martes, 31 de julio de 2012

EL CASTRISMO NO ES CUBANO

Este artículo de Manuel Cuesta Morúa fue publicado originalmente en el blog Posracialidad.
julio 30, 2012

¿Qué es el castrismo cultural? El castrismo cultural lo defino como la matriz de rasgos de comportamiento, mentalidad, visión y estilos de vida que, conectados con su origen en la Galicia rural, entra como uno de los torrentes formativos de la nacionalidad cubana, se reestructura con elementos de la tradición hispánica medieval y se petrifica, sin fluir, en medio del proceso mismo de formación de nuestra nacionalidad.

La historiografía cubana es vasta en todos los campos tradicionales del quehacer y pensar históricos. Sus debilidades están centradas, sin embargo, en la historia social, en la historia de las mentalidades y en los estudios culturales. Esto no es casual. Dado el peso que tuvo en Cuba la tradición estatista en el flujo social y cultural, a diferencia de otros lugares, la nación y la nacionalidad han sido miradas siempre desde los puntos de vista de la guerra, la política y el Estado. También desde la economía. No obstante, la idea de que sin azúcar no había país refleja más bien la visión de una clase que sabía que su poder de inserción mundial dependía de la economía, que la de una visión y una conciencia de lo que podía ser la nación.



Esta se intenta construir desde la política y desde el Estado, a ratos desde la estética poética, en contraposición estructural con el país de la economía. Pero el elemento fundamental desde el cual se estructura una nación: el elemento cultural, nunca ha sido objeto de análisis de rango. En ese sentido la historiografía cubana ha seguido el curso de la narrativa del poder y no se ha proyectado a una imaginación estratégica sobre la nación. Algo que no puede hacerse descontando los valores culturales. Como se sabe hoy con mayor claridad, y como lo demuestra la existencia misma del castrismo, la cultura es lo que importa en términos de qué pautas estructuran una sociedad.



Sin embargo, si es cierto que sin economía no hay país, es más exacto todavía el axioma de que sin cultura compartida no hay nación. Entendiendo, claro está, que país y nación no son la misma cosa. Y el castrismo cultural es exactamente la hegemonía de uno de los torrentes culturales de la nación, no precisamente el más actualizado ni dinámico, pero sí el más agresivo, sobre el resto de los torrentes o componentes que venían dando entidad a la nacionalidad cultural de Cuba. Diría más: el castrismo cultural —como resumen de una tradición— estaba a punto de diluirse justo en el momento en el que logra detener ese difícil proceso de conformación de la Cuba cultural. La síntesis de ese proceso en el ámbito literario la expresaba muy bien Virgilio Piñera. Pero el triunfo del castrismo cultural tiene su correlato, a pesar de las contradicciones, en el triunfo de otro movimiento literario: el origenismo ―con su preeminencia católica―, en la versión “revolucionaria” de Cintio Vitier.



En la década del 50 del siglo pasado, cuando este proceso de la nación cultural está a punto de cuajar, e incluso cuando ya la burguesía cubana se da cuenta que es importante ser nacionalista, aparece con fuerza hegemónica el castrismo cultural: la versión menos cubana de la hispanidad gallega.

De hecho y en rigor antropológico, el castrismo no es cubano. Quien lee detenidamente el libro Todo el tiempo de los cedros, esa mezcla de hagiografía y patrística sobre Fidel Castro escrita por la periodista cubana Katiuska Blanco, tendrá la excelente ocasión de analizar un típico texto de antropología involuntaria. Lancara, la unidad territorial de la Galicia interior que da inicio a la saga, está más cercana a ciertos espacios de Birán en el oriente cubano, de lo que podría estar Birán de Santiago de Cuba en términos culturales.

Ciertamente haber nacido en Cuba en la década del 20 del siglo pasado, y haberse formado en los contextos culturales propios de los años 30 y 40 no garantiza la nacionalidad cubana entendida como cultura. Sin duda alguna se es francés o alemán si se nace en la misma época en los respectivos países, pero no se es cubano necesariamente —reitero: entendida la cubanidad como cultura— si se nace en Cuba en 1926. El flujo de inmigración a Cuba de la época retarda el proceso endógeno de cimentación cultural y pasma abruptamente el ajiaco del que mucho escribió el etnólogo cubano Fernando Ortiz.
De modo que el castrismo cultural triunfa en 1959 y tiene que hacerlo de manera hegemónica y arrolladora para sobrevivir. Y su hegemonía provoca un desplazamiento histórico sin precedentes en el núcleo cultural diverso sobre el que Cuba viene conformando trabajosamente su nacionalidad.
¿Cuáles son los rasgos del castrismo cultural? Sin orden de importancia voy a resumir los que me parecen fundamentales, en contraste con el proceso de formación de la nación cubana. Estos rasgos, algunos simbólicos, otros estructurales, merecen un estudio más exhaustivo. De modo que lo que aquí expondré debe pasar por el tamiz de un mayor rigor sociológico, antropológico y de teoría de los símbolos.
Empiezo por la concepción burocrático-militar del Estado y su concepto y conducta marciales. Esto es típicamente hispánico y se conecta con la idea de imperio y dominio que el castrismo cultural introduce en la idea y realidad de Cuba. Los orígenes guerreros del modelo, contrario a los orígenes cívicos del proyecto de nación, para el cual la guerra es una imposición de la realidad, no parte del rito fundacional, facilitan este desarrollo. Pero la cultura política cubana tiende, por su origen fundacional y su permanente definición contra la España imperial, al republicanismo, al ciudadano y a lo cívico. El militarismo es una consecuencia de la prolongada guerra por la independencia, pero no entra en la concepción de ninguno de los que idearon la noción de una Cuba que rompe su cordón umbilical. La facilidad con la que se disuelve el ejército en 1901 es algo más que una ingenuidad política: da la medida exacta de que el modelo burocrático-militar es ajeno al proyecto de nación, aunque no extraño en Cuba.

Otro rasgo es el de la visión rentista del Estado y de la sociedad. Desde Félix Varela hasta 1959, la crítica esencial a los sectores pudientes en Cuba tiene que ver con su afán productivista y economicista. La mentalidad misma de que sin azúcar no había país es un reflejo de que Cuba estaba siendo pensada y concebida como una unidad económica de primer orden, lo que se alimenta de, y determina los rasgos pragmáticos de la cultura, la flexibilidad como paradigma del comportamiento, el sentido de independencia social y la capacidad de contraste con su propia realidad —la corrupción en Cuba hoy tiene mucho que ver con la tensión entre la estructura represiva del Estado y esa planta flexible del modelo cultural. El hecho de parasitar unidades económicas externas, —la ex Unión Soviética, China, Venezuela, los Estados Unidos, etc.— tal como hizo la España imperial con sus colonias, fomentando así una mentalidad insegura y dependiente, es también ajena al núcleo cultural de Cuba.

Un tercer rasgo es el de la estrechez en la visión del mundo. En esto tiene mucho que ver la educación jesuítica de la época, una educación de elite y desconectada de la diversidad de componentes de la Cuba cultural, pero más con la estrechez de mundo del espacio rural infinito, poco poblado y sin confines claros. Se ha dicho y se dice que el castrismo es intolerante. Puede ser verdad como frase tópica, pero bien visto, estamos frente a algo anterior a la naturaleza de la intolerancia. La intolerancia aparece cuando se convive con otros mundos que no admitimos, no se asimilan y se rechazan.

En cierto sentido el intolerante sabe que aquellos existen pero no los reconoce. Pero el castrismo cultural es la creencia de que no existen esos otros mundos porque no los concibe. Esto es algo más primario y de algún modo peor que la intolerancia. Condiciona por tanto la actitud de negación de otros horizontes como corresponde a sus orígenes típicamente rurales. Y esto explica muy bien la violencia administrativa, pública y racionalizada que el castrismo cultural despliega contra las ideas pacíficamente expresadas. Ya esto no es cubano. En la Cuba cultural la pluralidad de ideas puede generar intolerancia, distanciamiento y choteo pero no visión estrecha del mundo.

El cuarto de los rasgos es el antinacionalismo. Dicho a estas alturas resultará raro y escandaloso pero el castrismo es antinorteamericanismo, no nacionalismo. En este sentido es muy cierto que en alguna medida Fidel Castro Ruz es el último español decimonónico de la Cuba cultural y política, pasado por la escuela jesuita, la de la Civilta Cattolica, que enseñaba que los hombres elegidos despliegan su misión en el mundo, no atados a valores estrictamente nacionales.

Como el último español, Fidel Castro niega a José Martí en dos puntos esenciales: el republicanismo cívico y el rechazo a los militares. Lo aprovecha bien, no obstante, y exagerándolo, en la vena crítica de Martí hacia el expansionismo norteamericano y en la apropiación romántica que este último hace del concepto total y abstracto de humanidad como plataforma para la acción política. Hasta aquí. La conclusión lógica de todo nacionalismo, la que le da contenido positivo una vez que se define frente a potencias externas, nada tiene que ver con el castrismo cultural. Y esta conclusión lógica es la exaltación y defensa de los nacionales, independientemente de sus diferencias, por encima de cualquier otro sujeto externo. Los nacionalismos tienen algo de mala literatura justamente porque ponen la propia etnia por encima de otras etnias políticas. Todo nacionalista auténtico se acerca para decirnos: yo y lo mío primeros.
El castrismo cultural es la corrección disminuida de cualquier vena nacionalista por defecto. No equilibra el nacionalismo a través del concepto total de humanidad, en cuyo caso extranjeros y cubanos seríamos iguales en Cuba y frente al poder, sino que desciende lo cubano y a los cubanos a una escala inferior, gestionando la nación en tres direcciones: la de dominio sobre los seres humanos posibles: los cubanos, la de imperio desde el centro territorial posible: Cuba, y la de imagen “perfecta” frente a toda la humanidad. Esta última dirección explica por qué el castrismo se desvive por satisfacer a los extranjeros en detrimento de los cubanos y por qué priva a los nacionales hasta de lo más elemental para preservar su imagen y compromiso con los de afuera. Y es verdad que muchos cubanos se sienten a gusto con esta distorsión. Pero el nacionalista no hace esperar a los suyos, por el contrario, siempre hace esperar a los demás, y en los peores casos les hace sufrir para contentar a su propia gente.

El nacionalismo nunca permitiría entender, entre otras cosas, los misiles rusos, el tipo de gestión a la crisis de estos misiles en 1962, las tempranas guerrillas en América Latina, Asia, Medio Oriente y África, las campañas militares en este último continente, la pleitesía rendida a otro país en la primera versión de la Carta Magna revolucionaria (1976), el turismo para extranjeros, las dos monedas, la gestión capitalista externa que conforma y estructura una clase media alta residente, formada solo por extranjeros; los dos sistemas de salud y de educación; las donaciones, de lo que se recibe precisamente como donación, a los ciudadanos de otros países en detrimento de los suyos; la tolerancia del uso de la bandera para acompañar otros símbolos que nada tienen que ver con la formación de la nacionalidad, como es el caso de Ernesto Guevara de la Serna, o para satisfacer las banalidades aparentemente iconoclastas del reguetón; mucho menos la idea-traición que alguna vez se puso en marcha de unir Cuba a un proceso político externo, representado por el chavismo. Tampoco, la preeminencia de la voz de los extranjeros por encima de la voz de los nacionales. Ahora bien, esto sí se puede entender desde los dos conceptos básicos que estructuran el castrismo cultural: el dominio y el imperio. El hecho de que la estructura burocrático-militar cubana esté copando las instancias de poder en Venezuela es un ejemplo claro de esta vieja idea de imperio que no descansa.

El antinorteamericanismo, que les ha parecido a muchos un nacionalismo, corresponde a esta doble lógica cultural: el odio imperial a los Estados Unidos, heredado de la vieja España, y la actualización del concepto de imperio desde la última de sus colonias: Cuba. La conexión cultural es indiscutible y permite entender lo que de otro modo parecería ridículo: Cuba estableciendo un pulso mundial con los Estados Unidos en otras tierras del mundo. Esto no tiene ni tradición ni antecedentes en el proyecto de Cuba como nación. Sí en la España del imperio.



Este artículo de Manuel Cuesta Morúa fue publicado originalmente en el blog

viernes, 27 de julio de 2012

COMO RETRATO DE TIGRE ALZADO EN TRINO

RECIBE, OSWALDO PAYÁ SARDIÑAS, ESTA TEXTURA SUYA, MÍA Y DE TODOS DESDE SU ROMA CRISTIANA,

QUE NO VENDE CORAZÓN
 NI EMPEÑA ALMA…
SEÑOR: ES HORA. LARGO FUE EL VERANO.
PON TU SOMBRA EN LOS RELOJES SOLARES,
Y SUELTA LOS VIENTOS POR LAS LLANURAS.

-RAINER MARÍA RILKE-

Guárdame Dios de las historias que escribo de día.
De los almuerzos que no hago en la noche.
De los versos que rezo con el cristal de ésta isla.
Y perdóneme cuando blasfemo
porque no duermo sobre el pan nuestro sin cada día.
Y no indulte, Padre, a quien robó la escalera del celador de nuestro Cristo Moderno.
La historia de los pájaros rotos ya no nos asusta.
Me asusta a mí el Quijote.
Que hecho de barba,
aún nos injuria
en su carcoma de secreto silencio.
Pero suyos son mis pinceles y paletas.
Como mío es su aroma de panfleto.
Varela lo dijo cierta vez en la seda de mi almohada:
¡Un hombre bueno llega a la tierra a leer, no a morir!
¡Y vale tanto como sus presientes!
¡Vale tanto como los ojos que hoy lo rezan!
Aquí queda, solo entonces como pretérito, las astillas
Que quisieron quemarle su insistencia.
Que quisieron quemarle la pupila de su adiós.
Que quisieron quemarle la alameda de su himno.
Nadie llega ahora de su amante lugar solo.
Varela lo impide en el alcanfor de la ya foto expuesta de su sala.
Como lo impide con el olor varón de su verano.
Duda testar,
que no solo yo quiero su retrato de tigre
alzado en trino.
Las mujeres nos recitamos mojadas por sus cadenas blancas en Jesús.
Nos alabamos hasta en su gloria
de gladiolos desbordados en blanco.
Y cúbrenos, Padre en el ahora mismo, de la acérrima calle
donde se queda por el aceite desatado de los incautos.
Donde la loción por los besos de libélulas se delira asoleada.
Sin goce de ruta sobre sus labios.
Y que como galopines de ratas
El fuego se haga viruta
El tiempo se haga olfato…
Pero que el hijo de Dios se haga historia con su historia.
Rodando sobre sus muchachas ya quedarán sus versos de Cavafis.
El Padre Nuestro de Dios.
El sálvame Dios mío de Varela.
La rúbrica de la batuta de bandera.
Pero, guárdame a mí Dios mío.
Que tu lengua y tu escritura yo proclamo,
Para que hoy esta alma de mercurio nos salve ya
como aroma de cuerpo con el bebedizo mágico
de su Salmo 23 Cubano:
El Señor es mi Pastor,
Nada me falta.
El vino que trajo el alba no padece de azucena en muerte.
En verdes prados queda
La tierra de raíz
El romero de tus iniciales
El año feliz donde triunfas.
Adonde brota agua fresca
Vuelvo el rostro y me conduce
Y no hay tragedia de odio en su camisa azul.
Y aunque pase por quebradas muy oscuras
El miedo al sol despierto ya no nos enluta el alma.
Lastrada de águilas hasta todos sube el silencio de la hierba.
No temo ningún mal. No tememos ningún mal.
Porque tú estás con nosotros y conmigo.
Tus horas de sigilo nos aguardan
En el aire polinizado de tu bufanda de pastor que nunca muere.
Y si nos sirven a la mesa frente a los adversarios
La daga del Dios bueno siempre se hundirá con sus zarcillos.
Más allá de nuestra isla y en nuestra isla nadie dirá el adiós
A tu generación de neumáticos mal paridos.
Porque aún queda la libélula melancólica y amarilla recorriendo tus autopistas de rezos en reflejos.
Con aceite, no lo olvides, Señor.
Nunca lo olvides,
perfúmale su cabeza y su amor.
Y guárdalo a Él, como nos guardas de la historia
que no se almuerza en esta noche.
Ahora y siempre andaremos duendeando
Tras el ladrón que quiso llevarse la libertad de nuestras propias quimeras.
Porque aquí, solo en la casa de Dios, queda demostrado:
La Verdad, el Amor y la Vida.
Amén.

CUBA. VILLA CLARA.
-25-JULIO del 2012.

jueves, 26 de julio de 2012

LA IGLESIAS PIDE LEGALIZAR EL DERECHO DE ASOCIACION

La revista católica cubana "Espacio Laical" llamó en un editorial a dejar de obstruir y deslegitimar las "nuevas maneras de asociacionismo civil" que están surgiendo en la isla.

Según el documento, titulado "Trabajar por Cuba: derecho de todos", han surgido muchos intelectuales y proyectos que han tejido una novedosa red de actores y perspectivas capaz de convertirse en el embrión de una renovada sociedad civil.

La revista recuerda que, hasta ahora, las asociaciones cubanas se han organizado desde arriba y como correa de transmisión entre el Partido Comunista y el pueblo", mientras que los nuevos proyectos, sin ser hostiles al Estado, se consideran autónomos y se estructuran de abajo hacia arriba.

Agrega el editorial que estos proyectos, privados de acceso a los medios y que -dice- están liderados por "buenos cubanos" que "solo desean el bien" del país, no pueden acceder a medios para relacionarse con la ciudadanía, y preocupan a algunos que, "lejos de promover esta nueva realidad, intentan deslegitimarla, porque la consideran rara y peligrosa".

"Llamamos a abdicar de las diatribas, la descalificación y el descrédito contra los proyectos emergentes y sus líderes", exhorta Espacio Laical, y añade que el desafío de las autoridades no está en obstaculizar su desarrollo, sino en cincelar el marco jurídico, civil y político de la esfera pública para que estos intelectuales y grupos puedan crecer.

PAYA; MAS QUE UN DISIDENTE

EDITORIAL EL PAÍS, ESPAÑA, SOBRE LA MUERTE DE OSWALDO PAYÁ SARDIÑAS EN CUBA:


La muerte de Oswaldo Payá es un varapalo a las esperanzas de democratización de Cuba

La muerte del disidente cubano Oswaldo Payá en un accidente de tráfico aún por aclarar satisfactoriamente, supone un duro revés para el futuro democrático de Cuba. El perfil político del dirigente opositor democristiano, en otros momentos de gran relevancia, era menos acusado en los últimos tiempos, pero Payá, un ingeniero de 60 años y profundas convicciones pacifistas, gozaba del respeto de una disidencia fragmentada, como se ha puesto de manifiesto en sus funerales. Su lucha de muchos años contra la dictadura castrista había alcanzado también el reconocimiento internacional, plasmado en 2002 en el Premio Sájarov del Parlamento Europeo.

Tras décadas de implacable represión, la oposición cubana no está sobrada de adalides. Su otra figura carismática, Laura Pollán, fundadora de las Damas de Blanco, falleció el año pasado. Un buen puñado de luchadores veteranos, pertenecientes a grupos diferentes y detenidos en la brutal primavera negra de 2003, eligieron el exilio en España o Miami tras ser excarcelados en 2010. Tanto los que permanecen en la isla como los de fuera esperaban de Payá, de su capacidad para limar discrepancias y de su mentalidad de estadista —rabiosamente independiente, como lo atestiguan sus choques con Washington, el exilio en Florida y la propia Iglesia católica cubana, a la que consideraba indulgente con el castrismo— una contribución decisiva en la anhelada transición hacia la democracia desde un poder petrificado, económicamente medieval y prisionero de la retórica, pese al relevo de Fidel por su hermano Raúl.

Payá, sin sucesor político conocido, era a la postre el opositor más temido e incómodo para un régimen al que puso contra las cuerdas con sus propias armas en 2002, cuando presentó ante la Asamblea Nacional 12.000 firmas avalando su Proyecto Varela —un antes y un después para la disidencia— con el que pretendía promover la progresiva democratización de Cuba, utilizando uno de los artículos de su Constitución, después abolido. A partir de entonces, el castrismo no solo declaró irrevocable el socialismo en la isla, sino que hizo mucho más difícil la vida a Payá y los suyos, vigilados y regularmente acosados.

Esa cegata inquina de quienes hasta ayer mismo consideraban a Payá un agente del imperialismo ha presidido la actitud de La Habana a la hora de su muerte.

DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL PREMIO SÁJAROV A LA LIBERTAD DE ESPÍRITU

PRONUNCIADO POR EL SR. OSWALDO PAYÁ

Estrasburgo, 17 de diciembre de 2002
Gracias al señor Presidente Pat Cox, y a este Parlamento en el que están representados los muchos pueblos de Europa.

Uds. han concedido el premio Andrei Sájarov al pueblo cubano; digo al pueblo cubano porque es el gran merecedor de este reconocimiento. Lo digo sin excluir a ninguno de mis compatriotas, sea cual sea su posición política, porque los derechos no tienen color político, ni de raza, ni de cultura. Tampoco las dictaduras tienen color político, no son de derecha ni de izquierda, son sólo dictaduras. En mi país hay miles de hombres y mujeres que luchan por los derechos de todos los cubanos en medio de la persecución. Cientos de ellos están presos solo por proclamar y defender estos derechos, por lo que yo recibo este reconocimiento en su nombre.

Digo que este premio es para todos los cubanos, porque entiendo que con este premio Europa quiere decirles: «Uds. también tienen derecho a los derechos.»

De esto siempre estuvimos convencidos, pero hubo etapas en las que parecía que esa verdad no era tan evidente para muchos en el mundo.

No vengo aquí a pedir apoyo para la oposición al gobierno cubano, ni a condenar a los que nos persiguen. No es una ayuda para Cuba que algunos en el mundo tomen partido con el gobierno cubano o con los que se le oponen, a partir de posiciones ideológicas. Nosotros queremos que se tome posición a favor del pueblo cubano, con todos los cubanos, y eso significa apoyar el respeto a todos sus derechos, apoyar la apertura, apoyar la demanda de que se consulte a nuestro pueblo en las urnas sobre los cambios que estamos demandando. Pedimos solidaridad para que se le de la voz a nuestro pueblo en las urnas, como lo propone el Proyecto Varela.

Muchos han relacionado este premio con El Proyecto Varela, y tienen razón, porque los miles de cubanos que en medio de la represión han firmado esa petición de referéndum están haciendo una contribución decisiva a los cambios que Cuba necesita. Estos cambios significarían participación en la vida económica y cultural, significarían derechos políticos y civiles y reconciliación nacional. Ese sería el verdadero ejercicio de la autodeterminación de nuestro pueblo. Debe terminar el mito de que los cubanos tenemos que vivir sin derechos para sostener la independencia y soberanía de nuestro país.

El Padre Félix Varela nos enseñó que la independencia y la soberanía nacional son inseparables del ejercicio de los derechos fundamentales. Los cubanos que viven en Cuba y en la diáspora, como un solo pueblo, tenemos la voluntad y las capacidades para construir una sociedad democrática, justa y libre, sin odios ni revanchas y como la soñó José Martí: «Con Todos y para el bien de todos».

No hemos escogido el camino pacífico como una táctica, sino porque es inseparable de la meta de nuestro pueblo. La experiencia nos dice que la violencia genera más violencia y que cuando los cambios políticos se realizan por esa vía se llega a nuevas formas de opresión e injusticia. Queremos que nunca más la violencia y la fuerza sean vías para superar crisis o gobiernos injustos. Esta vez realizaremos los cambios mediante este movimiento cívico que ya está abriendo una nueva etapa en la historia de Cuba, en la que prevalecerá el diálogo, la participación democrática y la solidaridad. Así construiremos una paz verdadera.

Los Héroes luchadores cívicos cubanos, los ciudadanos que firman el Proyecto Varela, no tienen armas en las manos. No tienen un brazo armado. Tenemos los dos brazos extendidos, ofreciéndoles las manos a todos los cubanos, como hermanos y a todos los pueblos del mundo. La primera victoria que podemos proclamar es que no tenemos odio en el corazón. Por eso decimos a quien nos persigue y a los que tratan de dominarnos: Tú eres mi hermano, yo no te odio, pero ya no me vas a dominar por el miedo, no quiero imponer mi verdad, ni que me impongas la tuya, vamos juntos a buscar la verdad.

Esa es la liberación que estamos proclamando

Todavía hay quien sostiene el mito de la disyuntiva entre los derechos políticos y civiles por una parte y la capacidad de una sociedad para construir la justicia social y lograr el desarrollo. No son excluyentes. La ausencia de derechos civiles y políticos en Cuba ha tenido graves consecuencias como la desigualdad, la pobreza de la mayoría, los privilegios de una minoría, el deterioro de algunos servicios, aun cuando éstos están concebidos como sistemas humanos y positivos. De esta manera, aunque muchos cubanos han trabajado durante años con amor y buena fe, hoy existe una grave situación en materia de derechos civiles y políticos, además de una creciente desigualdad y deterioro de la calidad de vida para las mayorías. Inclusive se le atan las manos a los ciudadanos neutralizando las inmensas potencialidades de creatividad y laboriosidad de los cubanos, y es esta la principal causa de nuestra pobreza.

No se puede justificar esta realidad afirmando que el pueblo cubano escogió libremente este sistema. Uds. saben que ningún pueblo de los que representa este Parlamento, ni ningún pueblo en el mundo, renunciarían jamás al ejercicio de sus derechos fundamentales.

Cada vez se demuestra más que el bienestar y el progreso en materia económica y social son frutos del ejercicio de los derechos. De igual manera una democracia no es verdadera o no es completa si no es capaz de iniciar y sostener un proceso de elevación de la calidad de vida de todas las personas. Porque tampoco ningún pueblo ejerce su voto libremente para optar por la pobreza y la desigualdad que reduzca a las multitudes a una situación de desventaja y marginación. Nuestros pueblos Latinoamericanos están reclamando la democracia real que es aquella en la que se puede construir la justicia. Es escandaloso que a nombre de la eficacia se apliquen métodos que pretenden superar crisis y acabar con la pobreza pero que en la práctica amenazan con aniquilar a los pobres. No pretendo anunciar nuevas posiciones o modelos, pero nuestro pueblo ha vivido y sufrido diversos sistemas políticos y económicos. Hoy sabemos que cualquier método o modelo que en una supuesta búsqueda de la justicia, el desarrollo, o la eficacia se sitúe por encima de la persona o anulen cualquiera de los derechos fundamentales conducen a alguna forma de opresión, a la exclusión y sumergen a los pueblos en la calamidad. Queremos expresar desde aquí nuestra solidaridad con todos los que sufren cualquier forma de opresión y de injusticia, con los que están silenciados o marginados en el mundo.

La causa de los derechos humanos es una sola , como una sola es la humanidad. Si hoy se habla de globalización, anunciamos y denunciamos que si no se globaliza la solidaridad no sólo peligran los derechos humanos sino el derecho a seguir siendo humanos. Sin solidaridad humana tampoco conservaremos un mundo limpio donde siga siendo posible la vida para los seres humanos.

Por eso humildemente creo que más que nuevos modelos, tanto en las sociedades como en las relaciones entre los países, lo que se necesita es un nuevo espíritu.

Este nuevo espíritu que debe expresarse en la solidaridad, la cooperación y la justicia en las relaciones entre los países no será un freno al desarrollo. Porque si se subordinan las políticas y los modelos a la realización de la persona, a la construcción de la justicia y la democracia, si se humanizan las políticas, entonces se superaran los abismos que separan a los pueblos y seremos una verdadera familia humana.

Llegue desde Cuba nuestro mensaje de Paz y Solidaridad a todos lo pueblos. Todos los cubanos reciben este premio con dignidad y proclamando nuestra esperanza de reconstruir nuestra sociedad con el amor de todos, como hermanos, como hijos de Dios. Los cubanos somos sencillos y solo queremos vivir en paz y progresar con nuestro trabajo, pero

No podemos

No sabemos

Y no queremos vivir sin libertad.

Ante el Señor de la Historia que fue acostado en un humilde pesebre, depositamos este homenaje, y nuestras esperanzas.

Gracias y Feliz Navidad.

lunes, 16 de julio de 2012

LA ISLA DE LOS INDIGENTES


A: FAISEL IGLESIAS EN SU SIN CONJURO DE QUE ME VEAN…


Dónde están las criaturas que nos forman las verdades.
Los afluentes que nos salvan con disimulo de los hombros caídos.

Atascada miro al mismo puente, la misma vida…
Qué ha sucedido con la métrica de la alegría.
Con los hijos de los hijos.
Busco rescatar la arcilla con la que Dios me hizo.
Me desvelo.
Y cuento cuartillas sobre los espejos rotos de los años.
Mientras no vuelva la razón solo pulso la intriga de la historia y me fatigo.
Espero que Dios no me acorrale entre sus pasos.
Espero.
Mientras, el arcoiris cuarteado de mi espera me coloca en los amigos.

La vida del exilio me sostiene.
Allí nadie me reconoce ni me llama insomne.
Aquí solo se sueña con torturas escabrosas.
Con estiletes de trueno sin hinchar la risa.

Viva la suerte de rescatarnos unos a los otros.
Viva la noche de luna de otro país.
Adonde el mar se huele su propio olfato.
Adonde el disimulo no memorice odio.
Adonde la proa no sea aguja de hilo para fugarse.

IDANIA BACALLAO ITURRIA.

CON CARIÑO Y ADMIRACIÓN DESDE CUBA.

domingo, 15 de julio de 2012

AMERICAN SAMOA

PAGO PAGO, American Samoa - A lawsuit filed by five people from American Samoa argues they should be U.S. citizens by virtue of being born in the U.S. territory.

The lawsuit filed this week in Washington, D.C., challenges the constitutionality of federal laws that make those born in American Samoa U.S. nationals but not citizens, like those born in other territories.
American Samoa is the only U.S. territory that doesn't grant citizenship by virtue of birth.
In Puerto Rico, territorial status grants residents U.S. citizenship, but they pay no federal income taxes and cannot vote in presidential elections. Their congressional representative also cannot vote in Congress.
Those born in American Samoa, home to 56,000, are considered nationals, who also don't pay federal income taxes and can't vote for president. Nationals must follow the same procedures for naturalization as those who are permanent legal residents, which includes taking tests on English proficiency and American civics, even though English is widely spoken in American Samoa and public schools teach U.S. history.
"If we are American Samoans, then why not citizens? I believe American Samoans deserve the same right and benefits as all other Americans," said lead plaintiff Leneuoti Tuaua.
Citizenship should be determined by the flag under which someone is born, said Charles Alailima, one of the attorneys representing the group. "The plaintiffs here should not have to ask to be United States citizens."
A U.S. passport issued to those born in American Samoa notes the bearer is a national and not a citizen.
To be eligible to apply for naturalization, those born in American Samoa must leave the territory and live in a state for at least three months. Many say the hassle and expense of the naturalization process prevents them from pursuing citizenship.
American Samoa's nonvoting delegate in Congress introduced a bill earlier this year to make it easier for those living in the territory to become U.S. citizens. Delegate Eni Faleomavaega's bill, which is pending, would allow applying for naturalization directly from American Samoa.
"Among other things, many federal, state and municipal laws require that a person be a U.S. citizen in order to enjoy certain civil, political and economic liberties, such as the right to vote, serve on a jury, bear arms and hold certain forms of public sector employment," the lawsuit argues.
According to the complaint, Tuaua wanted to pursue a law enforcement career in California, but couldn't because of his status as a U.S. national. Tuaua and fellow plaintiffs Fanuatanu Mamea and Emy Afalava live in the territory. Plaintiff Vaaleama Fosi lives in Honolulu, while Taffy-Lei Maene lives in Seattle.
"Recognition by the United States that all persons born in American Samoa are U.S. citizens would significantly advance the Samoan Federation's efforts to increase the political voice of the Samoan community," said the Carson, Calif., nonprofit group, also named as a plaintiff, of allowing American Samoa-born nationals living in the United States a chance to vote for president.


viernes, 6 de julio de 2012

NUEVO BLOG SE CONVIERTE EN BLANCO DE ATAQUES DEL GOBIERNO

Resiliente, el sinónimo de resistencia, es el nombre de un blog que se escribe desde Cuba, enfocado en los temas que afectan a la juventud.
julio 05, 2012

El blog juventudresiliente escrito por Reinier Aguero junto a un profesor de la Universidad de Camagüey, que se identifica como La Voz de Cuba se ha convertido en el nuevo blanco de ataques de blogueros del régimen cubano y como a muchas voces independientes en la isla, se les acusa de ser agentes de la CIA.

En el post más reciente del blog titulado Tres leyes para liderar el cambio en la juventud cubana se resalta que toda “juventud que aspira a lograr y mantener un país con democracia y en pleno desarrollo debe comprender la importancia de aceptar el cambio como condición natural. Como se sabe, el cambio produce incertidumbre y temor, por esa razón la resistencia al cambio parece una actitud natural. Dejar de lado el temor y aceptar la realidad del cambio es el precio del desarrollo. El cambio vendrá de todos modos y mejor que resistirlo es liderarlo”.

Ponen las tres leyes fundamentales de Newton en función de explicar la realidad cubana:

De la Ley de la inercia que establece que “Todo cuerpo al que no se le aplica un impulso, permanece en estado de reposo o de movimiento uniforme” explican que "lo primero que tenemos que pensar es que la juventud que se mantiene con los ojos vendados está en reposo, no tiene ningún impulso y motivación para cambiar. Esta juventud ha perdido todas sus ilusiones, desde pequeña lo único que se le ha enseñado es a pensar como comunista y actuar como tal. Es importante que la juventud reconozca que el comunismo no es la solución para el desarrollo y la democracia".

De la Ley de la fuerza que plantea que “La aceleración de un cuerpo es directamente proporcional a la fuerza neta que actúa sobre él e inversamente proporcional a su masa” infieren que en el caso cubano el proceso de desarrollo y democracia solo se logra si "la juventud decide impulsar un cambio con determinada fuerza".

Y por último usan la Ley de acción y reacción para establecer la necesidad de que los jóvenes esten preparados y alertas de que "toda iniciativa estratégica que se realice deberá llevar un plan de contingencia para las reacciones que producirá la misma. Para liderar el cambio debemos también liderar la reacción".

“Nos trazamos como meta dar conferencias a la población de Economía, de Informática, de acceso a Internet y de Tecnología, para que esté informada y como Martí decía ‘ser culto es la única manera de ser libre”, recalcó Reinier Aguero en entrevista con martinoticias.com.

En este nuevo proyecto cuentan con la colaboración de Henry Constantin (un joven estudiante que fue expulsado del Instituto del Arte Superior), Eliécer Ávila (Licenciado en Informática), y Dania Virgen García, autora del blog Cuba por dentro.

Reinier, un joven de 22 años, expulsado de la universidad hace un año y medio por concederle una entrevista a un bloguero español, reconoce que la juventud cubana tiene su mente un poco más abierta a los cambios en comparación con años anteriores, aunque señala que han heredado la desinformación, la manipulación y las amenazas que se mantienen contra la población en la isla.

Sin embargo, asegura que muchos jóvenes aparentan “tener una posición supuestamente afin con la revolución pero que en el fondo, te dicen claramente que no”.

lunes, 2 de julio de 2012

CUBA Y EL EMBEJECIMIENTO DE LA POBLACION

      La isla tiene bajas tasas de fecundidad y enfrenta la emigración de unos 38.000 cubanos al año


Un grupo de ancianos conversa en la puerta de una bodega en La Habana. EFE/Alejandro Ernesto
Cuba, cuyo crecimiento poblacional está casi estancado por las bajas tasas de natalidad y altas cifras de emigración, tenía 11.247.925 habitantes al cierre de 2011, según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).

La isla cuenta con una población de 11.247.925 personas, entre las que hombres y mujeres tienen presencia similar, según un reporte de la ONE publicado por el diario Juventud Rebelde en su sitio web.

Esto implica que la población cubana aumentó apenas en 70.182 personas en la última década, pues el censo de 2002 registró a 11.177.743 habitantes.

De acuerdo con el reporte, cuya fecha de cierre fue el 31 de diciembre de 2011, en la isla residen 5.632.915 varones y 5.615.010 mujeres.

Del total, más de 8.460.000 cubanos (75%) son residentes en zonas urbanas, mientras casi 2.785.000 lo hacen en áreas rurales, dijo el informe oficial.

Solo tres de las 15 provincias tienen más de un millón de habitantes: La Habana, Santiago de Cuba y Holguín (estas últimas en el oriente del país).

"La capital cuenta con dos millones 130.431 personas, mientras que los dos territorios orientales apenas sobrepasan el millón", precisó.

Cuba realizará del 15 al 24 de septiembre próximo un Censo Nacional de Población y Vivienda, 10 años después del último.

La isla enfrenta un serio problema de envejecimiento poblacional, agudizado por bajas tasas de fecundidad y la emigración de unos 38.000 cubanos al año.

Además, la escasez de viviendas y el mal estado de las existentes son unos de los problemas sociales más sensibles que enfrenta Cuba desde hace décadas.