El diferendo Estados Unidos-América Latina-Cuba, trasciende lo político y lo económico. Se trata, por sobre todo, de dos concepciones diferentes de la sociedad, el estado y el derecho.
Para nuestros países el soberano es el estado y el hombre un instrumento para los "altos" propósitos del gobierno. Para Estados Unidos el soberano es el ciudadano y el estado un instrumento a su servicio.
Es una vieja realidad que tiene sus orígenes en la invasión árabe a la península ibérica y en los derechos arrancados a Juan Sin Tierra en Inglaterra. Es decir, una cosa es haber sido colonizado por Inglaterra y otra es haber sido conquistado por España.
Estados Unidos es el producto de unos colonos que disfrutaban, bajo el dominio colonial británico, de derechos individuales, independencia del poder judicial y una Carta Magna que limitaba las facultades del soberano y establecía derechos al ciudadano ante el poder del estado.
En España, sin embargo, la invasión árabe mino la concepción occidental de la sociedad, estado y derecho en la península ibérica y el proceso de la reconquista consolido los poderes absolutos de los monarcas. De modo que desde la implantación del estado y el derecho en toda Nuestra América, todos los poderes -políticos, administrativos y judiciales - se concentraron en un solo hombre; El Capital General.
No fue hasta la constitución de Cadiz a principios del siglo XIX, que España contó con una constitución, en el sentido moderno de la palabra, que se extendió a Cuba y Puerto Rico. Y a pesar de ello, los poderes quedaron concentrados hasta el mismo momento en que cayó el colonialismo español.
Incluso, en la misma Asamblea de Guaimaro - Belén institucional de la nación cubana - constituyente de la República en Armas, el propio Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, pretendió imponer una concepción monista del estado y el derecho - diz que a los fines de garantizar la independencia (el mismo cuento del castrismo) -.
En el mismo escenario Ignacio Agramonte se le impuso declarando que de nada valía la independencia de Cuba sin la liberación de cada cubano. En la Asamblea de Guaimaro triunfo Agramonte, pero durante casi todo el periodo de la Cuba independiente ha prevalecido la concepción de Céspedes.
No podrá existir plena confianza entre Estados Unidos - donde el soberano es el hombre y gobiernan las instituciones - y América Latina y Cuba - donde el soberano es el estado y gobiernan los políticos voluntariosos - mientras en Nuestra América la voluntad de los poderes de un estado dependa de los hombres que ejerzan el poder.
De modo que mas allá de la voluntad política de los lideres actuales, es necesario un proceso de integración en la visión de mundo, en la concepción de la sociedad, el estado y derecho, donde la voluntad de lideres coyunturales no minen el discurso histórico del hombre en el camino de su plenitud.
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