Diario de Cubanet. Viernes 9 de agosto de 2013
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ARTÍCULOS / NOTICIAS
Generación del Picadillo de Soya hace memoria
Frank Correa
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Tal vez en el momento que el lector lea estas líneas, se está conmemorando los veinte años exactos del inicio del período especial, la marca mayor infligida a la historia de Cuba en la última centuria.
Comenzó en agosto del 1993, cuando el ex secretario del Consejo de Ministros Carlos Lage anunció que la economía cubana tocaba fondo, y con ella los preceptos y las actitudes. Los estantes empezaron a vaciarse. El valor del peso cubano se volvió una broma cuando salió el dólar a la luz, para convertirse en el sueño y la pesadilla a la vez.
La tenencia del dólar fue perseguida como un virus. Se decomisaban todos los dólares ocupados a los individuos. A algunos les impusieron condenas largas. Fue despenalizado en 1994 por la presión popular del “maleconazo” y paradójicamente algunos de los sancionados aún siguen presos, porque durante la condena se complicaron con delitos inherentes a la cárcel.
La verde cara de Washington, viajó de mano en mano con suma premura por esos días, con sigilo, con susto, escondida en las medias o los zapatos, detrás del tanque del retrete o aprisionada dentro del calzoncillo. Había que encontrar un extranjero, que se dignara a comprarnos en las tiendas los productos prohibidos.
Utilizando el argot popular, podemos decir que muchos cubanos se transformaron en ratas. Comían desperdicios, hurgaban en los latones de basura, engullían pizzas que en vez de queso llevaban condones derretidos y también “bistecs” empanizados de colcha de trapear, según leyendas urbanas de la época. La capacidad de depredación llegó a niveles límites. Perros, gatos, auras, totíes, morena de mar. Hasta el pez león, una extraña especie del océano Índico que osó acercarse a la orilla de un país donde se libraba una batallaba campal por la supervivencia. Fue extinguido.
Los vagabundos pulularon, igual que dementes y suicidas. En la sociedad comenzó a crecer y desarrollarse la enfermedad del alcoholismo, como vía de escape contra los caminos sin salidas. El alto costo de la vida obligó al padre de familia que no podía comprar ron bueno para olvidar sus penas, a beber alcohol de farmacia. Apareció una maquinaria clandestina de producción de barbaridades como chispa de tren, gualfarina, calambuco. Aquellos borrachos frustrados, sin fuerzas ni carácter, ni incentivos para educar a sus hijos, no los atendieron y ellos, desde temprana edad perdieron cualquier esperanza de futuro y siguieron a sus padres por el camino del alcohol, acabando con sus destinos.
Algunos la llaman la Generación del Picadillo de Soya, que disparó a cifras incalculables la estafa y el robo de carteras. El trapicheo, la venta ilícita. Impusieron dos monedas, una débil con la que pagaba el estado los salarios y una insultante con la que se compraban las cosas. De repente todo tuvo un precio altísimo en el mercado negro. Una pecera sin uso en un rincón llegó a costar ochocientos pesos y una libra de arroz cincuenta y cinco. La inflación.
En el campo se cambiaba una tonga de ropa usada por un carnero, así como un par de botas por un puerco. Muchos individuos caminaban en caravana por los campos de Pinar del Río como zombis, cambiando jabón y detergente por arroz viandas. El trueque.
Antes que se liberara el mercado agropecuario en el 94, en Marianao había que hacer una cola desde la noche anterior para comprar carne cuando alguien mataba un puerco en el barrio.
Para subir a un ómnibus se escenificaron verdaderas tramas de películas trágicas. El aceite destinado a la producción de pan y dulces se vendía en el mercado negro, también la sal, el azúcar, y cualquier cosa que reportara dinero. Los trabajos más buscados fueron aquellos donde se pudiera robar, o cargar comida. El jineterismo instauró una verdadera revolución en la concepción de la familia. Viajar al extranjero se convirtió en una condición de vida.
Los puestos de trabajo en los centros laborales donde se operara con turismo, adquirieron precios. Operador de una gasolinera: trescientos dólares; dependiente en una tienda de divisas: doscientos; cocinero: cien. La diferencia en las posibilidades para enfrentar la crisis, entre de los que podían acceder al dólar, ahora cuc, y los que debían inventar para conseguirlos se abrió como una brecha en la identidad cubana.
En 1997, el ex secretario Lage dijo, en una aparición en público, que la economía cubana había terminado de tocar fondo y comenzaba a subir. Luego Machado Ventura y Marino Murillo lo han ido repitiendo muchas veces, pero la realidad aún espera por el milagro a la alza. Hoy la mitad de los hombres en edad laboral, que son los llamados a propiciar la emersión, “trabajan” sentados en un taburete en las puertas de sus casas, vendiendo barajitas confeccionadas por cuentapropistas con materiales robados al estado, o traídas del extranjero por mulas.
Una medalla merecemos, por empeñarnos en sobrevivir durante estos absurdos veinte años “especiales”.
“Mulitas”
Víctor Ariel González
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Raúl Castro NO es un reformista. Y no lo es por varios motivos: no tiene la voluntad para cambios verdaderos, no tiene la juventud o, peor aún, no tiene remedio de sí mismo. No sólo eso, sino que en Cuba los reformistas jamás han sobrevivido mucho tiempo a la aplastante marea de los extremismos. Ergo, suponiendo que el actual presidente fuese un reformista, no solo debería dejar de ser un “revolucionario”, sino que también tendría que ser un Mesías. Nada más lejos de la realidad.
No es menos cierto que bajo el mandato del General se han realizado tímidos cambios que tocan, entre otros, al tema migratorio, cuyas reformas entraron en vigor en enero último, cuando se eliminó el permiso de salida que hasta ese momento otorgaba exclusivamente el gobierno. La conveniencia de esta reforma en particular para el propio gobierno se refleja en varios aspectos, entre ellos:
a) El “permiso de salida” proyectaba una imagen negativa en materia de derechos humanos.
b) El Estado sigue gravando con 100 CUC a cada solicitante “válido” para obtener pasaporte.
c) Son muy pocos los países que conceden visa a cubanos jóvenes, mientras el gobierno cubano se puede “lavar las manos” con aquellos ciudadanos que no obtienen un visado.
d) Los que visitan a sus familiares en la diáspora y retornan al país también generan ingresos en divisas.
Existe, además, otra gran ventaja para el poder:
En Cuba, la bolsa negra es la principal abastecedora del hogar. El comercio ilícito provee de los productos que el Estado no “subsidia” y que en los mercados, ya sea en CUP o CUC, no se pueden encontrar o son incosteables. Por otro lado, las reformas del gobierno referentes al comercio privado son insuficientes por cuanto no existe una infraestructura económica para respaldar la red minorista de vendedores particulares.
Actualmente, los principales proveedores de los mercados no estatales, legales o no, son los cubanos que viajan al exterior. La escuálida apertura ha servido para fortalecer una red informal de personas que venden su derecho a traer cierta cantidad de kilogramos de equipaje, los conocidos como “mulitas”. Ellos son un aliviadero para la crisis y, por ahora, el gobierno cuenta con esa válvula de escape.
Hay otra peculiaridad a tener en cuenta, y es que durante los últimos años ha estado ocurriendo el fenómeno de la “españolización”. No son pocos los cubanos que han conseguido un pasaporte comunitario, el cual abre muchísimas fronteras. De esta forma es posible viajar con relativa libertad al no requerirse visa en el país de destino si se es “español”.
Ya por último, cabe suponer que no resultaron fortuitas las modificaciones aduanales de diciembre de 2011. Con ellas se estaba creando el marco propicio para que las “mulitas” del sector comercial privado pasaran a jugar el importante papel que tienen hoy.
Así es como muchos cubanos actualmente viajan a México, Panamá u otros lugares. Hacen el viaje sin pagar, ven un pedazo de mundo exterior y además cobran por traer los kilos de mercancías que les permiten las regulaciones aduanales. Son una nueva clase de “trabajador por cuenta propia” sin licencia y un eslabón clave en la cadena económica de supervivencia. El gobierno lo sabe, pero seguramente no va a hacer nada para impedirlo. Mejor para todos.
La policía es símbolo de incultura espantosa y abuso de poder
David Canela
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Muy lejos en el tiempo ha quedado aquella imagen benévola del policía amistoso y protector de la comunidad, al cual un niño le preguntaba en un spot publicitario: “Policía, policía, ¿tú eres mi amigo?”.
Actualmente, para la mayoría de la población cubana, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) es la institución estatal que peor reputación y prestigio social tiene. Y no hablo de la oposición pacífica, para la cual la policía es sinónimo de represión, actos de repudio, detenciones arbitrarias, golpizas, amenazas, y casos judiciales fabricados. Hablo de la persona promedio, del ama de casa y el trabajador humilde.
Para el común de los cubanos, el policía es un símbolo de incultura espantosa, que no sabe ni hablar, y mucho menos conoce de leyes. No sé de nadie que hable de la policía con admiración, sino todo lo contrario: con desagrado, miedo, desprecio, e incluso con burla. En el mejor de los casos, el supuesto “respeto” es una forma sublimada (e inconsciente) de sumisión, o es un recurso de complicidad.
Por sólo vestir el uniforme azul, un policía se siente en el derecho de molestar cuando quiere y como quiere, acosar en la calle, pidiendo el carnet de identidad. Chequea sin ningún motivo justificado (a veces, por ser negro y andar mal vestido), desperdicia el tiempo y, de paso, humilla. ¿Quién no se ha preguntado alguna vez: “¿Por qué me ha parado este policía”?
Supuestamente, no debemos sentirnos ofendidos, pues todos tenemos alguna culpa que esconder. Estamos fuera de la ley. El policía lo único que va a verificar es cuán lejos estamos de la ley, de acuerdo con “la misión” o a la tendencia profiláctica del momento. La policía trata a todos los ciudadanos como si fueran criminales, o sospechosos de algún crimen (que generalmente, es el crimen de sobrevivir).
La imagen típica que reproduce la policía en el imaginario popular es la de Tom y Jerry. Es el agente que persigue a las vendedoras de queso, de yogurt, de carne, de frutas, o de lo que sea. Es el que llega y dice: “Oye, tú no puedes estar ahí”. Y santa palabra. Pero también es el corrupto, que abusa de su impunidad para chantajear a cambio de dinero. Tanto que Raúl Castro habla de corrupción, ¿pero acaso no es un robo oficializado que la policía se adueñe de productos y bienes que no trabajó, y cuyo comercio está vedado, por algún absurdo principio de la legalidad socialista?
¿O alguien se imagina que los dulces y las cajitas de comida que le quitan a una anciana van a parar a un círculo infantil, a un hospital? Como si fuera una “ley seca”, la cruzada se dirige contra cualquier movimiento que parezca “irregular”, y máxime si se trata de la venta de un producto específico. A pesar del esfuerzo mediático de Día y noche y Tras la huella, aquí no se ve a la policía como la institución que devuelve lo robado, sino como la que roba.
¿Un policía honesto y amable? Si tienes suerte. ¿Un policía educado, conocedor de los derechos de los ciudadanos? Una ficción. ¿Un policía idóneo, capaz de asumir y resolver problemas? Un milagro.
El policía cubano no es un ciudadano igual que los demás, con los mismos derechos y deberes. Ellos actúan como si estuviesen por encima de la ley, porque de hecho, la ley es un fantasma, que se invoca o se desconoce a conveniencia. Anualmente, ¿cuántos agentes son denunciados por ciudadanos comunes (ya que en Cuba no existen las demandas), y se enjuician por abuso de poder, proxenetismo, o confabulación en algún delito? Y no es que falten policías corruptos.
Y si alguien tuviese alguna duda sobre las turbulencias que corren bajo estas aguas, propongo que se haga una encuesta. Claro, que aquí no existe ninguna ONG, periódico, o universidad que pudiese hacer una encuesta masiva:
¿Qué usted siente por la policía? Admiración, respeto, consideración, indiferencia, desconfianza, temor, miedo. Otros sentimientos. ¿Cree que la policía defiende sus intereses? Sí, no, tal vez, no sé. ¿Considera a la policía eficiente en su trabajo? ¿Considera a la policía corrupta? Diga en una escala del 1 al 10. ¿Le gustaría que su hijo fuese policía? ¿Cómo le gustaría que fuese esta institución?.
Hasta que no exista un poder judicial independiente, y la policía no sea un custodio fiel y consciente de las leyes, en vez de un custodio del gobierno, todo lo que se escriba será letra muerta, y todo lo que se haga, una arbitrariedad.
Mesa de los leales maltratados
Leonardo Calvo Cárdenas
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Hace pocos días, varios miembros del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR), asistimos a la reunión del recién instituido capítulo cubano de la Articulación Afrodescendiente de América Latina y el Caribe (ARAAC), en el que se expusieron algunas perspectivas acerca de la problemática racial en la Cuba actual y futura, en un nuevo intento por encausar, desde el entorno del poder, la lucha contra este trauma social tan dañino para nuestra convivencia.
La reunión fue presidida por lo que podríamos llamar “la mesa de los leales maltratados”: la escritora y periodista Gisela Arandia, a quien hace unos años le disolvieron de un plumazo su proyecto Color Cubano para sustituirlo por la llamada Comisión Aponte, una de las plataformas más ineptas e inoperantes del panorama cultural.
Junto a ella, el destacado crítico y ensayista Roberto Zurbano, víctima, hace pocas semanas, de una especie de inquisición virtual por haber dicho unas cuantas verdades en un artículo publicado en The New York Times, que además le valió la destitución de su cargo como director del Fondo editorial de la Casa de las Américas.
Los acompañaban también el guionista y realizador Tato Quiñones y el investigador, bibliógrafo y profesor Tomas Fernández Robaina, persistentemente menospreciados por el poder en sus largas trayectorias intelectuales.
En el cónclave, por enésima vez, unas pocas decenas de intelectuales e interesados reiteraron quejas, testimonios y valoraciones sobre la persistencia de los patrones y estructuras racistas de la sociedad
Los directivos del capítulo cubano de ARAAC tocaron varios temas capitales para abordar el conflicto racial en Cuba. Se habló de falta de voluntad política y de errores de percepción en los umbrales de la revolución. Se habló de cultura dominante y débil articulación hacia el interior de la población afrodescendiente. Los directivos abordaron temas de tanto alcance como la impunidad del racismo en nuestra sociedad, o los retrocesos sociales y el crecimiento de las desigualdades.
Es bueno recordar a los líderes y miembros de ARAAC-Cuba que la presión externa e interna sobre la problemática racial crece. De modo que si no quieren asumir el riesgo de un nuevo fracaso, deben abordar de frente y consecuentemente el tema, sin pasar por alto un fenómeno que en los últimos tiempos motiva la sensibilidad y preocupación de muchos interesados incluso allende nuestras fronteras.
Lo primero que deben hacer estos consagrados luchadores por la igualdad es separar sus preferencias político-ideológicas de las valoraciones y consideraciones sociales, humanas y morales que se vinculan con la problemática racial. Independientemente de su alineación ideológica, si estos activistas no reconocen la responsabilidad histórica de las autoridades cubanas en la profundización de las desigualdades que pretenden combatir, muy poco podrán avanzar en sus declarados propósitos.
Si el ARAAC-Cuba no quiere pasar a la historia como un nuevo instrumento de engaño y manipulación, debe constituirse en un auténtico mecanismo de presión, que exija a las autoridades, ante todo, respeto a sus ciudadanos y a sus compromisos. Debe conectar y sensibilizarse con la tragedia de los miles de niños afrodescendientes que pueblan los barrios marginales que circundan nuestras ciudades, privados de personalidad jurídica, canasta básica y atención secundaria de salud.
Debe demostrar su capacidad para cuestionar abierta y explícitamente a las instituciones y entidades oficiales que propician el racismo y la discriminación, entre los que destacan la Policía Nacional Revolucionaria, las FAR (en medio siglo, en Cuba hay más generales de origen chino que afrodescendientes), La Oficina del Historiador de la Ciudad, el ICRT, El Ballet Nacional de Cuba, El Teatro Lírico Nacional, el Ministerio de Turismo, o el Instituto Cubano de Aeronáutica Civil (una joven afrodescendiente, descalificada en Cuba, fue elegida la mejor azafata del mundo trabajando en Air France, por solo citar un ejemplo).
También debe asumir que solo el empoderamiento cívico, jurídico y económico de los afrodescendientes cubanos podrá contribuir a cambiar las referencias mentales y estructurales que refuerzan las desventajas y desigualdades. Y debe entender que no resulta consecuente intentar avanzar en sus propósitos pretendiendo ignorar al movimiento pro integración racial independiente, que, en muy difíciles condiciones, ha alcanzado importantes logros y muy apreciable reconocimiento internacional.
Montesinos3788@gmail.com
Tribuna de La Habana se enfada con Dayron Robles
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Dayron Robles, Campeón Olímpico en los Juegos de Beijing 2008, y plusmarquista en muchos otros torneos internacionales, recibe insultos de la prensa oficialista, sorprendida porque “desertó”, calificativo que gustan endilgar a los deportistas que deciden ser libres, sumándose a algún equipo extranjero.
En un artículo rebosante de improperios contra Dayron, firmado por Víctor Joaquín Ortega, y aparecido en el semanario oficialista Tribuna de La Habana el pasado 4 de agosto, Alberto Juantorena, presidente de la Federación Cubana de Atletismo, expone: “Recibimos una petición de la Federación Francesa de Atletismo para que se aprobara la membrecía del cubano en el club AS Mónaco, en la sección de Atletismo. Y respondimos negativamente, como ha sucedido siempre en casos anteriores. Ratifico que Cuba no autoriza que sus atletas nacionales compitan por otros países”.
El gacetillero Ortega intenta descalificar la buena imagen de Dayron aplicándole los peores epítetos. No faltan los de traidor, mercenario, y hasta el ofensivo término “¡qué deyección!”. Incluso, se arriesga con especulaciones irresponsables, por las que muy bien podría ser demandado ante la ley: “El vallista corto se ligó al engaño desde mucho antes y en su maldad fingió lesiones; después de pedir la baja del equipo nacional volvió a entrenar y adujo que lo hacía para desentrenarse”.
¿Por qué creer que Dayron mintió? Aunque sería razonable. Ícono nacional y mundial, habría tenido que enmascarar recónditas intenciones, como cualquier otra figura del deporte, condenado a ser esclavo del régimen. Incluso, la distensión migratoria del 14 de enero excluye la salida libre de deportistas y varias categorías de profesionales. Necesitan un permiso especial del gobierno, siempre por presumir posibles “deserciones”.
¿Qué delito cometió para ser tratado con tanta dureza sino el de aspirar a administrar su talento? Librarse de las ataduras de un gobierno que ni siquiera aceptó su petición de importar un automóvil y poseer una casa confortable en su ciudad natal. Poco pedía tan excelso astro del deporte.
El articulista de Tribuna… se enreda en confusas jerigonzas: “El deporte, ningún sector queda fuera, necesita de transformaciones acorde al momento, aunque no nos guste: el mundo es como es, no como quisiéramos que sea”. Y de paso, reconoce lo que es secreto a voces: “Tampoco debemos soslayar que urge superar el trato espiritual y material a los deportistas y la existencia de injusticias sufridas por ellos”.
Tampoco dejaría de echar en cara la formación académica del deportista, que el periodista asume como una dádiva del gobierno, cuando en realidad fue costeada por la ciudadanía, una vez que el Estado politizó y prohibió la enseñanza privada. Sin contar que los profesionales cubanos pagan bien cara su mediocre enseñanza “gratuita” trabajando de por vida para el estado con sueldos de un dólar por día.
¿Por qué negar la gloria al campeón Dayron Robles, por qué demonizarlo por no aceptar ser un pelele?
cosanoalen@yahoo.com
NOTICIAS
Antúnez: "Todos los opositores estamos en peligro de muerte"
MIAMI, Florida, 8 de agosto de 2013, www.cubanet.org.- Los opositores Jorge Luis García Pérez (Antúnez) y su esposa, Iris Tamara Pérez Aguilera, rompieron a llorar hoy al tratar de explicar lo que para ellos significa el exilio, en una rueda de prensa que tuvo lugar en la mañana en la Casa Bacardí, de la Universidad de Miami.
No hacía falta esconder la emoción. No caben dudas de que ha sido un momento esperado durante largos años, con la certeza, desde la isla, de que no iba a ser posible. Pero la vida lo quiso y por eso se soltaron las lágrimas frente a un auditorio que tenía como figura legendaria al Comandante Huber Matos.
Antúnez y el Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil Orlando Zapata Tamayo han convocado a la campaña titulada Paro Nacional, dentro y fuera de Cuba, que de manera civilista, dijo, tratará de conformar una Asamblea Constituyente.
Hay una campaña ya iniciada, puntualizó, cuyo lema es “Yo sí quiero el cambio”, cuyos rótulos estaban fijados a la mesa, haciendo una convocatoria a no cooperar con la dictadura. Paro Nacional comenzó en las prisiones. “Estamos pidiendo paralizar las estructuras del régimen, contribuir al absentismo en la farsa electoral del Poder Popular”.
Para la logística se han basado en que el pueblo sea movilizado por el propio pueblo. La misión del exilio, dijo Antúnez a continuación, no es solo enviar fondos a Cuba. Con esta idea, reiterada en su discurso, no se conciben fronteras entre lo que se ha dado en llamar Diáspora cubana y los nacionales que sufren en la isla.
El opositor, que actúa –privilegiada y estratégicamente- al centro de Cuba, en Villa Clara, dijo que ahora existe cierto optimismo dentro de la oposición y del pueblo en general, por la posibilidad del reencuentro de la nación que ofrecen los viajes al exterior de disidentes, que antes siquiera se pensó posible. Pero se trata de “una estrategia maquiavélica del régimen, no hay que engañarse con falsas aperturas”, comentó.
“Todos los opositores estamos en peligro de muerte. El asesinato de Payá (Oswaldo Payá, líder del opositor Movimiento Cristiano Liberación) es una muestra del peligro que vivimos. No sería extraño que, a nuestra vuelta, pudiera pasarnos algo. Hay muchas maneras de reprimir”.
Con respecto a otros grupos opositores, y cuestionado por la prensa en el sentido de la coordinación, la unidad, citó en primer lugar al doctor Oscar Elías Biscet, quien, al ser excarcelado prefirió la vía de la oposición desde adentro, y también nombró a José Daniel Ferrer como líder de UNPACU, activista fundamentalmente en Santiago de Cuba.
El Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil Orlando Zapata Tamayo organiza cacerolazos, marchas relámpago en la región central. Es, en palabras de Antúnez, una sombrilla civilista.
El preso que casi nadie menciona
García Pérez (Antúnez), además de encontrarse con el exilio histórico de Miami y presentar aquí su campaña, viene a clamar por el prisionero político de su grupo Armando Sosa Fortuny, quien, en su opinión, es de los menos mencionados o de los más olvidados en la prensa que, desde el exterior, habitualmente trata asuntos cubanos.
Nacido el 10 de octubre de 1964, el líder de la resistencia de la región central es un negro que llama por su nombre a su raza. “Soy un negro con mucho orgullo de serlo. Aunque todos sabemos que ser negro en Cuba es un estigma”. Y narró una anécdota racista que a los cubanos tal vez no asombre, pero fuera de ese contexto es, mucho más que políticamente incorrecta, una barbaridad.
Un entusiasta partidario del régimen, en el año 1993, le lanzó una soga para que se ahorcara, con el argumento de que los negros “contrarrevolucionarios” no valen para nada. “Deberíamos agradecer a Fidel”, le dijo el hombre que, por cierto, también es negro.
“En la sociedad cubana, el único sector rompedor con el racismo ha sido la oposición”, acotó Antúnez con toda seguridad.
Su esposa ha sido golpeada infinidad de veces, secuestrada y humillada en plena vía pública. Iris Tamara Pérez pertenece al movimiento cívico opositor Damas de Blanco, el “destacamento de vanguardia de la resistencia”, según Antúnez. Ahora Iris, frente a un auditorio que los aclama, pero sobre todo los respeta, vestía traje negro de pantalón y chaqueta. Su voz le alcanzó, emocionada, para decir: “Ustedes –al auditorio- son parte de nuestro pueblo”.
La pareja, correctamente vestida y mostrando buenos modales, además de mucha locuacidad en el caso de Antúnez, ha venido precisamente para eso, para aportar un grano de humildad al reencuentro de la nación. Tal vez, con estos viajes, comience a romperse definitivamente el mito de que los exiliados volverán a Cuba a sacar a quienes encuentren en sus antiguas casas.
Carnaval en tiempos de Raúl Castro
LA HABANA, Cuba, 8 de agosto de 2013, www.cubanet.org. Desde el próximo viernes 9 y hasta el domingo 18 se desarrollará el carnaval habanero que, dado al actual nivel de violencia en la capital cubana, preocupa a la población y las autoridades.
Todos los años se registran alzas en los índices criminales con la llegada del verano, pero este año la violencia se ha disparado: ¿qué pasará en los carnavales?
La crisis de valores es evidente: niños de 10 años se interesan más por comprar una navaja que una pelota de fútbol, en la tienda de equipos deportivos “Carlos III”, afirman que es para su protección; argumento real porque no pocos adolescentes han adoptado la moda de salir a pasear portando bates de baseball.
Semanas atrás, uno de estos grupos protagonizó un altercado al lanzar botellas contra la policía en un lugar céntrico del barrio Vedado. Esta vez, los oficiales no respondieron por disposiciones de sus superiores. A consecuencia, la situación se ha vuelto incontrolable, aseguran vecinos y dueños de negocios particulares en el área.
Días antes, Galia Binder, una joven turista estadounidense afirmó haber sido asaltada en plena vía pública, por jóvenes que portaban armas de fuego, mientras paseaba con una amiga en el barrio Vedado. Las autoridades policiales no atraparon a los asaltantes después de haberla hecho dar varias vueltas por la zona en una patrulla. Por suerte, la americana sólo perdió el dinero que llevaba en la cartera.
En la parroquia del principal cementerio de La Habana, la Necrópolis de Colón, los religiosos se muestran preocupados por el aumento de funerales con adolescentes, jóvenes y adultos, víctimas de altercados violentos. Un punzón cegó la vida de un adolescente en pleno concierto acaecido en la mismísima tribuna erigida frente a la oficina de intereses norteamericana, en el Malecón, otro joven falleció producto de un balazo, recibido en un concierto en el Anfiteatro de Marianao, por sólo mencionar dos casos aislados.
Preocupa a muchos padres asistir con sus hijos al centro de los carnavales habaneros, comprendido desde la Piragua hasta el Torreón de San Lázaro, zona pesimamente iluminada del peligroso barrio Cayo Hueso, desbordada de alcohol, calor, estrés exacerbado por la perenne crisis económica.
Efraín Sabás, director artístico de los carnavales habaneros, ya se ha dado a la tarea de armar una docena de carrozas, tiradas por tractores agrícolas, animadas por orquestas de casi toda la nación, fundamentalmente de Pinar del Río y Santiago de Cuba.
Las fiestas de carnaval de las ciudades de Bayamo y Manzanillo fueron suspendidas por los gobiernos locales como medida preventiva ante el brote de cólera que afecta a la región oriental del país. Las dos ciudades de la provincia de Granma tenían previsto celebrar sus festejos en agosto pero las autoridades decidieron cancelarlos "para evitar la propagación de enfermedades".
Cargan con cuentapropistas del textil en Guantánamo
GUANTÁNAMO, Cuba, 8 de agosto de 2013, Roberto Quiñones Haces/ www.cubanet.org.- Una acción combinada de varias instituciones del gobierno local , guiada por la policía, arremetió este último martes contra los trabajadores por cuenta propia que tenían sus negocios de venta de ropa en las calles más céntricas de la ciudad.
Según pudo confirmar este reportero, el operativo comenzó en la calle Carlos Manuel de Céspedes, desde la Avenida Camilo Cienfuegos hasta la calle Paseo y el blanco de la acción fueron las personas que se dedicaban al negocio mencionado, debido a que según las autoridades la patente o permiso otorgado no permite la comercialización de ropa de procedencia industrial, algo que ya había sido advertido en comparecencia pública por Marino Murillo Jorge, a cargo de la política económica del país. Los demás trabajadores particulares que venden otros productos no fueron blanco del operativo.
La medida ha causado diversos comentarios. Por un lado, están los que se quejan, porque afirman que el gobierno es el responsable al haber permitido públicamente que se distorsionara el mencionado permiso de trabajo, y que a sabiendas les estuviera cobrando los impuestos puntualmente a esas personas. De otro lado, están quienes piensan que debió habérseles concedido un tiempo prudencial para que pudieran vender la mercancía y que a partir de una fecha límite se hubiera establecido una prohibición.
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Comenzó en agosto del 1993, cuando el ex secretario del Consejo de Ministros Carlos Lage anunció que la economía cubana tocaba fondo, y con ella los preceptos y las actitudes. Los estantes empezaron a vaciarse. El valor del peso cubano se volvió una broma cuando salió el dólar a la luz, para convertirse en el sueño y la pesadilla a la vez.
La tenencia del dólar fue perseguida como un virus. Se decomisaban todos los dólares ocupados a los individuos. A algunos les impusieron condenas largas. Fue despenalizado en 1994 por la presión popular del “maleconazo” y paradójicamente algunos de los sancionados aún siguen presos, porque durante la condena se complicaron con delitos inherentes a la cárcel.
La verde cara de Washington, viajó de mano en mano con suma premura por esos días, con sigilo, con susto, escondida en las medias o los zapatos, detrás del tanque del retrete o aprisionada dentro del calzoncillo. Había que encontrar un extranjero, que se dignara a comprarnos en las tiendas los productos prohibidos.
Utilizando el argot popular, podemos decir que muchos cubanos se transformaron en ratas. Comían desperdicios, hurgaban en los latones de basura, engullían pizzas que en vez de queso llevaban condones derretidos y también “bistecs” empanizados de colcha de trapear, según leyendas urbanas de la época. La capacidad de depredación llegó a niveles límites. Perros, gatos, auras, totíes, morena de mar. Hasta el pez león, una extraña especie del océano Índico que osó acercarse a la orilla de un país donde se libraba una batallaba campal por la supervivencia. Fue extinguido.
Los vagabundos pulularon, igual que dementes y suicidas. En la sociedad comenzó a crecer y desarrollarse la enfermedad del alcoholismo, como vía de escape contra los caminos sin salidas. El alto costo de la vida obligó al padre de familia que no podía comprar ron bueno para olvidar sus penas, a beber alcohol de farmacia. Apareció una maquinaria clandestina de producción de barbaridades como chispa de tren, gualfarina, calambuco. Aquellos borrachos frustrados, sin fuerzas ni carácter, ni incentivos para educar a sus hijos, no los atendieron y ellos, desde temprana edad perdieron cualquier esperanza de futuro y siguieron a sus padres por el camino del alcohol, acabando con sus destinos.
Algunos la llaman la Generación del Picadillo de Soya, que disparó a cifras incalculables la estafa y el robo de carteras. El trapicheo, la venta ilícita. Impusieron dos monedas, una débil con la que pagaba el estado los salarios y una insultante con la que se compraban las cosas. De repente todo tuvo un precio altísimo en el mercado negro. Una pecera sin uso en un rincón llegó a costar ochocientos pesos y una libra de arroz cincuenta y cinco. La inflación.
En el campo se cambiaba una tonga de ropa usada por un carnero, así como un par de botas por un puerco. Muchos individuos caminaban en caravana por los campos de Pinar del Río como zombis, cambiando jabón y detergente por arroz viandas. El trueque.
Antes que se liberara el mercado agropecuario en el 94, en Marianao había que hacer una cola desde la noche anterior para comprar carne cuando alguien mataba un puerco en el barrio.
Para subir a un ómnibus se escenificaron verdaderas tramas de películas trágicas. El aceite destinado a la producción de pan y dulces se vendía en el mercado negro, también la sal, el azúcar, y cualquier cosa que reportara dinero. Los trabajos más buscados fueron aquellos donde se pudiera robar, o cargar comida. El jineterismo instauró una verdadera revolución en la concepción de la familia. Viajar al extranjero se convirtió en una condición de vida.
Los puestos de trabajo en los centros laborales donde se operara con turismo, adquirieron precios. Operador de una gasolinera: trescientos dólares; dependiente en una tienda de divisas: doscientos; cocinero: cien. La diferencia en las posibilidades para enfrentar la crisis, entre de los que podían acceder al dólar, ahora cuc, y los que debían inventar para conseguirlos se abrió como una brecha en la identidad cubana.
En 1997, el ex secretario Lage dijo, en una aparición en público, que la economía cubana había terminado de tocar fondo y comenzaba a subir. Luego Machado Ventura y Marino Murillo lo han ido repitiendo muchas veces, pero la realidad aún espera por el milagro a la alza. Hoy la mitad de los hombres en edad laboral, que son los llamados a propiciar la emersión, “trabajan” sentados en un taburete en las puertas de sus casas, vendiendo barajitas confeccionadas por cuentapropistas con materiales robados al estado, o traídas del extranjero por mulas.
Una medalla merecemos, por empeñarnos en sobrevivir durante estos absurdos veinte años “especiales”.
“Mulitas”
Víctor Ariel González
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Raúl Castro NO es un reformista. Y no lo es por varios motivos: no tiene la voluntad para cambios verdaderos, no tiene la juventud o, peor aún, no tiene remedio de sí mismo. No sólo eso, sino que en Cuba los reformistas jamás han sobrevivido mucho tiempo a la aplastante marea de los extremismos. Ergo, suponiendo que el actual presidente fuese un reformista, no solo debería dejar de ser un “revolucionario”, sino que también tendría que ser un Mesías. Nada más lejos de la realidad.
No es menos cierto que bajo el mandato del General se han realizado tímidos cambios que tocan, entre otros, al tema migratorio, cuyas reformas entraron en vigor en enero último, cuando se eliminó el permiso de salida que hasta ese momento otorgaba exclusivamente el gobierno. La conveniencia de esta reforma en particular para el propio gobierno se refleja en varios aspectos, entre ellos:
a) El “permiso de salida” proyectaba una imagen negativa en materia de derechos humanos.
b) El Estado sigue gravando con 100 CUC a cada solicitante “válido” para obtener pasaporte.
c) Son muy pocos los países que conceden visa a cubanos jóvenes, mientras el gobierno cubano se puede “lavar las manos” con aquellos ciudadanos que no obtienen un visado.
d) Los que visitan a sus familiares en la diáspora y retornan al país también generan ingresos en divisas.
Existe, además, otra gran ventaja para el poder:
En Cuba, la bolsa negra es la principal abastecedora del hogar. El comercio ilícito provee de los productos que el Estado no “subsidia” y que en los mercados, ya sea en CUP o CUC, no se pueden encontrar o son incosteables. Por otro lado, las reformas del gobierno referentes al comercio privado son insuficientes por cuanto no existe una infraestructura económica para respaldar la red minorista de vendedores particulares.
Actualmente, los principales proveedores de los mercados no estatales, legales o no, son los cubanos que viajan al exterior. La escuálida apertura ha servido para fortalecer una red informal de personas que venden su derecho a traer cierta cantidad de kilogramos de equipaje, los conocidos como “mulitas”. Ellos son un aliviadero para la crisis y, por ahora, el gobierno cuenta con esa válvula de escape.
Hay otra peculiaridad a tener en cuenta, y es que durante los últimos años ha estado ocurriendo el fenómeno de la “españolización”. No son pocos los cubanos que han conseguido un pasaporte comunitario, el cual abre muchísimas fronteras. De esta forma es posible viajar con relativa libertad al no requerirse visa en el país de destino si se es “español”.
Ya por último, cabe suponer que no resultaron fortuitas las modificaciones aduanales de diciembre de 2011. Con ellas se estaba creando el marco propicio para que las “mulitas” del sector comercial privado pasaran a jugar el importante papel que tienen hoy.
Así es como muchos cubanos actualmente viajan a México, Panamá u otros lugares. Hacen el viaje sin pagar, ven un pedazo de mundo exterior y además cobran por traer los kilos de mercancías que les permiten las regulaciones aduanales. Son una nueva clase de “trabajador por cuenta propia” sin licencia y un eslabón clave en la cadena económica de supervivencia. El gobierno lo sabe, pero seguramente no va a hacer nada para impedirlo. Mejor para todos.
La policía es símbolo de incultura espantosa y abuso de poder
David Canela
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Muy lejos en el tiempo ha quedado aquella imagen benévola del policía amistoso y protector de la comunidad, al cual un niño le preguntaba en un spot publicitario: “Policía, policía, ¿tú eres mi amigo?”.
Actualmente, para la mayoría de la población cubana, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) es la institución estatal que peor reputación y prestigio social tiene. Y no hablo de la oposición pacífica, para la cual la policía es sinónimo de represión, actos de repudio, detenciones arbitrarias, golpizas, amenazas, y casos judiciales fabricados. Hablo de la persona promedio, del ama de casa y el trabajador humilde.
Para el común de los cubanos, el policía es un símbolo de incultura espantosa, que no sabe ni hablar, y mucho menos conoce de leyes. No sé de nadie que hable de la policía con admiración, sino todo lo contrario: con desagrado, miedo, desprecio, e incluso con burla. En el mejor de los casos, el supuesto “respeto” es una forma sublimada (e inconsciente) de sumisión, o es un recurso de complicidad.
Por sólo vestir el uniforme azul, un policía se siente en el derecho de molestar cuando quiere y como quiere, acosar en la calle, pidiendo el carnet de identidad. Chequea sin ningún motivo justificado (a veces, por ser negro y andar mal vestido), desperdicia el tiempo y, de paso, humilla. ¿Quién no se ha preguntado alguna vez: “¿Por qué me ha parado este policía”?
Supuestamente, no debemos sentirnos ofendidos, pues todos tenemos alguna culpa que esconder. Estamos fuera de la ley. El policía lo único que va a verificar es cuán lejos estamos de la ley, de acuerdo con “la misión” o a la tendencia profiláctica del momento. La policía trata a todos los ciudadanos como si fueran criminales, o sospechosos de algún crimen (que generalmente, es el crimen de sobrevivir).
La imagen típica que reproduce la policía en el imaginario popular es la de Tom y Jerry. Es el agente que persigue a las vendedoras de queso, de yogurt, de carne, de frutas, o de lo que sea. Es el que llega y dice: “Oye, tú no puedes estar ahí”. Y santa palabra. Pero también es el corrupto, que abusa de su impunidad para chantajear a cambio de dinero. Tanto que Raúl Castro habla de corrupción, ¿pero acaso no es un robo oficializado que la policía se adueñe de productos y bienes que no trabajó, y cuyo comercio está vedado, por algún absurdo principio de la legalidad socialista?
¿O alguien se imagina que los dulces y las cajitas de comida que le quitan a una anciana van a parar a un círculo infantil, a un hospital? Como si fuera una “ley seca”, la cruzada se dirige contra cualquier movimiento que parezca “irregular”, y máxime si se trata de la venta de un producto específico. A pesar del esfuerzo mediático de Día y noche y Tras la huella, aquí no se ve a la policía como la institución que devuelve lo robado, sino como la que roba.
¿Un policía honesto y amable? Si tienes suerte. ¿Un policía educado, conocedor de los derechos de los ciudadanos? Una ficción. ¿Un policía idóneo, capaz de asumir y resolver problemas? Un milagro.
El policía cubano no es un ciudadano igual que los demás, con los mismos derechos y deberes. Ellos actúan como si estuviesen por encima de la ley, porque de hecho, la ley es un fantasma, que se invoca o se desconoce a conveniencia. Anualmente, ¿cuántos agentes son denunciados por ciudadanos comunes (ya que en Cuba no existen las demandas), y se enjuician por abuso de poder, proxenetismo, o confabulación en algún delito? Y no es que falten policías corruptos.
Y si alguien tuviese alguna duda sobre las turbulencias que corren bajo estas aguas, propongo que se haga una encuesta. Claro, que aquí no existe ninguna ONG, periódico, o universidad que pudiese hacer una encuesta masiva:
¿Qué usted siente por la policía? Admiración, respeto, consideración, indiferencia, desconfianza, temor, miedo. Otros sentimientos. ¿Cree que la policía defiende sus intereses? Sí, no, tal vez, no sé. ¿Considera a la policía eficiente en su trabajo? ¿Considera a la policía corrupta? Diga en una escala del 1 al 10. ¿Le gustaría que su hijo fuese policía? ¿Cómo le gustaría que fuese esta institución?.
Hasta que no exista un poder judicial independiente, y la policía no sea un custodio fiel y consciente de las leyes, en vez de un custodio del gobierno, todo lo que se escriba será letra muerta, y todo lo que se haga, una arbitrariedad.
Mesa de los leales maltratados
Leonardo Calvo Cárdenas
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Hace pocos días, varios miembros del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR), asistimos a la reunión del recién instituido capítulo cubano de la Articulación Afrodescendiente de América Latina y el Caribe (ARAAC), en el que se expusieron algunas perspectivas acerca de la problemática racial en la Cuba actual y futura, en un nuevo intento por encausar, desde el entorno del poder, la lucha contra este trauma social tan dañino para nuestra convivencia.
La reunión fue presidida por lo que podríamos llamar “la mesa de los leales maltratados”: la escritora y periodista Gisela Arandia, a quien hace unos años le disolvieron de un plumazo su proyecto Color Cubano para sustituirlo por la llamada Comisión Aponte, una de las plataformas más ineptas e inoperantes del panorama cultural.
Junto a ella, el destacado crítico y ensayista Roberto Zurbano, víctima, hace pocas semanas, de una especie de inquisición virtual por haber dicho unas cuantas verdades en un artículo publicado en The New York Times, que además le valió la destitución de su cargo como director del Fondo editorial de la Casa de las Américas.
Los acompañaban también el guionista y realizador Tato Quiñones y el investigador, bibliógrafo y profesor Tomas Fernández Robaina, persistentemente menospreciados por el poder en sus largas trayectorias intelectuales.
En el cónclave, por enésima vez, unas pocas decenas de intelectuales e interesados reiteraron quejas, testimonios y valoraciones sobre la persistencia de los patrones y estructuras racistas de la sociedad
Los directivos del capítulo cubano de ARAAC tocaron varios temas capitales para abordar el conflicto racial en Cuba. Se habló de falta de voluntad política y de errores de percepción en los umbrales de la revolución. Se habló de cultura dominante y débil articulación hacia el interior de la población afrodescendiente. Los directivos abordaron temas de tanto alcance como la impunidad del racismo en nuestra sociedad, o los retrocesos sociales y el crecimiento de las desigualdades.
Es bueno recordar a los líderes y miembros de ARAAC-Cuba que la presión externa e interna sobre la problemática racial crece. De modo que si no quieren asumir el riesgo de un nuevo fracaso, deben abordar de frente y consecuentemente el tema, sin pasar por alto un fenómeno que en los últimos tiempos motiva la sensibilidad y preocupación de muchos interesados incluso allende nuestras fronteras.
Lo primero que deben hacer estos consagrados luchadores por la igualdad es separar sus preferencias político-ideológicas de las valoraciones y consideraciones sociales, humanas y morales que se vinculan con la problemática racial. Independientemente de su alineación ideológica, si estos activistas no reconocen la responsabilidad histórica de las autoridades cubanas en la profundización de las desigualdades que pretenden combatir, muy poco podrán avanzar en sus declarados propósitos.
Si el ARAAC-Cuba no quiere pasar a la historia como un nuevo instrumento de engaño y manipulación, debe constituirse en un auténtico mecanismo de presión, que exija a las autoridades, ante todo, respeto a sus ciudadanos y a sus compromisos. Debe conectar y sensibilizarse con la tragedia de los miles de niños afrodescendientes que pueblan los barrios marginales que circundan nuestras ciudades, privados de personalidad jurídica, canasta básica y atención secundaria de salud.
Debe demostrar su capacidad para cuestionar abierta y explícitamente a las instituciones y entidades oficiales que propician el racismo y la discriminación, entre los que destacan la Policía Nacional Revolucionaria, las FAR (en medio siglo, en Cuba hay más generales de origen chino que afrodescendientes), La Oficina del Historiador de la Ciudad, el ICRT, El Ballet Nacional de Cuba, El Teatro Lírico Nacional, el Ministerio de Turismo, o el Instituto Cubano de Aeronáutica Civil (una joven afrodescendiente, descalificada en Cuba, fue elegida la mejor azafata del mundo trabajando en Air France, por solo citar un ejemplo).
También debe asumir que solo el empoderamiento cívico, jurídico y económico de los afrodescendientes cubanos podrá contribuir a cambiar las referencias mentales y estructurales que refuerzan las desventajas y desigualdades. Y debe entender que no resulta consecuente intentar avanzar en sus propósitos pretendiendo ignorar al movimiento pro integración racial independiente, que, en muy difíciles condiciones, ha alcanzado importantes logros y muy apreciable reconocimiento internacional.
Montesinos3788@gmail.com
Tribuna de La Habana se enfada con Dayron Robles
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Dayron Robles, Campeón Olímpico en los Juegos de Beijing 2008, y plusmarquista en muchos otros torneos internacionales, recibe insultos de la prensa oficialista, sorprendida porque “desertó”, calificativo que gustan endilgar a los deportistas que deciden ser libres, sumándose a algún equipo extranjero.
En un artículo rebosante de improperios contra Dayron, firmado por Víctor Joaquín Ortega, y aparecido en el semanario oficialista Tribuna de La Habana el pasado 4 de agosto, Alberto Juantorena, presidente de la Federación Cubana de Atletismo, expone: “Recibimos una petición de la Federación Francesa de Atletismo para que se aprobara la membrecía del cubano en el club AS Mónaco, en la sección de Atletismo. Y respondimos negativamente, como ha sucedido siempre en casos anteriores. Ratifico que Cuba no autoriza que sus atletas nacionales compitan por otros países”.
El gacetillero Ortega intenta descalificar la buena imagen de Dayron aplicándole los peores epítetos. No faltan los de traidor, mercenario, y hasta el ofensivo término “¡qué deyección!”. Incluso, se arriesga con especulaciones irresponsables, por las que muy bien podría ser demandado ante la ley: “El vallista corto se ligó al engaño desde mucho antes y en su maldad fingió lesiones; después de pedir la baja del equipo nacional volvió a entrenar y adujo que lo hacía para desentrenarse”.
¿Por qué creer que Dayron mintió? Aunque sería razonable. Ícono nacional y mundial, habría tenido que enmascarar recónditas intenciones, como cualquier otra figura del deporte, condenado a ser esclavo del régimen. Incluso, la distensión migratoria del 14 de enero excluye la salida libre de deportistas y varias categorías de profesionales. Necesitan un permiso especial del gobierno, siempre por presumir posibles “deserciones”.
¿Qué delito cometió para ser tratado con tanta dureza sino el de aspirar a administrar su talento? Librarse de las ataduras de un gobierno que ni siquiera aceptó su petición de importar un automóvil y poseer una casa confortable en su ciudad natal. Poco pedía tan excelso astro del deporte.
El articulista de Tribuna… se enreda en confusas jerigonzas: “El deporte, ningún sector queda fuera, necesita de transformaciones acorde al momento, aunque no nos guste: el mundo es como es, no como quisiéramos que sea”. Y de paso, reconoce lo que es secreto a voces: “Tampoco debemos soslayar que urge superar el trato espiritual y material a los deportistas y la existencia de injusticias sufridas por ellos”.
Tampoco dejaría de echar en cara la formación académica del deportista, que el periodista asume como una dádiva del gobierno, cuando en realidad fue costeada por la ciudadanía, una vez que el Estado politizó y prohibió la enseñanza privada. Sin contar que los profesionales cubanos pagan bien cara su mediocre enseñanza “gratuita” trabajando de por vida para el estado con sueldos de un dólar por día.
¿Por qué negar la gloria al campeón Dayron Robles, por qué demonizarlo por no aceptar ser un pelele?
cosanoalen@yahoo.com
NOTICIAS
Antúnez: "Todos los opositores estamos en peligro de muerte"
MIAMI, Florida, 8 de agosto de 2013, www.cubanet.org.- Los opositores Jorge Luis García Pérez (Antúnez) y su esposa, Iris Tamara Pérez Aguilera, rompieron a llorar hoy al tratar de explicar lo que para ellos significa el exilio, en una rueda de prensa que tuvo lugar en la mañana en la Casa Bacardí, de la Universidad de Miami.
No hacía falta esconder la emoción. No caben dudas de que ha sido un momento esperado durante largos años, con la certeza, desde la isla, de que no iba a ser posible. Pero la vida lo quiso y por eso se soltaron las lágrimas frente a un auditorio que tenía como figura legendaria al Comandante Huber Matos.
Antúnez y el Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil Orlando Zapata Tamayo han convocado a la campaña titulada Paro Nacional, dentro y fuera de Cuba, que de manera civilista, dijo, tratará de conformar una Asamblea Constituyente.
Hay una campaña ya iniciada, puntualizó, cuyo lema es “Yo sí quiero el cambio”, cuyos rótulos estaban fijados a la mesa, haciendo una convocatoria a no cooperar con la dictadura. Paro Nacional comenzó en las prisiones. “Estamos pidiendo paralizar las estructuras del régimen, contribuir al absentismo en la farsa electoral del Poder Popular”.
Para la logística se han basado en que el pueblo sea movilizado por el propio pueblo. La misión del exilio, dijo Antúnez a continuación, no es solo enviar fondos a Cuba. Con esta idea, reiterada en su discurso, no se conciben fronteras entre lo que se ha dado en llamar Diáspora cubana y los nacionales que sufren en la isla.
El opositor, que actúa –privilegiada y estratégicamente- al centro de Cuba, en Villa Clara, dijo que ahora existe cierto optimismo dentro de la oposición y del pueblo en general, por la posibilidad del reencuentro de la nación que ofrecen los viajes al exterior de disidentes, que antes siquiera se pensó posible. Pero se trata de “una estrategia maquiavélica del régimen, no hay que engañarse con falsas aperturas”, comentó.
“Todos los opositores estamos en peligro de muerte. El asesinato de Payá (Oswaldo Payá, líder del opositor Movimiento Cristiano Liberación) es una muestra del peligro que vivimos. No sería extraño que, a nuestra vuelta, pudiera pasarnos algo. Hay muchas maneras de reprimir”.
Con respecto a otros grupos opositores, y cuestionado por la prensa en el sentido de la coordinación, la unidad, citó en primer lugar al doctor Oscar Elías Biscet, quien, al ser excarcelado prefirió la vía de la oposición desde adentro, y también nombró a José Daniel Ferrer como líder de UNPACU, activista fundamentalmente en Santiago de Cuba.
El Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil Orlando Zapata Tamayo organiza cacerolazos, marchas relámpago en la región central. Es, en palabras de Antúnez, una sombrilla civilista.
El preso que casi nadie menciona
García Pérez (Antúnez), además de encontrarse con el exilio histórico de Miami y presentar aquí su campaña, viene a clamar por el prisionero político de su grupo Armando Sosa Fortuny, quien, en su opinión, es de los menos mencionados o de los más olvidados en la prensa que, desde el exterior, habitualmente trata asuntos cubanos.
Nacido el 10 de octubre de 1964, el líder de la resistencia de la región central es un negro que llama por su nombre a su raza. “Soy un negro con mucho orgullo de serlo. Aunque todos sabemos que ser negro en Cuba es un estigma”. Y narró una anécdota racista que a los cubanos tal vez no asombre, pero fuera de ese contexto es, mucho más que políticamente incorrecta, una barbaridad.
Un entusiasta partidario del régimen, en el año 1993, le lanzó una soga para que se ahorcara, con el argumento de que los negros “contrarrevolucionarios” no valen para nada. “Deberíamos agradecer a Fidel”, le dijo el hombre que, por cierto, también es negro.
“En la sociedad cubana, el único sector rompedor con el racismo ha sido la oposición”, acotó Antúnez con toda seguridad.
Su esposa ha sido golpeada infinidad de veces, secuestrada y humillada en plena vía pública. Iris Tamara Pérez pertenece al movimiento cívico opositor Damas de Blanco, el “destacamento de vanguardia de la resistencia”, según Antúnez. Ahora Iris, frente a un auditorio que los aclama, pero sobre todo los respeta, vestía traje negro de pantalón y chaqueta. Su voz le alcanzó, emocionada, para decir: “Ustedes –al auditorio- son parte de nuestro pueblo”.
La pareja, correctamente vestida y mostrando buenos modales, además de mucha locuacidad en el caso de Antúnez, ha venido precisamente para eso, para aportar un grano de humildad al reencuentro de la nación. Tal vez, con estos viajes, comience a romperse definitivamente el mito de que los exiliados volverán a Cuba a sacar a quienes encuentren en sus antiguas casas.
Carnaval en tiempos de Raúl Castro
LA HABANA, Cuba, 8 de agosto de 2013, www.cubanet.org. Desde el próximo viernes 9 y hasta el domingo 18 se desarrollará el carnaval habanero que, dado al actual nivel de violencia en la capital cubana, preocupa a la población y las autoridades.
Todos los años se registran alzas en los índices criminales con la llegada del verano, pero este año la violencia se ha disparado: ¿qué pasará en los carnavales?
La crisis de valores es evidente: niños de 10 años se interesan más por comprar una navaja que una pelota de fútbol, en la tienda de equipos deportivos “Carlos III”, afirman que es para su protección; argumento real porque no pocos adolescentes han adoptado la moda de salir a pasear portando bates de baseball.
Semanas atrás, uno de estos grupos protagonizó un altercado al lanzar botellas contra la policía en un lugar céntrico del barrio Vedado. Esta vez, los oficiales no respondieron por disposiciones de sus superiores. A consecuencia, la situación se ha vuelto incontrolable, aseguran vecinos y dueños de negocios particulares en el área.
Días antes, Galia Binder, una joven turista estadounidense afirmó haber sido asaltada en plena vía pública, por jóvenes que portaban armas de fuego, mientras paseaba con una amiga en el barrio Vedado. Las autoridades policiales no atraparon a los asaltantes después de haberla hecho dar varias vueltas por la zona en una patrulla. Por suerte, la americana sólo perdió el dinero que llevaba en la cartera.
En la parroquia del principal cementerio de La Habana, la Necrópolis de Colón, los religiosos se muestran preocupados por el aumento de funerales con adolescentes, jóvenes y adultos, víctimas de altercados violentos. Un punzón cegó la vida de un adolescente en pleno concierto acaecido en la mismísima tribuna erigida frente a la oficina de intereses norteamericana, en el Malecón, otro joven falleció producto de un balazo, recibido en un concierto en el Anfiteatro de Marianao, por sólo mencionar dos casos aislados.
Preocupa a muchos padres asistir con sus hijos al centro de los carnavales habaneros, comprendido desde la Piragua hasta el Torreón de San Lázaro, zona pesimamente iluminada del peligroso barrio Cayo Hueso, desbordada de alcohol, calor, estrés exacerbado por la perenne crisis económica.
Efraín Sabás, director artístico de los carnavales habaneros, ya se ha dado a la tarea de armar una docena de carrozas, tiradas por tractores agrícolas, animadas por orquestas de casi toda la nación, fundamentalmente de Pinar del Río y Santiago de Cuba.
Las fiestas de carnaval de las ciudades de Bayamo y Manzanillo fueron suspendidas por los gobiernos locales como medida preventiva ante el brote de cólera que afecta a la región oriental del país. Las dos ciudades de la provincia de Granma tenían previsto celebrar sus festejos en agosto pero las autoridades decidieron cancelarlos "para evitar la propagación de enfermedades".
Cargan con cuentapropistas del textil en Guantánamo
GUANTÁNAMO, Cuba, 8 de agosto de 2013, Roberto Quiñones Haces/ www.cubanet.org.- Una acción combinada de varias instituciones del gobierno local , guiada por la policía, arremetió este último martes contra los trabajadores por cuenta propia que tenían sus negocios de venta de ropa en las calles más céntricas de la ciudad.
Según pudo confirmar este reportero, el operativo comenzó en la calle Carlos Manuel de Céspedes, desde la Avenida Camilo Cienfuegos hasta la calle Paseo y el blanco de la acción fueron las personas que se dedicaban al negocio mencionado, debido a que según las autoridades la patente o permiso otorgado no permite la comercialización de ropa de procedencia industrial, algo que ya había sido advertido en comparecencia pública por Marino Murillo Jorge, a cargo de la política económica del país. Los demás trabajadores particulares que venden otros productos no fueron blanco del operativo.
La medida ha causado diversos comentarios. Por un lado, están los que se quejan, porque afirman que el gobierno es el responsable al haber permitido públicamente que se distorsionara el mencionado permiso de trabajo, y que a sabiendas les estuviera cobrando los impuestos puntualmente a esas personas. De otro lado, están quienes piensan que debió habérseles concedido un tiempo prudencial para que pudieran vender la mercancía y que a partir de una fecha límite se hubiera establecido una prohibición.
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