión, desde el patio al otro lado del rastrillo, muchos compañeros nos saludaron en silencio. Nos pasaron a través de una galera donde dormían los guardias, hasta llegar a la capilla (galera interior dividida en cuatro celdas con un pasillo central).

Continuamos caminando por un largo pasillo. Cuatro guardias nos escoltaban. Atravesamos tres rejas con gruesos candados. Al entrar en la capilla, desde una de las celdas, la voz de Efrén, fuerte y decidida, nos saludó: “Parece que me quieren tronar (fusilar) también. Me elevaron la condena de 30 a paredón. Además, Carlitos estaba muy solo y no podía abandonarlo”, agregó riendo Efrén. Compartimos la información que teníamos del desembarco por Playa Girón que apoyaría el movimiento clandestino. Efrén y Carlitos eran de Rescate Revolucionario; Virgilio, Alberto y yo del Directorio Revolucionario Estudiantil. Nos metieron en una celda iluminada por una lámpara de luz fría con dos literas sin colchón y un hueco en el piso que servía de inodoro.

Al poco rato trajeron a Lázaro Reyes Benítez y a Filiberto Rodríguez Ravelo, ambos de Güines. Filiberto se había ganado el apoyo de “el marciano” ya que desde que llegó a La Cabaña insistía en que él era un extraterrestre y que estaba en contacto permanente con los marcianos.

Después llegó José Calderín, quien junto a Lázaro y a Filiberto fueron a otra celda. Por último, Carlos Calvo Martínez; al igual que Virgilio y Tapita tenía 21 años. Lo acusaron de poner la bomba de El Encanto. Lo metieron en nuestra celda.

Ya estábamos todos. Un guardia trajo las sentencias. A mí me conmutaron la pena de muerte por 30 años de prisión “porque esta gente no va a fusilar a un menor de edad”, me explicaron todos. Ya no pude seguir compartiendo los cantos y los chistes de los demás. Me convertí en el depositario de sus recuerdos, el enlace con la vida. Yo sería el testigo de su sacrificio. Pasaron horas. No sé, ahí no existe el tiempo. Rezamos el rosario, todos teníamos rosarios.

Por fin las tres cerraduras crujieron y pasos de botas resonaron en la capilla. El sargento Moreno llamó el primer nombre: “Carlos Rodríguez Cabo”. “Presente”, gritó con voz firme. Dos guardias con fusiles lo escoltaron hasta la puerta de nuestra celda. Nos abrazamos a través de los barrotes. Me encomendó a su hija, le dejaba su sortija y dijo: “ánimo, que tengas suerte”.

Al rato el sonido de los fusiles FAL llenó la capilla, seguido de un tiro de pistola. “El sargento Moreno es el que da los tiros de gracia”, me habían dicho.

Las tres cerraduras se abrieron otra vez, ahora para Efrén. Respondio: “Presente”.Me abrazó entre las rejas, le dejaba su fosforera a la esposa

Los FAL sonaron cerca, seguidos de un tiro de gracia.

El tercero fue Virgilio. En el último abrazo me dijo: “Tommy, voy a gritar un Viva Cristo Rey, Viva Cuba Libre, Viva el Directorio, que le va a traquetear los cojones. Alberto (Tapita) se abrazó a mí: “Ojalá que yo vaya después”. Abrazados escuchamos a Virgilio cumpliendo su promesa, sonaron los FAL y después tres tiros de gracia.

“Alberto Tapia Ruano”, llamó Moreno. “La Virgencita me oyó”, dijo Tapita con alegría. Salió rápido. Quedamos Carlos Calvo y yo en la celda.

“¿Crees que Tapita contó los tiros de gracia de Virgilio?… Fueron tres. De todas maneras él lo va a ver en el suelo, no hay tiempo de quitar los cuerpos entre uno y otro…”, dijo.

El cuarto fue Filiberto, quien, reconociendo su broma, me confesó: “Ya ni los marcianos pueden salvarme del trueno (paredón)”. Salió cantando el Himno Nacional. Le dieron dos tiros de gracia.

“Lázaro Reyes Benítez”. “Presente”. Me abrazó y salió. “José Calderín”. “Presente”. El penúltimo abrazo y salió.

Carlitos Calvo fue el último. Ya yo conocía toda su vida. Antes de que abrieran las rejas, me pidió: “Cuenta mis tiros de gracia y me lo dices allá arriba”.

Fueron ocho en La Cabaña, hace 50 años.

TOMÁS FERNÁNDEZ-TRAVIESO, ex miembro del Directorio Revolucionario Estudiantil, fue condenado a 30 años de prisión por el régimen castrista de Cuba. La publicación en Miami de su obra teatral “Prometeo Desencadenado” le ocasionó una condena adicional. Cumplió 19 años de prisión. Actualmente reside en Miami. Recién publicó la novela, “El Silencio del Ayer”.-



jueves, 4 de abril de 2013

EL CARIBE DONDE MAS PRESOS HAY EN EL MUNDO

La publicación digital Esglobal, que cubre temas de política y economía, relaciones internacionales, cultura y sociedad, y que asegura siempre estar buscando puntos de vista originales, diferentes y plurales, acaba de dar a conocer una lista donde se registra la situación de las cárceles en diferentes países del mundo.

Según el periodista Lino González, “la situación de las cárceles en un país suele reflejar las virtudes y, demasiado a menudo, los defectos del Estado que las gestiona y de su sistema de justicia. Son muchas las variables que se pueden utilizar para describir la salud de un sistema penitenciario. En la siguiente lista nos centramos, principalmente, en dos de ellas: la población total de reclusos con la que cuenta un país y el número de presos por cada cien mil habitantes. Los problemas de un sistema penitenciaria son, en la mayoría de los casos, el reflejo de los problemas que tiene esa sociedad: desigualdad social, falta de libertades y, sobre todo, un sistema de justicia penal con muchos aspectos cuando menos cuestionables”.

La lista de Esglobal abre con una nota sobre Estados Unidos, donde la publicación digital estima que existen 730 reclusos por cada 100.000 habitantes, es decir, 2,3 millones de reclusos.

“Con algo más del 4% de la población global, Estados Unidos cuenta con un 25% de los presos del mundo. Encabeza con diferencia tanto la clasificación de países con más población penitenciaria como la clasificación de Estados con más reclusos por cada cien mil habitantes, uno de los parámetros comparativos más utilizados.

China, con un número de habitantes cuatro veces superior al de EEUU, cuenta con 1,6 millones de reclusos. La población penitenciaria en Estados Unidos se ha doblado en los últimos 15 años. Si nos retrotraemos a 1980, la cifras muestran que el número de reclusos se ha cuadriplicado desde entonces”.

“Entre los 25 primeros puestos de la clasificación de países con más presos por cada 100.000 habitantes encontramos 12 islas de las Antillas. San Cristóbal y Nieves –que mantiene la pena de muerte en su legislación– ocupa el segundo lugar mundial tras Estados Unidos, con 649 presos por cada 100 habitantes. En el puesto 24 se sitúa Dominica, con 356 presos por cada 100 habitantes. En la lista se incluyen también las Islas Vírgenes (británicas y estadounidenses), Anguilla, Bermudas, Granada, San Vicente y las Granadinas, las Islas Caimán, Barbados, Bahamas y Saint Marteen”.

Esglobal ubica a Cuba como el sexto país con la tasa más alta del mundo, unos 510 presos por cada 100.000 habitantes. En las cárceles cubanas se han detectado, según organizaciones como el Comité para la Tortura de Naciones Unidas, varias deficiencias: maltrato a algunos presos, muertes de presos no aclaradas, altas tasas de ocupación carcelaria por metro cuadrado o falta de garantías de algunos detenidos. También se han denunciado las detenciones temporales y los procesos por motivos políticos.

Rusia es el tercer país del mundo con más presos, unos 700.000, y le sigue a Cuba en el séptimo puesto en presos por cada 100.000 habitantes, con unos 490.

Un país que no escapa a la lista de Esglobal es Israel. Se calcula que unos 4.500 palestinos se encuentran recluidos en prisiones israelíes.

Otros países examinados fueron Corea del Norte, donde se calcula que hay entre 150.000 y 200.000 prisioneros; Georgia, con unos 473 prisioneros por cada cien 100 habitantes, noveno puesto mundial en esta clasificación; Bielorrusia, que mantiene unos 438 presos por cada 100.000 habitantes; Ruanda, con 527 presos por cada 100.000; El Salvador, con las cárceles al 253% de su capacidad; Venezuela, cuyas prisiones rondan el 270% de su capacidad de internamiento; y México, donde su capacidad carcelaria es superada en un 124%.

lunes, 1 de abril de 2013

The Washington Post: El valor y los principios de Paya

El diario The Washington Post publica un editorial indagando por el futuro de una investigación sobre la muerte de Oswaldo Payá y Harold Cepero.

El diario capitalino The Washington Post publica un editorial sobre la muerte del opositor cubano Oswaldo Payá donde se pregunta que había en una simple petición (Proyecta Varela) que tanto miedo le dio a Fidel Castro.

El rotativo recuerda que la constitución de Cuba establece que una ley puede ser propuesta por los ciudadanos si reúne 10.000 firma o más y Oswaldo Payá logro 11.020 firmas en mayo de 2002. El Proyecto Varela, que reunió esas firmas, era, según Payá "un movimiento ciudadano por el cambio pacífico", exigiendo garantías de la libertad política en Cuba.

The Washington Post relata como Castro organizó la represión durante la Primavera Negro en 2003, donde fueron detenidos 75 opositores, muchos de ellos amistades de Oswaldo Payá.

El Proyecto Varela es un documento lógico y elegante, pero que amenazó profundamente al régimen de Castro. En primer lugar, dice el diario, la petición exigió garantías de la libertad de expresión y de asociación, la amnistía para los presos políticos y la autorización de empresas privadas. Por último, la petición convocó a elecciones competitivas y los candidatos elegidos directamente por el voto popular, rompiendo el control del estado por parte del monopolio partidista.

Castro enmudecido el Proyecto Varela, dice The Washington Post, aunque “las metas eternas de la petición son todavía relevantes en la búsqueda de la verdad sobre la muerte del señor Payá y activista Harold Cepero” e insisten en que “Payá golpeó donde el régimen es más vulnerable: en su legitimidad para gobernar desde arriba”.

Y precisamente por eso, aunque no encarcelado, el señor Payá había sido objeto de amenazas de muerte durante tanto tiempo, afirma el diario.

Afirma el diario que “las extrañas circunstancias de la muerte de Payá y Cepero exigen una investigación que no esté contaminado por las autoridades cubanas. Esa investigación debe abordar preguntas serias acerca de si el coche en el que los hombres viajaban fue embestido por detrás por un vehículo con placas del gobierno, como el conductor del coche, Ángel Carromero”.

Recuerda que 10 senadores estadounidense han pedido esa investigación, como desea la familia de Payá, y así hizo también el Departamento de Estado, mediante su portavoz Victoria Nuland: "El pueblo de Cuba y las familias de estos dos activistas merecen una contabilidad clara y creíble de los hechos que dieron lugar a las muertes trágicas." Por lo que The Washington Post concluye con una interrogante: ¿Quién va a tener el valor y los principios de Payá y conducir una investigación para extraer la verdad de Cuba?