Santa Clara, 3 de Abril del 2010
Declaración a las madres ucranianas.
Señoras madres de los niños afectados por la catástrofe de Chernóbil y el Fondo Internacional de Chernóbil.
Quien suscribe es un psicólogo, que en la década de los noventa del pasado siglo XX, atendió a sus hijos, cuando ejercía como psicoterapeuta en el Hospital Pediátrico “Pedro Borrás en la ciudad de la Habana.
Ahora me encuentro realizando una huelga de hambre y sed, porque fue asesinado un prisionero político y de conciencia. Nombrado Orlando Zapata Tamayo, el pasado 23 de febrero de este año y solicitando la liberación de 26 presos políticos con pero estado de salud.
Desgraciadamente ya no se puede revivir al asesinado y mucho menos echar atrás la crueldad y la falta de humanismo, que fueron las causas principales de este crimen de Estado.
Ustedes declararon en una reciente carta abierta:
“…que no hay un país más libre que Cuba,…y donde nunca y bajo ninguna circunstancia se han violado los derechos humanos”.
Les pregunto: ¿Realmente ustedes han vivido en el seno del pueblo cubano? donde a pesar que el gobierno no garantiza la alimentación de su ciudadanía, cualquier acción que se haga para alimentarse es delito.
¿Alguna vez han comprendido ustedes que ninguna conoce al pueblo cubano y menos las vicisitudes por las que atraviesan los cubanos de a pie y nunca los gobernantes que ustedes tanto halagan?
Los niños afectados por el accidente de Chernóbil, siempre han sido enclaustrados en enclaves paradisíacos, diseñados por las autoridades cubanas. Lo que ustedes vieron en el campamento de Tarará, no es bajo ningún concepto la verdadera Cuba, la auténtica Cuba no es una “Isla de Libertad”, como ustedes dicen en su documento, por el contrario; es una nación fragmentada por una dinastía familiar donde existen más de 250 prisioneros políticos para sólo once millones de habitantes y en la cual la población penal es la más alta per cápita del mundo.
Creo que el agradecimiento ante la enfermedad de sus hijos les ha llevado a ser superficiales en sus planteamientos públicos, pues quienes sufrimos la falta de derechos humanos en carne propia, somos los cubanos que no formamos parte del poder y merecemos respeto.
Respecto a este programa de ayuda y atención a los niños de Chernóbil se hizo en plena crisis económica y los recursos entregados a ustedes les fueron quitados a los cubanos más humildes y estos nunca han protestado, porque somos un pueblo esencialmente solidario.
Por eso estimo que a la ciudadanía cubana ustedes deberán estar agradecidas y no a quienes nos desgobiernan, quienes usan una falsa solidaridad y un espurio humanismo hacia otros pueblos, para que el mundo no se fije en las atrocidades que lleva más de media centuria cometiendo en el interior de Cuba y con los cubanos.
Si más, atentamente
Licenciado en Psicología
Guillermo Fariñas Hernández
Expreso político en tres ocasiones, bibliotecario y periodista independiente
lunes, 5 de abril de 2010
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