miércoles, 8 de abril de 2009

COMPLOT PARA DESHACERSE DE RAUL

por Valentin Arenas Amigo

En los últimos días se han filtrado informaciones sobre un posible complot dentro del Gobierno de Cuba para salir de Raúl Castro. Todo empezó por unas declaraciones del Ex-canciller de Méjico Castañeda. La noticia causó revuelo cuando se añadió que el Presidente de Venezuela aparecía “involucrado” por las dificultades que estaba teniendo para entenderse con Raúl cuando sus relaciones con Fidel, Carlos Lage y Pérez Roque siempre habían sido excelentes. Se entiende por “excelentes” que Cuba tenía un generoso financiamiento de Venezuela y Fidel, a cambio, le pasaba al muchacho Hugo las señales para que fuera un Líder Continental.

Compensaba así los dólares recibidos en una relación de cambio del más puro capitalismo: yo te doy y tú me das a cambio.
Si el complot que se ha denunciado es cierto no podemos afirmarlo porque no somos G-2, ni DISIP, ni CIA, ni KGV ni mucho menos brujos. Eso que quede claro. Pero lo que sí podemos es explicar si la sustitución de Fidel por Raúl hace viable un posible complot para sustituir al hermano.

La personalidad de ambos es como el Sol y la Luna. Fidel tiene un inmenso carisma personal y estudios universitarios, con su simpatía capta a la gente y su discurso favorece su popularidad. Es un idealista equivocado. Raúl es todo lo contrario: los genes del carisma fueron muy mal distribuidos y al nacer Fidel dejó a su hermano raspado. Carece de estudios superiores y si no recordamos mal tampoco es bachiller. Allá por el año 1942 ambos hermanos estudiaban en el Colegio de Belén de los Padres Jesuitas, en la Habana.

Un día el Padre Larruzea, Prefecto, nos mostró una carta dirigida al papá de ambos donde le decía esto: “Con su hijo Fidel nos quedamos porque haciendo un gran esfuerzo podemos sacar algo de él, a Raúl se lo regresamos a su casa porque es inútil todo lo que se haga con ese joven”.

La simpatía de Fidel contagia a los oyentes, Raúl, en cambio, es como loza de desplomo pesada. El idealismo de Fidel lo ayuda en su liderazgo de la misma manera que el pragmatismo de Raúl le corta alas y solo le queda agarrarse bien a él.
Por otra parte la situación de la Cuba actual es bien difícil para que se mantenga el régimen y el pragmatismo de Raúl así lo olfatea. Con Fidel Hugo podía entenderse, con Raúl es bien difícil. Esto lo perciben tanto Raúl como Hugo. Si la relación personal se hace difícil lo que le queda a Cuba, piensa Raúl, es abrirse al mundo y el mundo que le queda mas cerca es U.S.A. Pero esta conclusión de un político pragmático choca abiertamente con la confrontación de cincuenta años de Fidel y diez años de Hugo contra el Imperio.
Llegó la hora de la verdad para ambos. La realidad se impone. El pueblo cubano aspira a un gobierno donde se viva mejor y para Raúl, Hugo no es confiable. Así como Fidel se ha calado la base militar en Guantánamo por cincuenta años, de igual manera es un problema de realismo pragmático abrirse a relaciones económicas condicionadas con los Estados Unidos. Es el mismo pragmatismo que llevó también a Hugo a insultar al Imperio y sin embargo vivir del petróleo que éste le vende. Así son las cosas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno el artìculo.Gracias