El expreso político cubano, Tomás Ramos Rodríguez de 65 años de edad, denuncia que las autoridades se niegan a entregarle documentos personales, por lo que se encuentra indocumentado en su propio país.
Según Ramos Rodríguez, el día 10 de marzo fue al Banco Metropolitano sito en O´Relly y Compostela, Habana Vieja a comprar un sello mimbrado por el valor de 10 dólares para obtener una certificación de una sentencia extinguida por él de 20 años de privación de libertad, pero al llegar allí se le dificultó el trámite.
“Ahí empezó mi Odisea .Tuve que firmarle una declaración jurada donde consta mi nombre y además la dirección de mi esposa pues yo no tengo ninguna reconocida.”-narra Tomás, quien agrega que horas más tarde se personó en el Tribunal Popular Provincial, sito en Prado y Teniente Rey con el sello comprado y una copia de su carta de libertad solicitando la constancia de la sanción que cumplió en prisión; pero la jueza directora del archivo lo acusó de llevar una carta falsa injustamente, exigiendo el documento original que él había tenido que entregar en las oficinas de Inmigración.
Cuenta Tomás que al llegar a la Dirección de Inmigración que se encuentra en Juan Delgado y Vista Alegre, Santo Suárez, para solicitar entonces el nuevo requerimiento, recibió también una respuesta negativa por parte de la 1er teniente Thaimí. - “Me dijo que no podía entregarme el original porque estaba en un expediente que me estaban haciendo porque yo era un contrarrevolucionario connotado que entró a Cuba infiltrado…que el carretón nunca iba delante de los caballos”.
Ana Aguililla Saladrigas
Según Ramos Rodríguez, el día 10 de marzo fue al Banco Metropolitano sito en O´Relly y Compostela, Habana Vieja a comprar un sello mimbrado por el valor de 10 dólares para obtener una certificación de una sentencia extinguida por él de 20 años de privación de libertad, pero al llegar allí se le dificultó el trámite.
“Ahí empezó mi Odisea .Tuve que firmarle una declaración jurada donde consta mi nombre y además la dirección de mi esposa pues yo no tengo ninguna reconocida.”-narra Tomás, quien agrega que horas más tarde se personó en el Tribunal Popular Provincial, sito en Prado y Teniente Rey con el sello comprado y una copia de su carta de libertad solicitando la constancia de la sanción que cumplió en prisión; pero la jueza directora del archivo lo acusó de llevar una carta falsa injustamente, exigiendo el documento original que él había tenido que entregar en las oficinas de Inmigración.
Cuenta Tomás que al llegar a la Dirección de Inmigración que se encuentra en Juan Delgado y Vista Alegre, Santo Suárez, para solicitar entonces el nuevo requerimiento, recibió también una respuesta negativa por parte de la 1er teniente Thaimí. - “Me dijo que no podía entregarme el original porque estaba en un expediente que me estaban haciendo porque yo era un contrarrevolucionario connotado que entró a Cuba infiltrado…que el carretón nunca iba delante de los caballos”.
Ana Aguililla Saladrigas
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