http://www.librosenred.com/libros/quebuenobailaustedlamusicacubanaatravesdebennymore.html
Esta novela narra la vida del sonero más importante de la historia: Bartolomé Maximiliano, "El Benny", Moré, así como los fundamentos de ese fenómeno único que es la música cubana.Con una prosa llena de emoción y poesía, el autor describe el desarrollo musical de "El Benny" desde su humilde infancia hasta sus años de fama y su muerte. Qué bueno baila usted es, también, una historia de la m...
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jueves, 29 de abril de 2010
miércoles, 28 de abril de 2010
FARINA RECHAZA ABANDONAR LA HUELGA
El disidente y periodista independiente Guillermo Fariñas Hernández, rechazó la petición escrita por un grupo de 88 opositores quienes le piden que cese la huelga de hambre que realiza en Cuba.
El texto fue entregado a Fariñas en el hospital de Santa Clara, donde es atendido desde el 11 de marzo, y a la prensa internacional en La Habana.
Los firmantes señalan que el gobierno comunista reacciona con impiedad ante la protesta de Fariñas, quien pide la libertad de los presos políticos enfermos, y le sugieren encabezar la campaña “Yo acuso”, también en favor de la libertad de los presos políticos cubanos.
La propuesta de los 88 opositores fue declinada por el periodista, por entender que la misma es inviable.
Fariñas subrayó que la opinión pública internacional está girada hacia lo que ocurre en Cuba en materia de derechos humanos, y que ahora no es el momento de retirar la presión sobre el gobierno comunista, sino acentuársela para que se vea la necesidad de hacer cambios.
Pulse en el audio si desea escuchar a nuestro colega Alvaro de Insua con la información
domingo, 25 de abril de 2010
EL GOBERNADOR DE PUERTO RICO SE REUNE CON DISIDENTES CUBANOS
El Lcdo Luis Fortuno, Gobernador de Puerto Rico, se reunió con disidentes cubanos y con parte del exilio histórico que reside en la Isla del Encanto.
Después de la reunión se oficio una misa en el Patio del Palacio por las Damas de Blanco y por Fariñas, el huelguista que lleva ya 60 días en ayuno, pidiendo la liberación de 26 presos políticos gravemente enfermos, según los mismos médicos de la Policía Política cubana.
La violencia del gobierno castrista sera vencida con la seducción de lo bello, lo justo, dijo el Sacerdote, durante la Misa...
Después de la reunión se oficio una misa en el Patio del Palacio por las Damas de Blanco y por Fariñas, el huelguista que lleva ya 60 días en ayuno, pidiendo la liberación de 26 presos políticos gravemente enfermos, según los mismos médicos de la Policía Política cubana.
La violencia del gobierno castrista sera vencida con la seducción de lo bello, lo justo, dijo el Sacerdote, durante la Misa...
jueves, 22 de abril de 2010
A UNA DECADA DEL CASO ELIAN GONZALEZ
Por Faisel Iglesias .
(Hace una decada, a raiz del caso de Elian Gonzalez, escribi este articulo en la prensa de Puerto Rico. Hoy creo que el mismo continua con vigencia. Por eso lo vuelvo a publicar)
Los fenómenos sociales son complejos y simultáneos. Infinitas causas de origen inmemorial pueden converger en determinadas circunstancias en un momento dado y producir eso que las ciencias sociales denominan un fenómeno, cuya trascendencia es imprevisible. El niño balsero Elián González es un fenómeno social, el símbolo de una revolución desvirtuada, revertida, la pesadilla de una guerra fría sobreviviente, el rostro de una inocencia imposible, la cara del desamparo, el reflejo de una isla cautiva, de un exilio balsero, pero nunca desterrado de sus sueños, de su capacidad de resistir y de luchar, la manzana de unos políticos que solo miran al poder, para cuyo fin se justifican los medios.
Quien le iba a decir a sus padres, que aquel acto de amor iba a enfrentar tantos odios, que tantas vidas se sentirían reflejadas en la desgraciada criatura, que un niño desatara, con nuevos brios, la bíblica controversia legalidad - legitimidad, libertad - opresión, oriente - occidente, valor - cobardía, democracia - dictadura, capitalismo - socialismo, o como la inocencia es capaz de demostrar con hechos la ley física de que polos opuestos se atraen, o la máxima leninista de que los extremos se confunden.
Si le ponemos uniforme y barba nadie se parecerá más a Fidel Castro que la Reno y si afeitamos y le pegamos los espejuelos de miope bien pudiera confundirse el patriarca con la funcionaria del asalto al inocente a mano armada. De Clinton no vale la pena hablar. Que catadura la de un hombre capaz de traicionar la confianza de su familia, ridiculizar la Primera Dama de un país y poner en peligro la estabilidad de una nación por una zaya nueva.
LA PATRIA POTESTAD.
Hay dos verticalidades al parecer conectables pero no siempre capaces de fusionarse, que ocupan el trono de la mente: el sentimiento y el pensamiento. ¿Con quién mejor que con los padres puede estar un hijo? ¿Quién puede pensar que un bienestar económico puede despojar a un padre de sus hijos, como si los pobres no tuviesen derecho a la paternidad ? La realidad es más compleja.
Es cierto, a simple vista pudiera pensarse que el caso de Elián González es una ordinaria litis de derecho que ambos países entienden de manera diferente, un choque de culturas jurídicas, de mentalidades, de contrastes en instituciones y actitudes respecto al derecho de familia entre un país latinoamericano y uno anglosajón, entre un país de tradición romano- germánica de derecho civil y otro de tradición sajona- británica, judicial y que, en consecuencia, dado que se trata de un niño cubano, la milenaria institución de la patria potestad se inclina, en defecto de la madre, a favor del padre y por tanto puede éste decir, hacer y deshacer por el infortunado menor. El derecho moderno, en Roma solo tiene la raíz.
La Constitución Castrista establece que el Partido es la vanguardia que orienta y dirige a la sociedad, estado y gobierno hacia el logro de la sociedad comunista. Por otra parte, aunque el Código de Familia reconoce la institución de la patria potestad, el de la Niñez y la Juventud consagra la obligación de los padres a educar a sus hijos dentro de los principios y moral socialista. En consecuencia la patria potestad de Elián González no la tiene su padre, sino el Partido, que la ejerce con mano militari, en virtud de las ordenes del Comandante en Jefe, que además administra a Cuba como su finca privada, haciendo gala de su condición de dueño y señor de la vida, villas y haciendas de todos los cubanos.
La patria potestad moderna no responde a los intereses del pater romano, ni a la voluntad del señor feudal, ni a los caprichos de un tirano, ni a la voluntad política de un partido, ni a un padre sometido, sino que ha evolucionado a velar por los mejores intereses del menor, que no deben ser valorados a tenor con el dinero y lo que puede este comprar ni a favor o en contra de una u otra tendencia política. Así lo consagra la Convención de las Naciones Unidas referente a la niñez, las legislaciones y las doctrinas en todas partes del mundo en nuestros tiempos.
No se trata pues del cumplimiento de un dogma, de responder a una voluntad política, sino de una científica interpretación del derecho, de lo justo, la equidad, que exige un debido proceso de ley de carácter sustancial, tener en cuenta la razón natural de acuerdo con los valores, principios y leyes generales y estatutos especiales en un contexto histórico determinado.
EL PRINCIPIO DE LA LEY ESPECIAL.
El Congreso de los Estados Unidos dispuso que "todo extranjero que se encuentre físicamente"en territorio nacional puede pedir asilo. Es un principio de interpretación del derecho, universalmente reconocido que la ley especial se impone ante la ley general y la doctrina. Elián, por supuesto, es parte del todo. El Tribunal del Circuito de Apelaciones que conoció del caso expresó que la disposición del Congreso de "todo extranjero" no tiene un significado incierto solo porque es amplia. Y en la nota al calce No.8, de la mencionada sentencia nos recuerda que "los niños de edad escolar no se encuentran entre los excluidos" a pedir asilo. En caso de lenguaje claro de la norma los Tribunales deben ser fieles a su interpretación literal. Donde la ley no distingue no cabe distinción. De modo que el argumento del Gobierno de los Estados Unidos y Fidel Castro (los extremos al fin se confunden) de que muerta la madre le corresponde al padre complementarle su personalidad jurídica , carece de valor de ciencia.
LA CAPACIDAD JURÍDICA.
Desde la época romana se reconoce que el solo hecho de vivir un instante separado del claustro materno nos concede la capacidad de ser sujetos de derecho. Hay, sin embargo derechos y obligaciones que se adquieren, por disposiciones de leyes especiales, a cierta edad.
En consecuencia el estatuto norteamericano le concede a los menores de edad plena capacidad para solicitar asilo político por su propio derecho. El padre de Elián González en virtud de principios jurídicos y leyes generales y de la milenaria Institución de la patria potestad tiene un interés legítimo en el asunto (subordinado siempre en nuestros tiempos a los mejores intereses del menor) y por tanto, a participar en la litis como un tercero con interés legal e impugnar la capacidad del menor para dar su consentimiento, impugnar su firma si es preciso y abogar por un desarrollo armónico de su personalidad. Es parte permisible porque posibilita un remedio más amplio, pero no es indispensable ya que su participación no impide una resolución justa del caso.
Para Fidel Castro y otros que ven por sus ojos, así como muchos críticos de visión ideológica el sólo hecho de que se trate de un estatuto estadounidense significa un premeditado robo de niños al tercer mundo. Elián no fue secuestrado de su jurisdicción y entregado a otra como pretende hacer ver el decano de los dictadores, sino que fue sometido a la jurisdicción de los Estados Unidos por quien tenía su guarda y cuidado y su patria potestad, su madre, quien por él y mejores horizontes, dio su vida a los dientes de los tiburones en las endemoniadas aguas del Estrecho de la Florida.
Resulta una necesidad histórica del derecho norteamericano concederle capacidad para pedir asilo a los millones de niños que arriban a su territorio, ¿Quién se atreve a ir contra el discurso del universo? El hombre antes de ser plenamente hombre ya era nómada y cuando se pudo asentar se volvió inmigrante y es que el hombre necesita una porción de tierra más allá de la que pisan las plantas de sus pies, porque tiene naturaleza cosmopolita. ¿Cuántos niños no llegan solos y desamparados en busca de los alimentos, la instrucción y el libre albedrío que sus tiranos tercermundista les niegan? ¿Cómo entonces viabilizar su estatus legal? Resulta mucho más legítimo concederle derecho a un niño a pedir asilo (en fin, patria es humanidad) que imponerle capacidad para matar y morir a jóvenes de solo 16 años de edad en guerras ajenas, a miles de kilómetros de la tierra que los vio nacer.
CLAUSULA DE SUPREMACÍA.
Las leyes también, y es un principio antiguo, tienen un orden jerárquico de aplicación. No se puede imponer una ley a una norma constitucional de la misma manera que no se puede aplicar un reglamento ignorando una ley. De modo que aunque el servicio de Inmigración y Naturalización de los Estados Unidos (que es una agencia administrativa ) tenga el poder de reglamentar y establecer procedimientos que rijan la presentación de solicitud de asilo, no puede transgredir lo dispuesto por un estatuto del Congreso, so pena de incurrir en una inconstitucionalidad.
EL DEBIDO PROCESO DE LEY.
Las Naciones Unidas han consagrado una norma universalmente aceptada que dispuso que la patria potestad se subordina a los mejores intereses del menor, y que además, en caso de conflicto de derechos de un menor, se debe garantizar un debido proceso de ley. La propia Constitución Norteamericana garantiza a todos no sólo un debido proceso en el sentido procesal, que se satisface con la garantía de ser oído y que se podía dar por cumplido con una simple notificación, sino que además garantiza un debido proceso de ley de carácter sustancial.
El primero, el Servicio de Inmigración y Naturalización de los Estados Unidos estaba dispuesto a garantizarlo e hizo ciertas notificaciones formales a los familiares de Elián González en Miami, exigiendo la devolución del menor, pero el debido proceso de carácter sustancial, ése que a base de pruebas de valor de ciencia, ante un tribunal imparcial, haga que aflore la verdad y la voluntad de manera inteligente y libre, encaminada a hacer prevalecer los mejores intereses del menor, sólo la capacidad de unidad y de lucha de un exilio militante puede provocarlo, a pesar de los esfuerzos concertados de Fidel Castro y el Gobierno de Clinton.
EL DERECHO ES UNA CIENCIA SOCIAL AUTÓNOMA.
La virtud de la ley no está en la legalidad, que es el dogma, sino en la legitimidad, que es el acto humano creador de más naturaleza. Ya el derecho no es considerado el arte de lo justo y de lo injusto como en la antigüedad, ni simples normas reguladoras de la vida social como en la modernidad o como un instrumento (y por tanto sin valores propios ) como han pretendido consagrarlo los amantes de las dictaduras comunistas. El derecho es una ciencia social autónoma, capaz de ejercer su imperio al servicio de la pluralidad de la humanidad, y las ciencias, como las artes, no son excluyentes entre sí. ¿Qué aconsejan los psiquiatras, los psicólogos, los pedagogos? ¿Por qué nuestros antepasados saltaban de isla en isla en canoas tan frágiles como las balsas cubanas o las yolas dominicanas, recorriendo todo El Caribe? Los políticos responden al poder - que es el sometimiento de los otros- a los intereses coyunturales. ¡Qué le importa a Fidel un niño si el hundió el remolcador 13 de Marzo!. ¡Qué le importa a la Reno un inocente si ella asalta a campamentos de indefensos a canto de fusiles! ¡Qué le importa a Clinton ponerle un fusil en el pecho a Elián si el le cae a bombazos al mundo.
EL HOMBRE TIENE NATURALEZA COSMOPOLITA.
Mientras más de 27 organizaciones de puertorriqueños en Estados Unidos se opusieron a la forma violenta en que sacaron a Elián González de la casa de sus familiares en Miami y muchos hispanos se unieron a los cubanos en sus manifestaciones callejeras, algunos líderes de ideologías antiguas y derrotadas han expresado que "el problema de Elián González es un problema cubano ", que rescatado el niño se acabó el problema", "que la comunidad de gusanos y extremistas de Miami es la culpable de los daños que sufre y sufrirá el niño. Es el resurgir del lenguaje hitleriano de los nacionalistas excluyentes de llamar insectos, bacterias a las almas errantes, la frase rencorosa de los sostenedores de ideologías agotadas.
Ya desde las Sagradas Escrituras se sabe que no hay hombre ni mujer, ni árabe ni hebreos; dígase hombre y se ha dicho todo. Las fronteras, son un invento de la burguesía de apenas unos siglos. Las razas son un pretexto para la explotación y no han servido más que para perpetuar injusticias, dividir la humanidad. Es reaccionaria, contranatura, anticientífica la ley que se oponga a la naturaleza del hombre y hace morir a millones de mexicanos en el Paso, que devuelve a los Haitianos, que hace que miles de dominicanos se ahoguen en el Canal de la Mona, que arranque de los brazos de una madre boricua a un niño de dos años y se lo lleven allá lejos, adonde una ley machista no permite que avance la sociedad que antaño era la más avanzada.
LOS EXTREMOS SE CONFUNDEN.
Pocos días después de haber llegado Elián González a la casa de sus familiares de Miami se veía con vestimenta extravagante y se habló de viajes al reino mágico de Disney World, que pretendían lavarle la cabeza. Recuerdo mi niñez cubana de escaseces y sueños rotos y no me puedo imaginar cómo alguien pudiera evitar que yo no hubiese procurado lo mismo. Sin embargo, esas imágines son negativas. Las conciencias no se compran. Los niños se educan. Paradójicamente, poco tiempo después el gobierno cubano presentaba al mundo la casa en que sería recibido Elián en la Habana, Una lujosa mansión, confiscada a una de esas familias burguesas que ahora vive en el exilio como millones de cubanos. Al fin los extremos se confunden.
LA IGNORANCIA MATA A LOS PUEBLOS.
Se ha dicho que una comunidad de exiliados queriendo beneficiar a Elián y perjudicar a Fidel Castro terminó, con su conducta extrema, por darle un triunfo al dictador perjudicando al inocente. Que se ha utilizado un niño para adelantar agendas políticas. Y es cierto. En estos tristes tiempos, el sólo acto de sobrevivir es político. Por eso llora su prima en Miami y la humanidad entera siente el dolor. La vida es dramática y todo hombre honrado ha de sentir en su rostro la bofetada que se da a otro hombre. Si todo un pueblo no se une devolverán a los cubanos como devuelven a los mexicanos y a los haitianos, seguirán despojando a una madre de su hijo aunque se quebrante la ley de la maternidad y de la naturaleza. "La ignorancia mata a los pueblos y es preciso matar a la ignorancia".
MEA CULPA.
Inmediatamente después de aparecer en todo el mundo la imagen del niño Elián González con fusil en el pecho empuñado por un soldado norteamericano, la abuela materna, ignorando la voluntad de su propia hija, razón por la que dió la vida, como en un cuento surrealista aparecía ante las cámaras de la televisión en La Habana, expresando que con el "rescate" de Elián, su hija comenzaría a ser feliz y a descansar en paz.
Son expresiones diabólicas de seres poseídos por el miedo, por verdades vistas desde un lado, de mentiras tantas veces repetidas que terminan por creerse, historias que se han repetido una vez tras otra ante los aparatos represivos de las dictaduras comunistas, donde inocentes se declaran culpables, hijos delatan a los padres, conspiran contra amigos, de víctimas que ante el pelotón de fusilamiento su ultimo grito es de vivas al verdugo. Aún los artistas no olvidan las declaraciones del poeta Eberto Padilla y el pueblo tiene presente al general Ochoa.
VOLVER A CUBA.
En fin, la pregunta obligada: ¿debió Elián volver a Cuba? Muchos compatriotas de años en el exilio y desarraigo piensan que ello significa someterlo a un proceso de adoctrinamiento que terminaría por convertirlo en el joven revolucionario, miembro de las Brigadas de Acción Rápida, repartidor de estacazos a los disidentes. Otros, precisamente los disidentes piensan que no, que Elián en Cuba tendrá que enfrentarse a la realidad o evadirla como su madre muerta. Por mi parte, como disidente y exiliado esa pregunta no la puedo responder. Es como poner al Dante de nuevo ante el infierno. Por lo pronto esa comunidad que ha despreciado el mantengo y que ha convertido a una zona de pantanos llenos de cocodrilos en una de las ciudades más prosperas del mundo, ha demostrado el valor de la unidad, que ... "los derechos no se mendigan, se conquistan". De la temeridad de su madre y la cobardía de su padre se encargará el propio Elián.
EL CUBANO VIVE CON 60 CENTAVO DE DOLARES
Según expresara este 21 de abril de 2010, en una conferencia en San Juan de Puerto Rico, el Lcdo Joaquín Monserrate, Political and Economic Section Cheif, el cubano promedio vive con solo 60 centavos de dolares diario, lo que unido a la escaces de libertades lo ni vela a Haiti.
La economia cubana, expreso el diplomatifco, sobreve solo por la ayuda que le ofrece el gobierno de Hugo Chavez. Ante esta situación el dalmático no descartas una explosión social en cualquier momento.
La economia cubana, expreso el diplomatifco, sobreve solo por la ayuda que le ofrece el gobierno de Hugo Chavez. Ante esta situación el dalmático no descartas una explosión social en cualquier momento.
martes, 20 de abril de 2010
ABOGA POR EL DIALOGO CARDENAL CUBANO
Para cualquiera que preste atención a lo que acontece en Cuba hoy, sea cubano o extranjero, está claro que atravesamos uno de los momentos más singulares de nuestra historia. Por mucho que se insista en lo contrario, hay imprecisiones en los contornos económicos, políticos, culturales y hasta religiosos que condicionan la vida nacional. A lo anterior habría que añadir el lugar que ocupa la Iglesia en medio de la sociedad cubana: mientras para algunos dice demasiado, otros consideran que dice poco.
Con esta entrevista al cardenal Jaime Ortega, Palabra Nueva ofrece no solo el criterio oportuno de nuestro arzobispo y pastor en relación con el momento que vivimos, sino que en su palabra se reitera, una vez más, el llamado de la Iglesia al diálogo y la reconciliación entre todos los cubanos.
Orlando Márquez Palabra Nueva: Señor cardenal, recientemente los medios nacionales dieron amplia difusión a una reunión en la que estuvieron presentes los pastores y líderes de prácticamente todas las confesiones religiosas presentes en Cuba junto al presidente Raúl Castro, la señora Caridad Diego, jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos, otros altos funcionarios cubanos, así como el religioso dominico brasilero frei Betto. Pero no hubo obispos ni representantes de la Iglesia católica en Cuba en ese encuentro. Esto ha generado en muchos algunas dudas o preguntas sobre la posición de la Iglesia en relación con el gobierno cubano. ¿A qué se debe la ausencia de la Iglesia católica en estos eventos?
Cardenal Jaime Ortega: Para este acto recibimos invitación tanto los obispos auxiliares como yo y otros miembros del clero y algunos religiosos y religiosas, pero declinamos asistir por tratarse de una conmemoración de dos eventos no relacionados directamente con la Iglesia Católica. Uno es el aniversario de una reunión efectuada por el presidente Fidel Castro hace veinte años con el Consejo de Iglesias de Cuba, al cual no pertenece la Iglesia Católica. El otro hecho onmemorado conjuntamente, fue la publicación en Cuba del libro “Fidel y la religión” de frei Betto, que tampoco nos implicaba directamente a nosotros como Iglesia, si bien este
libro contiene varias acertadas respuestas de Fidel que tienen valor aún hoy, con respecto a temas pendientes en las relaciones Iglesia-Estado, como son varios aspectos de la educación católica. Pero no creemos que esta conmemoración justificara una convocatoria tan amplia de distintas confesiones religiosas, representantes de cultos sincréticos, espiritistas y aún dirigentes de la masonería, que no constituye esta última una religión.
Creo que lo único que tienen en común esas manifestaciones religiosas, animistas o asociativas, es el hecho de ser atendidas todas por la misma Oficina de asuntos religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Pero esta oficina, que presta servicios a los distintos sectores religiosos, pararreligiosos o asociativos de Cuba, no constituye una especie de máximo organismo que reúna, con un mismo fin, a los distintos grupos que le estarían subordinados.
P.N.: En ese mismo encuentro se evocaban palabras del ex presidente Fidel Castro en la entrevista concedida a frei Betto hace veinte años y recogida en el libro que usted menciona, concretamente su llamado a una “alianza estratégica” entre cristianos y marxistas para hacer frente a los males de América Latina. Pero ahora la “alianza estratégica” sería una alianza definitiva entre cristianos cubanos y las autoridades en Cuba para trabajar, se dijo,por el bien de la sociedad. Como la Iglesia no estuvo en ese encuentro, ¿qué responde a esa invitación a establecer una alianza estratégica definitiva con el gobierno por el bien de la sociedad?
C.J.O.: En efecto, se habló en esa ocasión de una alianza estratégica, con el Estado cubano y con vistas al bien del pueblo, por parte de los distintos grupos allí reunidos.
Nunca he aceptado esos términos para considerar la acción propia de la Iglesia dentro de la sociedad y sus relaciones con los poderes del Estado, porque tienen resonancias militares o políticas en nada conformes para desarrollar las relaciones de la Iglesia con el Estado, pues la posibilidad de actuar en la sociedad, de servir a los hombres y mujeres que viven en nuestro país, no depende de un pacto social expreso o tácito de la Iglesia con el Estado.
La acción de la Iglesia dentro de la sociedad pertenece al orden de los derechos y el derecho a la libertad religiosa está reconocido claramente en la Constitución vigente en Cuba. Es dentro de ese propio marco constitucional, según su misma identidad y su modo propio de proceder, que la Iglesia Católica despliega su
misión en Cuba en pro del bien común. En la búsqueda del bien común puede la Iglesia coincidir con instituciones oficiales o privadas, con organismos internacionales de ayuda, etc., que colaboran al bien general de la nación cubana; pero ni vertical ni horizontalmente la acción de la Iglesia se funda en alianza alguna, sino que brota del derecho que tiene el cuerpo eclesial de hacer presente el amor de Jesucristo en el mundo de hoy según su propia misión.
P.N.: Cuando la Iglesia habla de bien común, habla también de una serie de condiciones favorables que permitan el desarrollo pleno de la persona que vive en sociedad. En las difíciles condiciones que atraviesa el país hoy, ¿cómo puede ayudar la Iglesia en la búsqueda del bien común para toda la sociedad?
C.J.O.: Nuestro país se encuentra en una situación muy difícil, seguramente la más difícil que hemos vivido en este siglo XXI. En la prensa de Cuba aparecen opiniones de todo tipo respecto al modo de buscar salidas para las dificultades económicas y sociales de este momento.
Muchos hablan del socialismo y sus limitaciones, algunos proponen un socialismo reformado, otros se refieren a cambios concretos que hay que hacer, a dejar atrás el viejo estado burocrático de tipo estalinista, otros hablan de
la indolencia de los trabajadores, de la poca productividad, etc. Pero hay un denominador común fundamental en
casi todos los opinantes: que se hagan en Cuba los cambios necesarios con prontitud para remediar esta
situación. Yo creo que esta opinión alcanza una especie de consenso nacional y su aplazamiento produce
impaciencia y malestar en el pueblo.
Las dificultades de la crisis económico-financiera internacional hicieron su aparición justo en el momento en que tres huracanes afectaban a Cuba dejando numerosas pérdidas. Tanto estas realidades nuevas, como el ya semicentenario bloqueo por parte de Estados Unidos, se suman a las perennes dificultades económicas de Cuba provenientes de las limitaciones del tipo de socialismo practicado aquíy configuran un panorama a veces sombrío P.N.: Perdón… ¿Cree verdaderamente que el conflicto con Estados Unidos marca de modo determinante la vida de los cubanos?
C.J.O.: Creo que un diálogo Cuba-Estados Unidos sería el primer paso necesario para romper el círculo crítico
en que nos encontramos.
Al comienzo de su gestión el presidente Raúl Castro propuso a los Estados Unidos este diálogo sin condiciones y sobre todos los temas, incluyendo los derechos humanos, y ha repetido su propuesta en más de una ocasión.
En su campaña política presidencial, Barack Obama también indicó que cambiaría el estilo al uso y buscaría ante todo hablar directamente con Cuba.
En esos momentos crecieron las expectativas del posible encuentro entre ambos países. Sin embargo, después de llegar al poder, el nuevo presidente norteamericano ha repetido el viejo esquema de gobiernos anteriores: si Cuba hace cambios con respecto a derechos humanos, entonces los Estados Unidos levantarían el bloqueo y se
abrirían espacios para un diálogo ulterior.
Si bien se dieron pasos importantes que modificaron algunas medidas contraproducentes impuestas por el anterior gobierno, con el tiempo se alteró la propuesta preelectoral. De nuevo la antigua política prevaleció:
comenzar por el final. Estoy convencido que lo primero debe ser encontrase, hablar y en el avance del diálogo se darían pasos que puedan mejorar las situaciones difíciles o superar los puntos más críticos. Este es el modo civilizado de enfrentar cualquier conflicto.
P.N.: En las últimas semanas esta situación de enfrentamiento se ha agudizado, específicamente a partir de la muerte del preso Orlando Zapata Tamayo debido a una huelga de hambre. Al menos otro ciudadano cubano se ha sumado a este tipo de protesta, las esposas y madres de los presos políticos se manifiestan por sus seres
queridos, a lo que el gobierno cubano responde con firmeza… Todo esto enrarece aún más el ambiente. ¿Es posible un diálogo en estas condiciones?
C.J.O.: El hecho trágico de la muerte de un prisionero por huelga de hambre ha dado lugar a una guerra verbal de los medios de comunicación de Estados Unidos, de España y otros. Esta fuerte campaña mediática contribuye a exacerbar aún más la crisis. Se trata de una forma de violencia mediática, a la cual el gobierno cubano responde
según su modo propio.
En medio de esto ¿qué puede hacer la Iglesia por el bien común? Ciertamente su misión le impide sumarse simplemente a una de las dos partes enfrentadas, con propósitos políticos de desestabilización de un lado, y con el consecuente atrincheramiento defensivo de otro. Lo que nos corresponde como Iglesia es invitar a todos a la cordura y a la sensatez para que se pacifiquen los ánimos.
Sabemos que un llamado a la Paz es, históricamente, inútil en el fragor de una guerra. Pero es el llamado que siempre ha repetido la Iglesia en todo tiempo y ante cualquier conflicto. El Papa Pablo VI acuñó una frase que tiene aquí toda su validez: “Diálogo es el nuevo nombre de la Paz”. Porque en medio de ese fuego cruzado de palabras y argumentos resulta afectado el pueblo, cansado y deseoso de un presente y un futuro más sereno y próspero. Si nuestra voz fuera escuchada, necesariamente tendría como contenido un llamado al diálogo.
Este llamado lo hicimos los obispos de Cuba en nuestra nota que lamentaba la trágica muerte de Orlando Zapata, en la que pedíamos “a las autoridades que tienen en sus manos la vida y salud de los prisioneros, que se
tomen las medidas adecuadas para que situaciones como éstas no se repitan y, al mismo tiempo, se creen las condiciones de diálogo y entendimiento idóneo para evitar que se llegue a situaciones tan dolorosas que no benefician a nadie y que hacen sufrir a muchos”. Esta disposición conciliadora, aunque parezca mostrarse
infructuosa, es la misma que repetimos en el caso de Guillermo Fariñas, el otro ciudadano cubano que se ha sumado a este modo de protestar: pedirle que abandone la huelga de hambre.
P.N.: En este ambiente de acción-reacción, hemos visto incrementarse entre nosotros las respuestas con alguna forma de violencia contra quienes expresan en Cuba sus desacuerdos o reclamos, específicamente en el muy comentado caso de las Damas de Blanco. ¿Qué piensa de esto?
C.J.O.: No es el momento de atizar las pasiones. Por eso resultan penosos los actos de repudio hacia las madres y esposas de varios presos, a las cuales se unen ahora otro grupo de mujeres, conocidas todas como las Damas de Blanco.
Después de los dolorosos actos de repudio ocurridos con ocasión del éxodo de El Mariel en 1980, pensaba que éstos no retornarían más a nuestra historia nacional. En aquella ocasión, los obispos nos entrevistamos con un alto funcionario del gobierno que, tras escuchar nuestras consideraciones sobre esos actos, nos dijo: “pueden irse
tranquilos, estos actos tienen que acabarse y será muy pronto”. En efecto, los actos de repudio desaparecieron poco después en aquella ocasión. Pero con sorpresa vimos que algún tiempo después estas acciones comenzaron a aparecer de nuevo en la escena nacional, y también entre cubanos del sur de la Florida frente a otros cubanos de pensamiento diverso, o artistas procedentes de Cuba, etc. No debe quedar en nuestra historia como pueblo este tipo de intolerancia verbal, y aún física, como rasgo característico del cubano. De hecho son siempre pocos quienes escenifican estos actos que no indican el sentir de la mayoría.
P.N.: Volviendo a los presos políticos. Recuerdo que a raíz de las detenciones y juicios sumarios del año 2003, tanto la Santa Sede como los obispos cubanos pidieron a las autoridades gestos significativos de clemencia gestos humanitarios para con personas que habían recibido largas sentencias y eran enviados muy lejos de sus
casas. ¿Continúa la Iglesia expresando su interés por estas personas? ¿Hay algo nuevo al respecto?
C.J.O.: Respecto a los presos por causas políticas, la Iglesia ha hecho históricamente todo lo posible porque sean puestos en libertad, no sólo los enfermos, sino también otros. Con la participación de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos en la década de los 80 salieron de la cárcel un buen grupo de presos, que junto con sus familiares más cercanos partieron para los Estados
Unidos. Considerados todos juntos, prisioneros y familiares, fueron más de mil los que en varios vuelos costeados por los obispos norteamericanos salieron de Cuba. Sólo los que tenían grandes delitos de sangre no recibieron visas para los Estados Unidos u otros países. A petición del Papa Juan Pablo II en su visita a Cuba, también un buen número de presos fue puesto en libertad y emigraron cuantos recibieron visas de diversos países, con la misma reserva hacia los delitos graves por los países receptores. sto es lo que siempre hace la Iglesia con los presos y toda persona afectada en relación con ellos, como sonsus familiares. Lo mismo ha hecho con respecto a los cinco cubanos presos en Estados Unidos a solicitud de sus
familiares, haciendo gestiones, hasta ahora infructuosas, para que al menos dos de las esposas que hace ya casi diez años que no ven a sus esposos puedan visitarlos. Con respecto a todo aquel que se encuentra en situaciones deplorables, sin analizar las causas ni las razones de su condena, la misión de la Iglesia es siempre la de la
comprensión y la misericordia, actuando discreta pero eficazmente para que la situación de esas personas afectadas sea superada para bien de ellas y de los suyos, aunque no siempre se logren los resultados esperados. En suma, en este tiempo difícil, la Iglesia en Cuba pide la oración y la acción de todos los creyentes para que el amor, la reconciliación y el perdón se abran paso entre todos los cubanos de aquí y de otras latitudes. Se autorizada la reproducción parcial o total de las informaciones publicadas en esta revista, citando la fuente.
Servicio de Noticias - Revista Palabra Nueva. © 2010
Con esta entrevista al cardenal Jaime Ortega, Palabra Nueva ofrece no solo el criterio oportuno de nuestro arzobispo y pastor en relación con el momento que vivimos, sino que en su palabra se reitera, una vez más, el llamado de la Iglesia al diálogo y la reconciliación entre todos los cubanos.
Orlando Márquez Palabra Nueva: Señor cardenal, recientemente los medios nacionales dieron amplia difusión a una reunión en la que estuvieron presentes los pastores y líderes de prácticamente todas las confesiones religiosas presentes en Cuba junto al presidente Raúl Castro, la señora Caridad Diego, jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos, otros altos funcionarios cubanos, así como el religioso dominico brasilero frei Betto. Pero no hubo obispos ni representantes de la Iglesia católica en Cuba en ese encuentro. Esto ha generado en muchos algunas dudas o preguntas sobre la posición de la Iglesia en relación con el gobierno cubano. ¿A qué se debe la ausencia de la Iglesia católica en estos eventos?
Cardenal Jaime Ortega: Para este acto recibimos invitación tanto los obispos auxiliares como yo y otros miembros del clero y algunos religiosos y religiosas, pero declinamos asistir por tratarse de una conmemoración de dos eventos no relacionados directamente con la Iglesia Católica. Uno es el aniversario de una reunión efectuada por el presidente Fidel Castro hace veinte años con el Consejo de Iglesias de Cuba, al cual no pertenece la Iglesia Católica. El otro hecho onmemorado conjuntamente, fue la publicación en Cuba del libro “Fidel y la religión” de frei Betto, que tampoco nos implicaba directamente a nosotros como Iglesia, si bien este
libro contiene varias acertadas respuestas de Fidel que tienen valor aún hoy, con respecto a temas pendientes en las relaciones Iglesia-Estado, como son varios aspectos de la educación católica. Pero no creemos que esta conmemoración justificara una convocatoria tan amplia de distintas confesiones religiosas, representantes de cultos sincréticos, espiritistas y aún dirigentes de la masonería, que no constituye esta última una religión.
Creo que lo único que tienen en común esas manifestaciones religiosas, animistas o asociativas, es el hecho de ser atendidas todas por la misma Oficina de asuntos religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Pero esta oficina, que presta servicios a los distintos sectores religiosos, pararreligiosos o asociativos de Cuba, no constituye una especie de máximo organismo que reúna, con un mismo fin, a los distintos grupos que le estarían subordinados.
P.N.: En ese mismo encuentro se evocaban palabras del ex presidente Fidel Castro en la entrevista concedida a frei Betto hace veinte años y recogida en el libro que usted menciona, concretamente su llamado a una “alianza estratégica” entre cristianos y marxistas para hacer frente a los males de América Latina. Pero ahora la “alianza estratégica” sería una alianza definitiva entre cristianos cubanos y las autoridades en Cuba para trabajar, se dijo,por el bien de la sociedad. Como la Iglesia no estuvo en ese encuentro, ¿qué responde a esa invitación a establecer una alianza estratégica definitiva con el gobierno por el bien de la sociedad?
C.J.O.: En efecto, se habló en esa ocasión de una alianza estratégica, con el Estado cubano y con vistas al bien del pueblo, por parte de los distintos grupos allí reunidos.
Nunca he aceptado esos términos para considerar la acción propia de la Iglesia dentro de la sociedad y sus relaciones con los poderes del Estado, porque tienen resonancias militares o políticas en nada conformes para desarrollar las relaciones de la Iglesia con el Estado, pues la posibilidad de actuar en la sociedad, de servir a los hombres y mujeres que viven en nuestro país, no depende de un pacto social expreso o tácito de la Iglesia con el Estado.
La acción de la Iglesia dentro de la sociedad pertenece al orden de los derechos y el derecho a la libertad religiosa está reconocido claramente en la Constitución vigente en Cuba. Es dentro de ese propio marco constitucional, según su misma identidad y su modo propio de proceder, que la Iglesia Católica despliega su
misión en Cuba en pro del bien común. En la búsqueda del bien común puede la Iglesia coincidir con instituciones oficiales o privadas, con organismos internacionales de ayuda, etc., que colaboran al bien general de la nación cubana; pero ni vertical ni horizontalmente la acción de la Iglesia se funda en alianza alguna, sino que brota del derecho que tiene el cuerpo eclesial de hacer presente el amor de Jesucristo en el mundo de hoy según su propia misión.
P.N.: Cuando la Iglesia habla de bien común, habla también de una serie de condiciones favorables que permitan el desarrollo pleno de la persona que vive en sociedad. En las difíciles condiciones que atraviesa el país hoy, ¿cómo puede ayudar la Iglesia en la búsqueda del bien común para toda la sociedad?
C.J.O.: Nuestro país se encuentra en una situación muy difícil, seguramente la más difícil que hemos vivido en este siglo XXI. En la prensa de Cuba aparecen opiniones de todo tipo respecto al modo de buscar salidas para las dificultades económicas y sociales de este momento.
Muchos hablan del socialismo y sus limitaciones, algunos proponen un socialismo reformado, otros se refieren a cambios concretos que hay que hacer, a dejar atrás el viejo estado burocrático de tipo estalinista, otros hablan de
la indolencia de los trabajadores, de la poca productividad, etc. Pero hay un denominador común fundamental en
casi todos los opinantes: que se hagan en Cuba los cambios necesarios con prontitud para remediar esta
situación. Yo creo que esta opinión alcanza una especie de consenso nacional y su aplazamiento produce
impaciencia y malestar en el pueblo.
Las dificultades de la crisis económico-financiera internacional hicieron su aparición justo en el momento en que tres huracanes afectaban a Cuba dejando numerosas pérdidas. Tanto estas realidades nuevas, como el ya semicentenario bloqueo por parte de Estados Unidos, se suman a las perennes dificultades económicas de Cuba provenientes de las limitaciones del tipo de socialismo practicado aquíy configuran un panorama a veces sombrío P.N.: Perdón… ¿Cree verdaderamente que el conflicto con Estados Unidos marca de modo determinante la vida de los cubanos?
C.J.O.: Creo que un diálogo Cuba-Estados Unidos sería el primer paso necesario para romper el círculo crítico
en que nos encontramos.
Al comienzo de su gestión el presidente Raúl Castro propuso a los Estados Unidos este diálogo sin condiciones y sobre todos los temas, incluyendo los derechos humanos, y ha repetido su propuesta en más de una ocasión.
En su campaña política presidencial, Barack Obama también indicó que cambiaría el estilo al uso y buscaría ante todo hablar directamente con Cuba.
En esos momentos crecieron las expectativas del posible encuentro entre ambos países. Sin embargo, después de llegar al poder, el nuevo presidente norteamericano ha repetido el viejo esquema de gobiernos anteriores: si Cuba hace cambios con respecto a derechos humanos, entonces los Estados Unidos levantarían el bloqueo y se
abrirían espacios para un diálogo ulterior.
Si bien se dieron pasos importantes que modificaron algunas medidas contraproducentes impuestas por el anterior gobierno, con el tiempo se alteró la propuesta preelectoral. De nuevo la antigua política prevaleció:
comenzar por el final. Estoy convencido que lo primero debe ser encontrase, hablar y en el avance del diálogo se darían pasos que puedan mejorar las situaciones difíciles o superar los puntos más críticos. Este es el modo civilizado de enfrentar cualquier conflicto.
P.N.: En las últimas semanas esta situación de enfrentamiento se ha agudizado, específicamente a partir de la muerte del preso Orlando Zapata Tamayo debido a una huelga de hambre. Al menos otro ciudadano cubano se ha sumado a este tipo de protesta, las esposas y madres de los presos políticos se manifiestan por sus seres
queridos, a lo que el gobierno cubano responde con firmeza… Todo esto enrarece aún más el ambiente. ¿Es posible un diálogo en estas condiciones?
C.J.O.: El hecho trágico de la muerte de un prisionero por huelga de hambre ha dado lugar a una guerra verbal de los medios de comunicación de Estados Unidos, de España y otros. Esta fuerte campaña mediática contribuye a exacerbar aún más la crisis. Se trata de una forma de violencia mediática, a la cual el gobierno cubano responde
según su modo propio.
En medio de esto ¿qué puede hacer la Iglesia por el bien común? Ciertamente su misión le impide sumarse simplemente a una de las dos partes enfrentadas, con propósitos políticos de desestabilización de un lado, y con el consecuente atrincheramiento defensivo de otro. Lo que nos corresponde como Iglesia es invitar a todos a la cordura y a la sensatez para que se pacifiquen los ánimos.
Sabemos que un llamado a la Paz es, históricamente, inútil en el fragor de una guerra. Pero es el llamado que siempre ha repetido la Iglesia en todo tiempo y ante cualquier conflicto. El Papa Pablo VI acuñó una frase que tiene aquí toda su validez: “Diálogo es el nuevo nombre de la Paz”. Porque en medio de ese fuego cruzado de palabras y argumentos resulta afectado el pueblo, cansado y deseoso de un presente y un futuro más sereno y próspero. Si nuestra voz fuera escuchada, necesariamente tendría como contenido un llamado al diálogo.
Este llamado lo hicimos los obispos de Cuba en nuestra nota que lamentaba la trágica muerte de Orlando Zapata, en la que pedíamos “a las autoridades que tienen en sus manos la vida y salud de los prisioneros, que se
tomen las medidas adecuadas para que situaciones como éstas no se repitan y, al mismo tiempo, se creen las condiciones de diálogo y entendimiento idóneo para evitar que se llegue a situaciones tan dolorosas que no benefician a nadie y que hacen sufrir a muchos”. Esta disposición conciliadora, aunque parezca mostrarse
infructuosa, es la misma que repetimos en el caso de Guillermo Fariñas, el otro ciudadano cubano que se ha sumado a este modo de protestar: pedirle que abandone la huelga de hambre.
P.N.: En este ambiente de acción-reacción, hemos visto incrementarse entre nosotros las respuestas con alguna forma de violencia contra quienes expresan en Cuba sus desacuerdos o reclamos, específicamente en el muy comentado caso de las Damas de Blanco. ¿Qué piensa de esto?
C.J.O.: No es el momento de atizar las pasiones. Por eso resultan penosos los actos de repudio hacia las madres y esposas de varios presos, a las cuales se unen ahora otro grupo de mujeres, conocidas todas como las Damas de Blanco.
Después de los dolorosos actos de repudio ocurridos con ocasión del éxodo de El Mariel en 1980, pensaba que éstos no retornarían más a nuestra historia nacional. En aquella ocasión, los obispos nos entrevistamos con un alto funcionario del gobierno que, tras escuchar nuestras consideraciones sobre esos actos, nos dijo: “pueden irse
tranquilos, estos actos tienen que acabarse y será muy pronto”. En efecto, los actos de repudio desaparecieron poco después en aquella ocasión. Pero con sorpresa vimos que algún tiempo después estas acciones comenzaron a aparecer de nuevo en la escena nacional, y también entre cubanos del sur de la Florida frente a otros cubanos de pensamiento diverso, o artistas procedentes de Cuba, etc. No debe quedar en nuestra historia como pueblo este tipo de intolerancia verbal, y aún física, como rasgo característico del cubano. De hecho son siempre pocos quienes escenifican estos actos que no indican el sentir de la mayoría.
P.N.: Volviendo a los presos políticos. Recuerdo que a raíz de las detenciones y juicios sumarios del año 2003, tanto la Santa Sede como los obispos cubanos pidieron a las autoridades gestos significativos de clemencia gestos humanitarios para con personas que habían recibido largas sentencias y eran enviados muy lejos de sus
casas. ¿Continúa la Iglesia expresando su interés por estas personas? ¿Hay algo nuevo al respecto?
C.J.O.: Respecto a los presos por causas políticas, la Iglesia ha hecho históricamente todo lo posible porque sean puestos en libertad, no sólo los enfermos, sino también otros. Con la participación de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos en la década de los 80 salieron de la cárcel un buen grupo de presos, que junto con sus familiares más cercanos partieron para los Estados
Unidos. Considerados todos juntos, prisioneros y familiares, fueron más de mil los que en varios vuelos costeados por los obispos norteamericanos salieron de Cuba. Sólo los que tenían grandes delitos de sangre no recibieron visas para los Estados Unidos u otros países. A petición del Papa Juan Pablo II en su visita a Cuba, también un buen número de presos fue puesto en libertad y emigraron cuantos recibieron visas de diversos países, con la misma reserva hacia los delitos graves por los países receptores. sto es lo que siempre hace la Iglesia con los presos y toda persona afectada en relación con ellos, como sonsus familiares. Lo mismo ha hecho con respecto a los cinco cubanos presos en Estados Unidos a solicitud de sus
familiares, haciendo gestiones, hasta ahora infructuosas, para que al menos dos de las esposas que hace ya casi diez años que no ven a sus esposos puedan visitarlos. Con respecto a todo aquel que se encuentra en situaciones deplorables, sin analizar las causas ni las razones de su condena, la misión de la Iglesia es siempre la de la
comprensión y la misericordia, actuando discreta pero eficazmente para que la situación de esas personas afectadas sea superada para bien de ellas y de los suyos, aunque no siempre se logren los resultados esperados. En suma, en este tiempo difícil, la Iglesia en Cuba pide la oración y la acción de todos los creyentes para que el amor, la reconciliación y el perdón se abran paso entre todos los cubanos de aquí y de otras latitudes. Se autorizada la reproducción parcial o total de las informaciones publicadas en esta revista, citando la fuente.
Servicio de Noticias - Revista Palabra Nueva. © 2010
miércoles, 14 de abril de 2010
TESTIMONIOS DE TORTURAS A ORLANDO ZAPATA TAMAYO
Este tan solo fue el inicio de una desaforada historia de crueldades contra Zapata. Varias veces vi a los carceleros sacarlo de la celda con las manos esposadas y sin camisa, lo tiraban al suelo y cogiéndolo por los pies lo arrastraban unos 200 metros por las aceras ásperas de hormigón hasta llegar al área militar. También solían atravesar una cancha de baloncesto de piso de grava, ocasionándole lesiones en la piel.
A fines del año 2003, durante una requisa general, los guardias lo encadenaron y arrojaron al piso para que el primer teniente Quintana le diera una descomunal patada en la cabeza, inmediatamente cayó sobre él un enjambre de uniformados quienes lo apalearon presos de odio y sadismo. Por esos mismos días varios militares lo esposaron otra vez y el jefe de la prisión, el Teniente Coronel Wilfredo Velásquez Domínguez, le rompió la boca de un piñazo mientras que sus subordinados le daban golpes con las porras.
http://elauditorioimbecil.blog.....apata.html
martes, 13 de abril de 2010
SILVIO SE RINDE ANTE MONTANER
SILVIO RODRIGUEZ: tercera réplica a Carlos Alberto MontanerMontaner:
Veo que te estás esforzando, pero yo no puedo pasarme la vida en esto, que para ti es como ir a tu oficina y para mí significa ausentarme de mi trabajo. Me despido con la misma propuesta que ya hice: abandona la guerra fría, ponte a luchar contra el bloqueo, hazle bien a la niñez de esta tierra en que tú fuiste niño. Si eres capaz de dignificarte ante la infancia, todos venceremos un poquito.
Cordialmente,
Silvio Rodríguez
Veo que te estás esforzando, pero yo no puedo pasarme la vida en esto, que para ti es como ir a tu oficina y para mí significa ausentarme de mi trabajo. Me despido con la misma propuesta que ya hice: abandona la guerra fría, ponte a luchar contra el bloqueo, hazle bien a la niñez de esta tierra en que tú fuiste niño. Si eres capaz de dignificarte ante la infancia, todos venceremos un poquito.
Cordialmente,
Silvio Rodríguez
CARLOS ALBERTO MONTANER NO CANTA Y SILVIO RODRIGUEZ NO PIENSA
Carlos Alberto Montaner
Madrid, 13 de abril de 2010
Estimado Silvio Rodríguez:
Celebro que mantengamos este intercambio epistolar. No creo, como afirmó el profesor Emilio Ichikawa con humor, que es un diálogo imposible porque yo no canto y tú no piensas. Es verdad que yo no canto, pero es evidente que tú piensas. Sé que para ti esta polémica tiene un costo en fricciones y presiones. Conozco el paño. Pero esto sí va siendo una batalla de ideas y no esos aburridos monólogos propagandísticos a que nos tienen acostumbrados los medios de comunicación cubanos. Ya les he pedido a todos los websites a los que estoy vinculado y con los que tengo buenas relaciones que reproduzcan tus textos completos. Si entras en www.carlosalbertomontaner.com o en www.firmaspress.com podrás confirmarlo. Les he solicitado a los diarios que publican mi columna que no olviden incluir tus escritos. Espero que tú hagas lo mismo con Granma, Juventud Rebelde, Trabajadores y el resto de los sitios de Internet vinculados al régimen cubano y a su aparato de información.
Silvio:
Como te veo tan firme en tu deseo de comunicar tus ideas y de informarte sin obstáculos ni censuras, creo que debes pedir pública y enérgicamente esos mismos derechos para el resto de nuestros compatriotas. Eso es lo honorable. Debes encabezar esa protesta para que Yoani y los periodistas independientes puedan divulgar sus textos sin ser encarcelados, golpeados o amenazados por la policía. Tras leer lo que escribes, estoy seguro de que te parece repugnante que la policía política se dedique a impedir que los cubanos oigan estaciones de onda corta, vean por cable los canales de la televisión extranjera y se vinculen a Internet. No es justo que sólo tú, Amaury Pérez y otros pocos privilegiados tengan acceso a esas fuentes de información. Eso debes denunciarlo. Es un escandaloso agravio comparativo.
Silvio:
Por supuesto, es importante –luego explico por qué— que conozcas las críticas de José Martí a Marx y al socialismo. Cuando murió el pensador alemán en 1883, Martí, que no ignoraba su obra, escribió una frase perfecta para precisar su juicio crítico: “Como se puso del lado de los débiles, merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres”.
Es decir, Martí, como cualquier persona compasiva, admiraba las intenciones de Marx, pero como cualquier persona sensata y conocedora de la naturaleza humana, censuraba sus métodos violentos. Razonamiento que reitera años más tarde en una carta a su amigo Fermín Valdés Domínguez: “Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras: el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en los que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados…”.
Silvio:
Como has dedicado una de tus más bellas canciones al Mayor General Ignacio Agramonte, tan admirado por Martí, el gran héroe militar y civil de la Guerra de 1868, te transcribo un párrafo de lo que Agramonte, y probablemente muchos de los jefes insurrectos más educados, pensaban del centralismo y del comunismo: “La centralización hace desaparecer ese individualismo, cuya conservación hemos sostenido como necesaria a la sociedad. De allí al comunismo no hay más que un paso; se comienza por declarar impotente al individuo y se concluye por justificar la intervención de la sociedad en su acción destruyendo su libertad, sujetando a reglamento sus deseos, sus pensamientos, sus más íntimas afecciones, sus necesidades, sus acciones todas”.
Hay otros pasajes muy reveladores que muestran el rechazo del Apóstol al colectivismo (como la reseña que Martí le hace a La futura esclavitud de Herbert Spencer), pero a estas alturas discutir lo que Martí pensaba de Marx y del socialismo sería un ejercicio académico casi inútil, si no fuera porque Fidel Castro ha montado la legitimación histórica de su dictadura sobre la falsificación del pensamiento de Martí.
Silvio:
El absurdo silogismo que Fidel les ha impuesto a los cubanos, y que espero que tú, como persona inteligente, no suscribas, tiene la siguiente secuencia: la revolución tomó el curso marxista porque ésa, o muy cercana a ésa, era la ideología de Martí; quienes gobernaron la República, entre 1902 y 1958, traicionaron el ideario martiano; los revolucionarios que derrotaron a Fulgencio Batista, y desde entonces controlan el país, son los verdaderos herederos del espíritu de Martí y de los mambises que pelearon contra España por la independencia.
El colofón de esta disparatada fantasía histórica, absolutamente alejada de la verdad, es que la autoridad moral para mandar a los cubanos la tiene Fidel Castro con carácter permanente porque él es el descendiente directo de Martí, una figura por la que los cubanos tenemos una devoción especial, ergo su estirpe moral, la de Fidel, es la de los luchadores independentistas del siglo XIX.
Silvio:
No es cierto: las raíces del régimen cubano están en las supersticiones del marxismo-leninismo, en el modelo de gobierno calcado de la Unión Soviética, y en las prácticas de control político aprendidas del KGB. Martí, que era un demócrata liberal convencido de las virtudes republicanas, creyente en la existencia de los derechos naturales, no tiene la menor responsabilidad en este engendro. Fueron Fidel, Raúl y el Che los que traicionaron un movimiento insurreccional que prometía elecciones democráticas, libertades y la vuelta a la Constitución de 1940. Lejos de venir de Martí, la dictadura de los Castro traicionó el ideario martiano. ¿Recuerdas cuando Fidel, al principio, juraba una y otra vez que ni él ni la Revolución eran comunistas?
Silvio:
Es verdad que muchos cubanos no tenían casa propia. La nuestra, la que visitaba Fidel para conversar con mi padre, su amigo, en la calle Tejadillo, y a donde alguna vez acudió junto a mi tío Pepe Jesús Ginjaume Montaner, jefe de Fidel en la violenta organización llamada Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR), también era alquilada. ¿Y qué? Celebro que hayas podido comprar una casa con el fruto de tus éxitos. Pero, ¿la puedes vender? ¿Puedes disponer de ella como en los países libres disponemos de las propiedades? Si es así, gozas de un raro privilegio. En cambio, si te sucede como al resto de los cubanos, no has comprado una casa, sino el precario derecho a usar una vivienda en las condiciones que el gobierno dispone. Cuba, además, debe ser el único país de Occidente en el que un buen profesional, trabajador, prudente y ahorrativo, no puede adquirir propiedades con el fruto de su esfuerzo porque el gobierno lo impide. No todos tienen tu suerte.
Silvio:
Los cubanos quieren tener propiedades realmente. Quieren poder venderlas y comprarlas sin que el Estado los persiga. Quieren abrir sus propios negocios, como hacen los extranjeros. Quieren retomar el control de sus vidas, secuestradas por los burócratas del Partido bajo la vigilancia de la policía política. Quieren generar riqueza y disfrutarla. ¿Por qué los jugadores de béisbol o los boxeadores no pueden explotar su talento en el extranjero en su propio beneficio sin ser tratados como traidores por el gobierno? ¿Por qué para poder vivir bien tienen que arriesgarse a navegar en una balsa hasta la Florida o “desertar” en un viaje al extranjero? ¿Cómo se puede defender un régimen que declara que el cerebro de la Dra. Hilda Molina (entre mil ejemplos) le pertenece a la revolución y la deja retenida en Cuba durante más de una década sin poder usar ni su cerebro ni sus hábiles manos de neurocirujana? ¿No te resulta eso un atropello abominable contra el derecho de las personas a definir y buscar su propia felicidad?
Silvio:
Supongo que una parte importante de tus ingresos deriva de los dólares o euros que recibes en calidad de derechos de autor. Eso me parece muy bien, pero ¿qué pasa con ese 99.99% de cubanos a los que solamente les pagan en pesos? Oficialmente, el peso y el CUC, que es la divisa convertible cubana, valen aproximadamente lo mismo. El salario promedio de los cubanos es de unos 300 pesos. Sin embargo, en el mercado paralelo, que es oficial y es el de verdad, el que cuenta, el cambio es de 20 a 1. Los cubanos ganan, realmente, unos cincuenta centavos de dólar al día. Es la estafa perfecta, Silvio. El gobierno, como los peores tahúres, maneja dos monedas: a los obreros cubanos les pagan por su trabajo con la moneda mala, pero les venden los productos apetecibles en la buena.
Silvio:
Dices que has señalado lo que te parece criticable del proceso. No me consta. Ojalá. Como soy admirador de tu obra conozco varias de tus canciones, pero no todas. No sé si alguna vez alzaste tu voz en el parlamento contra la represión y la censura, o si escribiste alguna canción en defensa del proletariado esquilmado y sin derechos, pero, si ocurrió, yo no tuve noticias. Ignoro si alguna vez te inspiraste en los miles de balseros ahogados tratando de alcanzar la libertad. No recuerdo una sola línea tuya en defensa de los héroes de la revolución fusilados o encarcelados por la dictadura. Ojalá existan esos testimonios.
Silvio:
No estoy hablando de los militares de Batista, que fueron, por cierto, condenados a muerte o a largas penas en juicios sumarios sin garantías, sino de Huber Matos, Comandante de la Revolución, que pasó 20 años en la cárcel por escribirle a Fidel una carta privada en la que renunciaba al Ejército Rebelde por no estar de acuerdo con el comunismo. Me refiero a Mario Chanes, que acompañó a Fidel y a Raúl en el asalto al Moncada y luego en la expedición del Granma, y cumplió 30 años de presidio injusto. Me refiero a los cientos de dirigentes y militantes de la revolución a los que la dictadura mató o trituró en las cárceles. Supongo, Silvio, en que concuerdas conmigo en que esa crueldad era criticable. ¿La denunciaste?
Silvio:
Afirmas que no te molesta padecer un “gobierno de ancianos” y me adviertes que yo también formé mis juicios morales, mi percepción de la realidad y de los conflictos sociales hace medio siglo. Pero hay una diferencia, Silvio: el rasgo más evidente y lamentable de los hermanos Castro es la incapacidad para aprender y cambiar. Estos señores, tras medio siglo de fracasos, y tras haber devastado a Cuba con los caprichos más inverosímiles (desde fabulosas vacas lecheras hasta dulces vaquitas enanas y caseras; desde gallineros domésticos hasta hortalizas hidropónicas en el cuarto de baño), continúan aferrados al disparate del colectivismo como objetivo de la sociedad y al palo y a la represión para alcanzarlo.
Silvio:
Estos hermanos son incapaces de aprender. Son autistas políticos indiferentes a la realidad. Confunden la terquedad con los principios. ¿No escuchaste a Raúl, muy ufano, decir recientemente que primero desaparecería la Isla antes que cambiar? Y Fidel lo felicitó al día siguiente, lo que era una forma de felicitarse a sí mismo, porque lleva décadas insistiendo en esa barbaridad, como si la vida de millones de compatriotas les importara un rábano.
Silvio:
Y es que les importa un rábano. ¿Recuerdas –Raúl aludió a aquel episodio muy orgulloso— durante la peligrosísima Crisis de los Misiles de 1962, cuando el mundo estuvo al borde de la destrucción, el mensaje de Fidel a Kruschev pidiéndole que atacara preventivamente a Estados Unidos y desatara la Tercera Guerra mundial, a sabiendas de que en la represalia morirían todos los cubanos? Pero lo terrible no es que entonces aquellos jóvenes desbordantes de testosterona revolucionaria hayan incurrido en esa petición irresponsable y asesina, sino que, medio siglo más tarde, ya ancianos y llenos de nietos, reinciden en la misma imprudencia criminal. Eso es lo grave: no cambian.
Silvio:
Como me comparas con los Castro, porque también a los 67 años ya soy viejo, te explico la diferencia entre los Castro y la mayor parte de los adultos. El problema no está en la edad. Hay viejos como Adenauer, Churchill, De Gaulle o Reagan que sirvieron a sus países en la ancianidad. Como soy un hombre normal, abierto a las influencias exteriores, siempre dispuesto a aprender de la experiencia y a pedir perdón cuando me he equivocado o a revocar decisiones erróneas, he cambiado mucho a lo largo de mi vida y, creo, para bien.
Silvio:
Comencé siendo, como tantos cubanitos ignorantes de hace medio siglo, un “revolucionario” radical confiado en que la justicia y el buen gobierno llegarían a mi país de la mano de un grupo de barbudos bienintencionados. Luego, cuando me desengañé, a base de paredón y calabozo, pasé a ser un socialdemócrata confiado en el papel redistribuidor de un estado justiciero. Más tarde, por las lecturas y la experiencia, me transformé en un liberal convencido de la superioridad moral y práctica de las ideas de la libertad para lograr sociedades más prósperas, libres y habitables. En suma, mientras millones de cubanos, y yo entre ellos, hemos cambiado, estos empedernidos hermanos Castro continúan anclados en el lugar de origen, repitiendo e insistiendo en las tonterías que aprendieron en las conversaciones de café cuando eran unos mozalbetes escasamente instruidos. Eso es gravísimo.
Silvio:
Esa incapacidad para rectificar que tienen estos dos señores (y otros de su entorno) es lo que explica uno de los fenómenos más asombrosos de cuantos ha generado la revolución cubana: el intenso fracaso material que ha provocado. Por primera vez, en los cientos de años que tiene Cuba de historia occidental, tres generaciones sucesivas de cubanos han padecido la extraña experiencia del empobrecimiento progresivo. Mañana siempre es peor que hoy. En Cuba, hasta la llegada de la revolución, la norma era que los padres vivían mejor que los abuelos y los hijos mejor que sus padres. Pero esa tradición terminó cuando estos caballeros tomaron el timón del país y los cubanos aprendieron la amarga lección de que la vida, lejos de mejorar, empeoraba. Hasta Raúl Castro lo ha admitido públicamente, desesperado, cuando manifestó que ni siquiera hay leche para los niños cubanos cuando pasan de los siete años. ¿Te imaginas? Ni un miserable vaso de leche.
Silvio:
Ese es el gobierno más ineficiente que hemos padecido los cubanos en toda nuestra atormentada historia. La calidad material mínima de cualquier sociedad se mide por seis elementos básicos: la alimentación, la vivienda, la electrificación, el transporte, las comunicaciones y el acceso al agua potable. En los seis, la revolución ha transformado la convivencia en una pesadilla. La comida escasea, está racionada, es muy pobre o es inalcanzable para el sueldo miserable de los trabajadores. Hay un déficit de viviendas que excede al millón de unidades, mientras más de la mitad de los hogares están en condiciones deplorables. Cuando falta el subsidio petrolero de Hugo Chávez, como cuando desapareció el que proporcionaba la URSS, cortan la luz intermitentemente. El acceso a teléfonos o correo es de los peores de América Latina, y no digamos Internet, que se obstruye por razones políticas. Las calles, carreteras y transporte público son un castigo demoniaco contra el pueblo. Los acueductos, infectos y rotos, pierden el 60% del agua disponible y la que llega es poca y esporádica. ¿Si en medio siglo de gestión, sin ninguna obstrucción parlamentaria, lejos de solucionar estos problemas esenciales, ese gobierno, minuciosamente torpe, los ha agravado, quién puede creer que, con el mismo sistema, con los mismos métodos y con la misma gerencia, algún día los resultados van a ser diferentes?
Silvio:
Celebro que estemos de acuerdo en que hay que abolir la pena de muerte. Pero no es cierto que esa medida cruel se deba al acoso de la CIA. Tú sabes perfectamente que mucho antes de que el gobierno de Estados Unidos intentara derrocar la dictadura comunista, la revolución, desde su inicio mismo, había fusilado a miles de personas. Tú no ignoras que, incluso antes de triunfar, ya los rebeldes fusilaban sin miramientos en la Sierra Maestra. Los Castro no conocen mejor escarmiento ni mejor forma de intimidación que el paredón. Matan, sencillamente, porque para ellos la vida de los otros no vale nada. Ni siquiera la del general Arnaldo Ochoa y el coronel Tony de la Guardia, sus mejores oficiales.
Silvio:
He oído antes el argumento de que los demócratas de la oposición carecen del apoyo del pueblo. Lo escuché en la España del franquismo donde, en efecto, el Partido Socialista apenas tenía un centenar de miembros activos antes de la desaparición del Caudillo. Lo escuché en Checoslovaquia, cuando se burlaban de la Carta 77 que encabezó mi admirado Vaclav Havel, porque la oposición contra la dictadura comunista apenas llegaba a dos docenas de valientes. ¿Y qué ocurrió cuando se abrieron los cauces de participación y los oprimidos pudieron decir su verdad? Ocurrió que los demócratas instantáneamente se multiplicaron por millones y los partidos oficialistas se encogieron hasta casi desvanecerse en medio de la vergüenza. Ocurrió que el pueblo pudo estrenar su verdadero rostro y manifestar sus creencias reales. En Cuba no será diferente.
Silvio:
Tú opinas que en las cárceles cubanas se trata bien a los prisioneros. ¿Qué es para ti encerrar durante años en un calabozo tapiado, sin luz, en medio de alimañas, casi sin alimentos ni agua, a numerosos presos políticos? ¿Qué son para ti las golpizas a las que los someten? Pero más importante que tu opinión o la mía es la de Amnistía Internacional, la de Human Rigths Watch, la de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. ¿Por qué no deja Cuba que una misión imparcial de la Cruz Roja recorra las prisiones y hable sin testigos con los prisioneros? Hay varios libros estremecedores que describen la vida cotidiana en el presidio político cubano de hombres y mujeres: los escribieron, entre otros, Huber Matos, Jorge Valls, Reinol González, Armando Valladares, Alejandro González Raga y Ana Lázara Rodríguez. Son testimonios terribles e irrefutables.
Silvio:
No te parece honesto que los disidentes y las Damas de Blanco reciban ayuda de otros gobiernos. Sin embargo, sabes que el artículo duodécimo de la Constitución cubana de 1976 dice lo siguiente: “[Cuba] reconoce la legitimidad de las guerras de liberación nacional, así como la resistencia armada a la agresión y a la conquista, y considera su derecho y su deber internacionalista ayudar al agredido y a los pueblos que luchan por su liberación”. Y no ignoras que el régimen cubano ha practicado intensamente ese internacionalismo revolucionario, contribuyendo con adiestramiento, recursos económicos, hombres, armas y explosivos a grupos y movimientos insurreccionales de diversos países del mundo.
Silvio:
Si crees en ese derecho que el gobierno cubano se arroga a practicar el internacionalismo revolucionario y ayudar a sus aliados y correligionarios, por un mínimo de decoro intelectual admitirás el derecho de los países libres a practicar el internacionalismo democrático y a ayudar a los suyos, aunque en el caso cubano apenas se trate de darles a los disidentes pequeñas computadoras, acceso a Internet, material de lectura, teléfonos celulares, algún dinero para sostener a las familias de los presos políticos y apoyo diplomático, porque hace varias décadas que nadie recurre en Cuba a la violencia política. Te recuerdo, además, lo importante que fue la ayuda de la Internacional Socialista y de las Fundaciones alemanas para el establecimiento de la democracia en España tras la muerte de Franco y en Chile durante el referéndum que le puso fin al gobierno de Pinochet. Esa solidaridad no sólo es muy común: es muy conveniente para la libertad de Cuba.
Silvio:
Lo decente es que las fuerzas democráticas del mundo libre ayuden a sobrevivir a las Damas de Blanco y a todos los demócratas de la oposición, al menos hasta que se vacíen las cárceles, puedan organizarse públicamente, participen en la vida pública, formen parte del parlamento y defiendan sus ideas sin el riesgo de ser exterminados. Lo natural es ayudar a las víctimas. Al fin y al cabo, el tejido ideológico de estos disidentes es el mismo que encuentras en el Parlamento Europeo y en la arena política de todos los países libres: democristianos, socialdemócratas, liberales y conservadores. Tenderles una mano solidaria a los disidentes perseguidos dentro de Cuba no sólo es legal, es lo moralmente justificable.
Silvio:
¿Por qué crees que el Parlamento Europeo condenó al gobierno cubano por 509 votos procedentes de todo el arco democrático contra 30 de los comunistas? Lo hizo por solidaridad con sus pares cubanos. Por supuesto que lo ético es que nos ayuden en esta etapa trágica de nuestra historia. A todas estas fuerzas internacionales, convocadas en nuestro auxilio por la oposición democrática cubana del interior y del exterior, les irrita la burla del gobierno de los Castro, capaz de firmar en la Cumbre iberoamericana de Viña del Mar en 1996 su adhesión a los comportamientos democráticos, para luego pisotear ese compromiso, de la misma manera que más tarde ignoró el acuerdo firmado con la ONU en el 2008 de respetar los derechos humanos. Ya se agotó la paciencia internacional con un régimen que no cumple nada de lo que promete.
Silvio:
Dices no estar de acuerdo con los actos de repudio, y te creo, pero no es cierto que ocurran porque “otros cubanos”, espontáneamente, se indignan contra personas como las Dama de Blanco y las agreden. Esos actos están orquestados por la policía política y el Partido Comunista, como puede comprobar cualquiera que entre en el blog de penúltimosdías.com y vea el facsímil de la planilla con las instrucciones para los matones de las turbas conocidas como “Brigadas de respuesta rápida”. Deben llevar “palos, cabillas y cables” para golpear a cualquiera que se manifieste. Son operaciones parapoliciacas y ni siquiera son novedosas: en todas las dictaduras comunistas y fascistas han existido variantes de este procedimiento de control social. No me detengo a refutar la equivalencia que haces con las manifestaciones anticastristas de los cubanos de Miami porque me parece una broma. Las diferencias son abismales.
Silvio:
Y llegamos al tema del bloqueo, tu plato fuerte. Me pides que me manifieste contra el bloqueo. Por supuesto que lo haré. Yo también quiero que se elimine, pero antes tenemos que dejar aclarados varios aspectos de este asunto. En primer término, como los cubanos sabemos muy bien, Estados Unidos es el principal vendedor de alimentos a Cuba, mientras las remesas de los exiliados constituyen una de las primeras fuentes de ingreso de la Isla. Asimismo, Estados Unidos es el único país que alivia las presiones migratorias que sufre el gobierno cubano otorgándole nada menos que 20,000 visas todos los años. En esas condiciones, hablar de un embargo, y mucho menos de un bloqueo, es una exageración. De los siete mil millones de personas que pueblan el planeta, Cuba puede comerciar, y comercia, con seis mil setecientos. De los dos centenares de estados organizados que existen en el mundo, Cuba puede comerciar, y comercia, con 199 que representan el 75% del PIB planetario.
Silvio:
Ninguna persona informada pone en duda que el desastre económico cubano se debe, fundamentalmente, a la inherente improductividad de los sistemas colectivistas de corte marxista-leninista, sumada, en este caso, a la caprichosa e incompetente gerencia revolucionaria. No es el bloqueo. Como se ha probado hasta la saciedad, el colectivismo autoritario es un modelo económico fallido. Basta con comparar a las dos Corea o las dos Alemania para comprobarlo.
Silvio:
En todo caso, hay dos maneras de enfrentarse al embargo. Una es puramente propagandística, encaminada a culpar a Estados Unidos del horror de la pobreza cubana, pero sin el deseo real de que sea eliminado. Es en ésa en la que se entretiene el gobierno de La Habana y en la que invierte un notable caudal de recursos y energía. El otro camino, el serio, el de quienes queremos que realmente se levante, es el que te describo a continuación.
Silvio:
Para levantar el embargo, el gobierno cubano no puede saltarse a la oposición democrática. Tiene que pactar. Es el eficiente lobby de los cubano-americanos y son las hábiles maniobras de los legisladores de este origen lo que mantiene vigente esas medidas en la administración norteamericana. Si la dictadura realmente desea que se levante el embargo, sólo tiene que hacer cuatro concesiones totalmente razonables que le ganarán el aplauso universal:
• Amnistiar a los presos políticos.
• Concederles a los cubanos el derecho de libre asociación.
• Permitirles que se expresen libremente.
• Acabar con el embargo interior y dejar que los cubanos libremente entren en Cuba o salgan de ella.
Silvio:
Me dirás que estás de acuerdo con esas medidas, pero que te parece abusivo que se le exija a Cuba lo que no se le exige a China. A lo que te respondo que las transacciones políticas no se dan en el marco abstracto de la filosofía, sino en el de las realidades, y es una necedad ignorar esta verdad. ¿El gobierno cubano quiere realmente que se levante el embargo o todo lo que pretende es jugar con la propaganda?
Silvio:
Como consecuencia de la larga dictadura de los Castro, el 20 por ciento de los cubanos han tenido que emigrar a Estados Unidos durante medio siglo y allí han adquirido poder y han aprendido a usarlo, como hacen los judíos con relación a Israel y los afroamericanos con respecto a África. El régimen cubano no ha podido ni podrá vencer ese obstáculo, a menos que decida hablar con su propio pueblo. No es cuestión de dar gritos, insultar a sus oponentes y montar campañas estridentes, sino de conversar con serenidad.
Silvio:
Lo sensato, para terminar con el embargo y para solucionar los problemas del país, es que gobierno y oposición se sienten de buena fe a hablar civilizadamente con un temario abierto. Estoy seguro de que en un plazo corto una relación de ese tipo rendirá sus frutos, se levantará el embargo y estaremos en el camino de la concordia. Me imagino que muchos reformistas dentro del régimen estarán de acuerdo conmigo y deseosos de que comience cuanto antes ese proceso.
Silvio:
Te propongo, con la mejor buena fe, que creemos los dos un comité para luchar conjunta y simultáneamente contra el embargo norteamericano, a favor de conceder la amnistía a los presos políticos, a favor de otorgar el derecho a la libertad de asociación y expresión, a favor de que los cubanos puedan entrar y salir libremente de Cuba. Ese comité pudiera ser el comienzo de la reconciliación, la paz y el progreso para nuestro país que los dos deseamos. Conquistemos juntos un futuro mejor para nuestros hijos.
Espero tu respuesta con mucho interés. Va un abrazo cívico y cordial,
Carlos Alberto Montaner
Madrid, 13 de abril de 2010
Estimado Silvio Rodríguez:
Celebro que mantengamos este intercambio epistolar. No creo, como afirmó el profesor Emilio Ichikawa con humor, que es un diálogo imposible porque yo no canto y tú no piensas. Es verdad que yo no canto, pero es evidente que tú piensas. Sé que para ti esta polémica tiene un costo en fricciones y presiones. Conozco el paño. Pero esto sí va siendo una batalla de ideas y no esos aburridos monólogos propagandísticos a que nos tienen acostumbrados los medios de comunicación cubanos. Ya les he pedido a todos los websites a los que estoy vinculado y con los que tengo buenas relaciones que reproduzcan tus textos completos. Si entras en www.carlosalbertomontaner.com o en www.firmaspress.com podrás confirmarlo. Les he solicitado a los diarios que publican mi columna que no olviden incluir tus escritos. Espero que tú hagas lo mismo con Granma, Juventud Rebelde, Trabajadores y el resto de los sitios de Internet vinculados al régimen cubano y a su aparato de información.
Silvio:
Como te veo tan firme en tu deseo de comunicar tus ideas y de informarte sin obstáculos ni censuras, creo que debes pedir pública y enérgicamente esos mismos derechos para el resto de nuestros compatriotas. Eso es lo honorable. Debes encabezar esa protesta para que Yoani y los periodistas independientes puedan divulgar sus textos sin ser encarcelados, golpeados o amenazados por la policía. Tras leer lo que escribes, estoy seguro de que te parece repugnante que la policía política se dedique a impedir que los cubanos oigan estaciones de onda corta, vean por cable los canales de la televisión extranjera y se vinculen a Internet. No es justo que sólo tú, Amaury Pérez y otros pocos privilegiados tengan acceso a esas fuentes de información. Eso debes denunciarlo. Es un escandaloso agravio comparativo.
Silvio:
Por supuesto, es importante –luego explico por qué— que conozcas las críticas de José Martí a Marx y al socialismo. Cuando murió el pensador alemán en 1883, Martí, que no ignoraba su obra, escribió una frase perfecta para precisar su juicio crítico: “Como se puso del lado de los débiles, merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres”.
Es decir, Martí, como cualquier persona compasiva, admiraba las intenciones de Marx, pero como cualquier persona sensata y conocedora de la naturaleza humana, censuraba sus métodos violentos. Razonamiento que reitera años más tarde en una carta a su amigo Fermín Valdés Domínguez: “Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras: el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en los que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados…”.
Silvio:
Como has dedicado una de tus más bellas canciones al Mayor General Ignacio Agramonte, tan admirado por Martí, el gran héroe militar y civil de la Guerra de 1868, te transcribo un párrafo de lo que Agramonte, y probablemente muchos de los jefes insurrectos más educados, pensaban del centralismo y del comunismo: “La centralización hace desaparecer ese individualismo, cuya conservación hemos sostenido como necesaria a la sociedad. De allí al comunismo no hay más que un paso; se comienza por declarar impotente al individuo y se concluye por justificar la intervención de la sociedad en su acción destruyendo su libertad, sujetando a reglamento sus deseos, sus pensamientos, sus más íntimas afecciones, sus necesidades, sus acciones todas”.
Hay otros pasajes muy reveladores que muestran el rechazo del Apóstol al colectivismo (como la reseña que Martí le hace a La futura esclavitud de Herbert Spencer), pero a estas alturas discutir lo que Martí pensaba de Marx y del socialismo sería un ejercicio académico casi inútil, si no fuera porque Fidel Castro ha montado la legitimación histórica de su dictadura sobre la falsificación del pensamiento de Martí.
Silvio:
El absurdo silogismo que Fidel les ha impuesto a los cubanos, y que espero que tú, como persona inteligente, no suscribas, tiene la siguiente secuencia: la revolución tomó el curso marxista porque ésa, o muy cercana a ésa, era la ideología de Martí; quienes gobernaron la República, entre 1902 y 1958, traicionaron el ideario martiano; los revolucionarios que derrotaron a Fulgencio Batista, y desde entonces controlan el país, son los verdaderos herederos del espíritu de Martí y de los mambises que pelearon contra España por la independencia.
El colofón de esta disparatada fantasía histórica, absolutamente alejada de la verdad, es que la autoridad moral para mandar a los cubanos la tiene Fidel Castro con carácter permanente porque él es el descendiente directo de Martí, una figura por la que los cubanos tenemos una devoción especial, ergo su estirpe moral, la de Fidel, es la de los luchadores independentistas del siglo XIX.
Silvio:
No es cierto: las raíces del régimen cubano están en las supersticiones del marxismo-leninismo, en el modelo de gobierno calcado de la Unión Soviética, y en las prácticas de control político aprendidas del KGB. Martí, que era un demócrata liberal convencido de las virtudes republicanas, creyente en la existencia de los derechos naturales, no tiene la menor responsabilidad en este engendro. Fueron Fidel, Raúl y el Che los que traicionaron un movimiento insurreccional que prometía elecciones democráticas, libertades y la vuelta a la Constitución de 1940. Lejos de venir de Martí, la dictadura de los Castro traicionó el ideario martiano. ¿Recuerdas cuando Fidel, al principio, juraba una y otra vez que ni él ni la Revolución eran comunistas?
Silvio:
Es verdad que muchos cubanos no tenían casa propia. La nuestra, la que visitaba Fidel para conversar con mi padre, su amigo, en la calle Tejadillo, y a donde alguna vez acudió junto a mi tío Pepe Jesús Ginjaume Montaner, jefe de Fidel en la violenta organización llamada Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR), también era alquilada. ¿Y qué? Celebro que hayas podido comprar una casa con el fruto de tus éxitos. Pero, ¿la puedes vender? ¿Puedes disponer de ella como en los países libres disponemos de las propiedades? Si es así, gozas de un raro privilegio. En cambio, si te sucede como al resto de los cubanos, no has comprado una casa, sino el precario derecho a usar una vivienda en las condiciones que el gobierno dispone. Cuba, además, debe ser el único país de Occidente en el que un buen profesional, trabajador, prudente y ahorrativo, no puede adquirir propiedades con el fruto de su esfuerzo porque el gobierno lo impide. No todos tienen tu suerte.
Silvio:
Los cubanos quieren tener propiedades realmente. Quieren poder venderlas y comprarlas sin que el Estado los persiga. Quieren abrir sus propios negocios, como hacen los extranjeros. Quieren retomar el control de sus vidas, secuestradas por los burócratas del Partido bajo la vigilancia de la policía política. Quieren generar riqueza y disfrutarla. ¿Por qué los jugadores de béisbol o los boxeadores no pueden explotar su talento en el extranjero en su propio beneficio sin ser tratados como traidores por el gobierno? ¿Por qué para poder vivir bien tienen que arriesgarse a navegar en una balsa hasta la Florida o “desertar” en un viaje al extranjero? ¿Cómo se puede defender un régimen que declara que el cerebro de la Dra. Hilda Molina (entre mil ejemplos) le pertenece a la revolución y la deja retenida en Cuba durante más de una década sin poder usar ni su cerebro ni sus hábiles manos de neurocirujana? ¿No te resulta eso un atropello abominable contra el derecho de las personas a definir y buscar su propia felicidad?
Silvio:
Supongo que una parte importante de tus ingresos deriva de los dólares o euros que recibes en calidad de derechos de autor. Eso me parece muy bien, pero ¿qué pasa con ese 99.99% de cubanos a los que solamente les pagan en pesos? Oficialmente, el peso y el CUC, que es la divisa convertible cubana, valen aproximadamente lo mismo. El salario promedio de los cubanos es de unos 300 pesos. Sin embargo, en el mercado paralelo, que es oficial y es el de verdad, el que cuenta, el cambio es de 20 a 1. Los cubanos ganan, realmente, unos cincuenta centavos de dólar al día. Es la estafa perfecta, Silvio. El gobierno, como los peores tahúres, maneja dos monedas: a los obreros cubanos les pagan por su trabajo con la moneda mala, pero les venden los productos apetecibles en la buena.
Silvio:
Dices que has señalado lo que te parece criticable del proceso. No me consta. Ojalá. Como soy admirador de tu obra conozco varias de tus canciones, pero no todas. No sé si alguna vez alzaste tu voz en el parlamento contra la represión y la censura, o si escribiste alguna canción en defensa del proletariado esquilmado y sin derechos, pero, si ocurrió, yo no tuve noticias. Ignoro si alguna vez te inspiraste en los miles de balseros ahogados tratando de alcanzar la libertad. No recuerdo una sola línea tuya en defensa de los héroes de la revolución fusilados o encarcelados por la dictadura. Ojalá existan esos testimonios.
Silvio:
No estoy hablando de los militares de Batista, que fueron, por cierto, condenados a muerte o a largas penas en juicios sumarios sin garantías, sino de Huber Matos, Comandante de la Revolución, que pasó 20 años en la cárcel por escribirle a Fidel una carta privada en la que renunciaba al Ejército Rebelde por no estar de acuerdo con el comunismo. Me refiero a Mario Chanes, que acompañó a Fidel y a Raúl en el asalto al Moncada y luego en la expedición del Granma, y cumplió 30 años de presidio injusto. Me refiero a los cientos de dirigentes y militantes de la revolución a los que la dictadura mató o trituró en las cárceles. Supongo, Silvio, en que concuerdas conmigo en que esa crueldad era criticable. ¿La denunciaste?
Silvio:
Afirmas que no te molesta padecer un “gobierno de ancianos” y me adviertes que yo también formé mis juicios morales, mi percepción de la realidad y de los conflictos sociales hace medio siglo. Pero hay una diferencia, Silvio: el rasgo más evidente y lamentable de los hermanos Castro es la incapacidad para aprender y cambiar. Estos señores, tras medio siglo de fracasos, y tras haber devastado a Cuba con los caprichos más inverosímiles (desde fabulosas vacas lecheras hasta dulces vaquitas enanas y caseras; desde gallineros domésticos hasta hortalizas hidropónicas en el cuarto de baño), continúan aferrados al disparate del colectivismo como objetivo de la sociedad y al palo y a la represión para alcanzarlo.
Silvio:
Estos hermanos son incapaces de aprender. Son autistas políticos indiferentes a la realidad. Confunden la terquedad con los principios. ¿No escuchaste a Raúl, muy ufano, decir recientemente que primero desaparecería la Isla antes que cambiar? Y Fidel lo felicitó al día siguiente, lo que era una forma de felicitarse a sí mismo, porque lleva décadas insistiendo en esa barbaridad, como si la vida de millones de compatriotas les importara un rábano.
Silvio:
Y es que les importa un rábano. ¿Recuerdas –Raúl aludió a aquel episodio muy orgulloso— durante la peligrosísima Crisis de los Misiles de 1962, cuando el mundo estuvo al borde de la destrucción, el mensaje de Fidel a Kruschev pidiéndole que atacara preventivamente a Estados Unidos y desatara la Tercera Guerra mundial, a sabiendas de que en la represalia morirían todos los cubanos? Pero lo terrible no es que entonces aquellos jóvenes desbordantes de testosterona revolucionaria hayan incurrido en esa petición irresponsable y asesina, sino que, medio siglo más tarde, ya ancianos y llenos de nietos, reinciden en la misma imprudencia criminal. Eso es lo grave: no cambian.
Silvio:
Como me comparas con los Castro, porque también a los 67 años ya soy viejo, te explico la diferencia entre los Castro y la mayor parte de los adultos. El problema no está en la edad. Hay viejos como Adenauer, Churchill, De Gaulle o Reagan que sirvieron a sus países en la ancianidad. Como soy un hombre normal, abierto a las influencias exteriores, siempre dispuesto a aprender de la experiencia y a pedir perdón cuando me he equivocado o a revocar decisiones erróneas, he cambiado mucho a lo largo de mi vida y, creo, para bien.
Silvio:
Comencé siendo, como tantos cubanitos ignorantes de hace medio siglo, un “revolucionario” radical confiado en que la justicia y el buen gobierno llegarían a mi país de la mano de un grupo de barbudos bienintencionados. Luego, cuando me desengañé, a base de paredón y calabozo, pasé a ser un socialdemócrata confiado en el papel redistribuidor de un estado justiciero. Más tarde, por las lecturas y la experiencia, me transformé en un liberal convencido de la superioridad moral y práctica de las ideas de la libertad para lograr sociedades más prósperas, libres y habitables. En suma, mientras millones de cubanos, y yo entre ellos, hemos cambiado, estos empedernidos hermanos Castro continúan anclados en el lugar de origen, repitiendo e insistiendo en las tonterías que aprendieron en las conversaciones de café cuando eran unos mozalbetes escasamente instruidos. Eso es gravísimo.
Silvio:
Esa incapacidad para rectificar que tienen estos dos señores (y otros de su entorno) es lo que explica uno de los fenómenos más asombrosos de cuantos ha generado la revolución cubana: el intenso fracaso material que ha provocado. Por primera vez, en los cientos de años que tiene Cuba de historia occidental, tres generaciones sucesivas de cubanos han padecido la extraña experiencia del empobrecimiento progresivo. Mañana siempre es peor que hoy. En Cuba, hasta la llegada de la revolución, la norma era que los padres vivían mejor que los abuelos y los hijos mejor que sus padres. Pero esa tradición terminó cuando estos caballeros tomaron el timón del país y los cubanos aprendieron la amarga lección de que la vida, lejos de mejorar, empeoraba. Hasta Raúl Castro lo ha admitido públicamente, desesperado, cuando manifestó que ni siquiera hay leche para los niños cubanos cuando pasan de los siete años. ¿Te imaginas? Ni un miserable vaso de leche.
Silvio:
Ese es el gobierno más ineficiente que hemos padecido los cubanos en toda nuestra atormentada historia. La calidad material mínima de cualquier sociedad se mide por seis elementos básicos: la alimentación, la vivienda, la electrificación, el transporte, las comunicaciones y el acceso al agua potable. En los seis, la revolución ha transformado la convivencia en una pesadilla. La comida escasea, está racionada, es muy pobre o es inalcanzable para el sueldo miserable de los trabajadores. Hay un déficit de viviendas que excede al millón de unidades, mientras más de la mitad de los hogares están en condiciones deplorables. Cuando falta el subsidio petrolero de Hugo Chávez, como cuando desapareció el que proporcionaba la URSS, cortan la luz intermitentemente. El acceso a teléfonos o correo es de los peores de América Latina, y no digamos Internet, que se obstruye por razones políticas. Las calles, carreteras y transporte público son un castigo demoniaco contra el pueblo. Los acueductos, infectos y rotos, pierden el 60% del agua disponible y la que llega es poca y esporádica. ¿Si en medio siglo de gestión, sin ninguna obstrucción parlamentaria, lejos de solucionar estos problemas esenciales, ese gobierno, minuciosamente torpe, los ha agravado, quién puede creer que, con el mismo sistema, con los mismos métodos y con la misma gerencia, algún día los resultados van a ser diferentes?
Silvio:
Celebro que estemos de acuerdo en que hay que abolir la pena de muerte. Pero no es cierto que esa medida cruel se deba al acoso de la CIA. Tú sabes perfectamente que mucho antes de que el gobierno de Estados Unidos intentara derrocar la dictadura comunista, la revolución, desde su inicio mismo, había fusilado a miles de personas. Tú no ignoras que, incluso antes de triunfar, ya los rebeldes fusilaban sin miramientos en la Sierra Maestra. Los Castro no conocen mejor escarmiento ni mejor forma de intimidación que el paredón. Matan, sencillamente, porque para ellos la vida de los otros no vale nada. Ni siquiera la del general Arnaldo Ochoa y el coronel Tony de la Guardia, sus mejores oficiales.
Silvio:
He oído antes el argumento de que los demócratas de la oposición carecen del apoyo del pueblo. Lo escuché en la España del franquismo donde, en efecto, el Partido Socialista apenas tenía un centenar de miembros activos antes de la desaparición del Caudillo. Lo escuché en Checoslovaquia, cuando se burlaban de la Carta 77 que encabezó mi admirado Vaclav Havel, porque la oposición contra la dictadura comunista apenas llegaba a dos docenas de valientes. ¿Y qué ocurrió cuando se abrieron los cauces de participación y los oprimidos pudieron decir su verdad? Ocurrió que los demócratas instantáneamente se multiplicaron por millones y los partidos oficialistas se encogieron hasta casi desvanecerse en medio de la vergüenza. Ocurrió que el pueblo pudo estrenar su verdadero rostro y manifestar sus creencias reales. En Cuba no será diferente.
Silvio:
Tú opinas que en las cárceles cubanas se trata bien a los prisioneros. ¿Qué es para ti encerrar durante años en un calabozo tapiado, sin luz, en medio de alimañas, casi sin alimentos ni agua, a numerosos presos políticos? ¿Qué son para ti las golpizas a las que los someten? Pero más importante que tu opinión o la mía es la de Amnistía Internacional, la de Human Rigths Watch, la de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. ¿Por qué no deja Cuba que una misión imparcial de la Cruz Roja recorra las prisiones y hable sin testigos con los prisioneros? Hay varios libros estremecedores que describen la vida cotidiana en el presidio político cubano de hombres y mujeres: los escribieron, entre otros, Huber Matos, Jorge Valls, Reinol González, Armando Valladares, Alejandro González Raga y Ana Lázara Rodríguez. Son testimonios terribles e irrefutables.
Silvio:
No te parece honesto que los disidentes y las Damas de Blanco reciban ayuda de otros gobiernos. Sin embargo, sabes que el artículo duodécimo de la Constitución cubana de 1976 dice lo siguiente: “[Cuba] reconoce la legitimidad de las guerras de liberación nacional, así como la resistencia armada a la agresión y a la conquista, y considera su derecho y su deber internacionalista ayudar al agredido y a los pueblos que luchan por su liberación”. Y no ignoras que el régimen cubano ha practicado intensamente ese internacionalismo revolucionario, contribuyendo con adiestramiento, recursos económicos, hombres, armas y explosivos a grupos y movimientos insurreccionales de diversos países del mundo.
Silvio:
Si crees en ese derecho que el gobierno cubano se arroga a practicar el internacionalismo revolucionario y ayudar a sus aliados y correligionarios, por un mínimo de decoro intelectual admitirás el derecho de los países libres a practicar el internacionalismo democrático y a ayudar a los suyos, aunque en el caso cubano apenas se trate de darles a los disidentes pequeñas computadoras, acceso a Internet, material de lectura, teléfonos celulares, algún dinero para sostener a las familias de los presos políticos y apoyo diplomático, porque hace varias décadas que nadie recurre en Cuba a la violencia política. Te recuerdo, además, lo importante que fue la ayuda de la Internacional Socialista y de las Fundaciones alemanas para el establecimiento de la democracia en España tras la muerte de Franco y en Chile durante el referéndum que le puso fin al gobierno de Pinochet. Esa solidaridad no sólo es muy común: es muy conveniente para la libertad de Cuba.
Silvio:
Lo decente es que las fuerzas democráticas del mundo libre ayuden a sobrevivir a las Damas de Blanco y a todos los demócratas de la oposición, al menos hasta que se vacíen las cárceles, puedan organizarse públicamente, participen en la vida pública, formen parte del parlamento y defiendan sus ideas sin el riesgo de ser exterminados. Lo natural es ayudar a las víctimas. Al fin y al cabo, el tejido ideológico de estos disidentes es el mismo que encuentras en el Parlamento Europeo y en la arena política de todos los países libres: democristianos, socialdemócratas, liberales y conservadores. Tenderles una mano solidaria a los disidentes perseguidos dentro de Cuba no sólo es legal, es lo moralmente justificable.
Silvio:
¿Por qué crees que el Parlamento Europeo condenó al gobierno cubano por 509 votos procedentes de todo el arco democrático contra 30 de los comunistas? Lo hizo por solidaridad con sus pares cubanos. Por supuesto que lo ético es que nos ayuden en esta etapa trágica de nuestra historia. A todas estas fuerzas internacionales, convocadas en nuestro auxilio por la oposición democrática cubana del interior y del exterior, les irrita la burla del gobierno de los Castro, capaz de firmar en la Cumbre iberoamericana de Viña del Mar en 1996 su adhesión a los comportamientos democráticos, para luego pisotear ese compromiso, de la misma manera que más tarde ignoró el acuerdo firmado con la ONU en el 2008 de respetar los derechos humanos. Ya se agotó la paciencia internacional con un régimen que no cumple nada de lo que promete.
Silvio:
Dices no estar de acuerdo con los actos de repudio, y te creo, pero no es cierto que ocurran porque “otros cubanos”, espontáneamente, se indignan contra personas como las Dama de Blanco y las agreden. Esos actos están orquestados por la policía política y el Partido Comunista, como puede comprobar cualquiera que entre en el blog de penúltimosdías.com y vea el facsímil de la planilla con las instrucciones para los matones de las turbas conocidas como “Brigadas de respuesta rápida”. Deben llevar “palos, cabillas y cables” para golpear a cualquiera que se manifieste. Son operaciones parapoliciacas y ni siquiera son novedosas: en todas las dictaduras comunistas y fascistas han existido variantes de este procedimiento de control social. No me detengo a refutar la equivalencia que haces con las manifestaciones anticastristas de los cubanos de Miami porque me parece una broma. Las diferencias son abismales.
Silvio:
Y llegamos al tema del bloqueo, tu plato fuerte. Me pides que me manifieste contra el bloqueo. Por supuesto que lo haré. Yo también quiero que se elimine, pero antes tenemos que dejar aclarados varios aspectos de este asunto. En primer término, como los cubanos sabemos muy bien, Estados Unidos es el principal vendedor de alimentos a Cuba, mientras las remesas de los exiliados constituyen una de las primeras fuentes de ingreso de la Isla. Asimismo, Estados Unidos es el único país que alivia las presiones migratorias que sufre el gobierno cubano otorgándole nada menos que 20,000 visas todos los años. En esas condiciones, hablar de un embargo, y mucho menos de un bloqueo, es una exageración. De los siete mil millones de personas que pueblan el planeta, Cuba puede comerciar, y comercia, con seis mil setecientos. De los dos centenares de estados organizados que existen en el mundo, Cuba puede comerciar, y comercia, con 199 que representan el 75% del PIB planetario.
Silvio:
Ninguna persona informada pone en duda que el desastre económico cubano se debe, fundamentalmente, a la inherente improductividad de los sistemas colectivistas de corte marxista-leninista, sumada, en este caso, a la caprichosa e incompetente gerencia revolucionaria. No es el bloqueo. Como se ha probado hasta la saciedad, el colectivismo autoritario es un modelo económico fallido. Basta con comparar a las dos Corea o las dos Alemania para comprobarlo.
Silvio:
En todo caso, hay dos maneras de enfrentarse al embargo. Una es puramente propagandística, encaminada a culpar a Estados Unidos del horror de la pobreza cubana, pero sin el deseo real de que sea eliminado. Es en ésa en la que se entretiene el gobierno de La Habana y en la que invierte un notable caudal de recursos y energía. El otro camino, el serio, el de quienes queremos que realmente se levante, es el que te describo a continuación.
Silvio:
Para levantar el embargo, el gobierno cubano no puede saltarse a la oposición democrática. Tiene que pactar. Es el eficiente lobby de los cubano-americanos y son las hábiles maniobras de los legisladores de este origen lo que mantiene vigente esas medidas en la administración norteamericana. Si la dictadura realmente desea que se levante el embargo, sólo tiene que hacer cuatro concesiones totalmente razonables que le ganarán el aplauso universal:
• Amnistiar a los presos políticos.
• Concederles a los cubanos el derecho de libre asociación.
• Permitirles que se expresen libremente.
• Acabar con el embargo interior y dejar que los cubanos libremente entren en Cuba o salgan de ella.
Silvio:
Me dirás que estás de acuerdo con esas medidas, pero que te parece abusivo que se le exija a Cuba lo que no se le exige a China. A lo que te respondo que las transacciones políticas no se dan en el marco abstracto de la filosofía, sino en el de las realidades, y es una necedad ignorar esta verdad. ¿El gobierno cubano quiere realmente que se levante el embargo o todo lo que pretende es jugar con la propaganda?
Silvio:
Como consecuencia de la larga dictadura de los Castro, el 20 por ciento de los cubanos han tenido que emigrar a Estados Unidos durante medio siglo y allí han adquirido poder y han aprendido a usarlo, como hacen los judíos con relación a Israel y los afroamericanos con respecto a África. El régimen cubano no ha podido ni podrá vencer ese obstáculo, a menos que decida hablar con su propio pueblo. No es cuestión de dar gritos, insultar a sus oponentes y montar campañas estridentes, sino de conversar con serenidad.
Silvio:
Lo sensato, para terminar con el embargo y para solucionar los problemas del país, es que gobierno y oposición se sienten de buena fe a hablar civilizadamente con un temario abierto. Estoy seguro de que en un plazo corto una relación de ese tipo rendirá sus frutos, se levantará el embargo y estaremos en el camino de la concordia. Me imagino que muchos reformistas dentro del régimen estarán de acuerdo conmigo y deseosos de que comience cuanto antes ese proceso.
Silvio:
Te propongo, con la mejor buena fe, que creemos los dos un comité para luchar conjunta y simultáneamente contra el embargo norteamericano, a favor de conceder la amnistía a los presos políticos, a favor de otorgar el derecho a la libertad de asociación y expresión, a favor de que los cubanos puedan entrar y salir libremente de Cuba. Ese comité pudiera ser el comienzo de la reconciliación, la paz y el progreso para nuestro país que los dos deseamos. Conquistemos juntos un futuro mejor para nuestros hijos.
Espero tu respuesta con mucho interés. Va un abrazo cívico y cordial,
Carlos Alberto Montaner
domingo, 11 de abril de 2010
ULTIMO MINUTO
En estos momentos, nuestro corresponsal en Banes informa vía telefónica, desde el lugar de los hechos, que Reyna Luisa Tamayo Danger y un grupo de opositores se está enfrentando a las turbas gubernamentales en el poblado de Banes, en la Provincia de Holguín. Con gritos de ¡Zapata Vive! Y ¡Asesinos! ¡Asesinos! … Reyna Luisa Tamayo va liderando la confrontación. En contacto con la capital con Bertha Soler nos informa que el periodista Carlos Serpa Maceira se encontraba detenido y que la iglesia Santa Rita se encuentra bajo un fuerte operativo policial.
Teléfono de Reyna Luisa Tamayo: 53 52 395 169
Teléfono de Bertha Soler: 53 52 906 820
Teléfono de Reyna Luisa Tamayo: 53 52 395 169
Teléfono de Bertha Soler: 53 52 906 820
DONDE ESTA MI PAPA?
Por faisel iglesias
A Julio Faisel
y Eduardo Faisel,
A modo de pedirle perdon a mis hijos sin plena paternidad.
Puerto Rico, como todas las islas del Caribe, donde la industria azucarera fue su motor económico y la esclavitud el modo de producción fundamental, durante un largo periodo ha sufrido un trauma en el desarrollo histórico de la célula fundamental de la sociedad; la familia.
El hombre no tenía más derecho que aparearse, de conformidad con los intereses del amo. No tenía derecho a sus propios hijos. Uno de los modos de defensa fue procurar desentenderse de ese vínculo que agudizaba el sufrimiento. La mujer, en su condición de madre, en virtud de la ley natural de la maternidad, paso a ocupar el lugar principal en la familia.
Abolida la esclavitud, la industria azucarera siguió imponiendo la explotación, donde el obrero pasaba todo el periodo de la zafra lejos de su familia, adonde venia por breve tiempo los fines de semana, con una botella de “pitorro” en el bolsillo, que le permitía evadir la situación de calamidad que encontraba en su familia, cuando regresaba con su salario miserable, incapaz de resolver las necesidades básicas, generándose en muchos casos, ante la impotencia, escenas de violencia.
A partir del siglo XX en Puerto Rico comienza a darse un fenómeno único, dada su relación singular con los Estados Unidos. El desarrollo de la industria farmacéutica lleva a las fábricas a miles de mujeres, que comienzan a capacitarse y a ganar más dinero y a jugar un papel protagónico ya no solo en cuanto a la crianza de los hijos, sino en el aporte económico a la familia.
Ello, unido al desarrollo de un movimiento “feminista” en los Estados Unidos, que se impone en la Isla, que procura la “igualdad” entre el hombre y la mujer, unido a un movimiento de “Gay y Lesbiana”, que procuran la familia “uniparental” en algunos casos y el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, en otros, han agudizado la crisis de la institución de la “familia tradicional”, elevando a la categoría de “normal” – si entendemos por ello, lo que hace la mayoría – lo que en realidad son familias disfuncionales. Lo que nos ha llevado a la crítica realidad de que lo normal entre nosotros sea lo incorrecto, lo contrario al discurso de la naturaleza y las ciencias.
Sin embargo, los niños necesitan, por ley de la naturaleza, para lograr un desarrollo armónico de sus personalidades de papa y mama en igualdad de condiciones. La igualdad del hombre y la mujer es también, un derecho fundamental, de rango constitucional; un problema de dignidad humana. Sin embargo más del 95% de los niños en Puerto Rico solo cuentan, en el proceso de su formación con la figura materna.
Para peor situación, en aquellos casos en que padres están dispuesto a ocuparse de sus hijos, teniendo las aptitudes requeridas, los tribunales los ignoran, y en más del 95% solo son, convidados de piedra, sin más derecho que aportar una elevada pensión – que muchas veces les impide rehacer su vida – y ver a sus hijos cada quince días.
Cuando un niño ve a su padre solo cada quince días, comienza a verlo como una persona ajena a su vida que solo viene a arrancarlo de su seno familiar donde él vive junto a la madre, única persona que le complementa su vida. Ello le provoca una sensación de desamparo y comienza a rechazar a su propio padre. Este, a su vez, al percatarse de esta situación, termina por alejarse del menor, porque en definitiva se percata que la relación es enfermiza.
En otras ocasiones, afirma de sexóloga Nancy Álvarez, “La mayoría de las veces que los padres abandonan el matrimonio y se retiran de su rol de papá, se debe a los conflictos con la mamá” produciendo en los menores: “1.- Negación; 2.- Fuerte sentimiento de ser abandonado; 3.- Preocupación sobre el obtener información acerca de lo que está pasando; 4.- Enojo y hostilidad; 5.- Depresión; 6.- Inmadurez/Hipermadurez; 7.- Preocupación con la reconciliación de los padres; 8.- Se sienten acusados y culpables por lo que ha pasado.”
Esta realidad produce alienación. Alienar significa (según el diccionario de la RAE) trastornar mentalmente pero también, y esta es la definición que nos atañe, el acto de desposeer o privar de algo. También significa quitar, pasar o transmitir a otro el dominio de una cosa. En este sentido los principales responsables de la creación del síndrome de alienación en nuestros hijos y en el resto de los miembros de la familia son los jueces.
Los hijos que sufren este síndrome, pueden llegar a desarrollan un odio patológico e injustificado hacia el progenitor alienado que tiene consecuencias devastadoras en el desarrollo físico y psicológico. Otras veces, sin llegar a sentir odio, este síndrome provoca en el niño un deterioro de la imagen que tiene del padre alienado, resultando de mucho menos valor sentimental o social que la que cualquier niño tiene y necesita de sus progenitores: "el niño/a no se siente orgulloso de su padre/madre como los demás niños".
Esta es una forma de maltrato infantil institucional que producirá daños en su desarrollo psicológico a largo plazo, cuando en la edad adulta ejerza su papel de progenitor. No es casual que en Puerto Rico, donde más del 95% de los niños son criados por sus madres, después de adultos, se manifiestan como hombres que utilizan la violencia contra las mujeres.
Está demostrado científicamente que los seres humanos nacen con la capacidad de percibir cuando un padre está manipulando sus relaciones con el otro progenitor. Y no lo perdonaran nunca y lo expresan de distintas maneras y todas ellas de manera antisocial.
Según especialistas en la materia, algunos indicadores típicos que permitirían detectar síntomas de aplicación del Síndrome de Alienación Parental son los siguientes:
• Impedimento por parte de uno de los progenitores a que el otro progenitor ejerza el derecho de convivencia con sus hijos
• Desvalorizar al otro progenitor.
• Subestimar los sentimientos de los niños hacia el otro progenitor.
• En los niños se puede detectar cuando éstos no pueden dar razones o dan explicaciones absurdas e incoherentes para justificar el rechazo; y también si utilizan frases o palabras impropias de su edad o llegando incluso a recordar y mencionar situaciones que no han sucedido.
Los niños que sufren este maltrato quedan totalmente indefensos e incapacitados para ayudarse a sí mismos. Sólo pueden esperar que los adultos lleguen a resolver el problema para liberarse de esta pesadilla. Si el problema entre los adultos no se resuelve, el niño queda abandonado y crece con pensamientos disfuncionales.
No es únicamente cuestión de que el niño pueda no llegar jamás a establecer relaciones positivas con el padre/madre alejado, sino que sus propios procesos de razonamiento han sido interrumpidos, coaccionados y dirigidos hacia patrones patológicos. Los menores que sufren esto, relacionan sus frustraciones con los pensamientos o recuerdos asociados al progenitor alienado, y por tanto desarrollan conforme van creciendo, una tendencia a proyectar toda su negatividad psicológica sobre la imagen que tienen de tal progenitor, lo que termina por destruir tal imagen y a la larga la relación.
El menor no podrá comprender esta circunstancia, ni llegará a racionalizarla para superarlo o no actuar bajo su influjo, ni llegará a ver clara su trascendencia, aunque se le explicase y demostrase con hechos, datos, y con razonamientos objetivos y lógicos, incluso por terceras personas imparciales, hasta una edad adulta muy avanzada.
Se ha aceptado ampliamente que los patrones de maltrato o abuso físico no podrán ser desarraigados hasta que el sujeto no realice una elección consciente. Así encontramos que los patrones de abuso emocional y psicológico serán transmitidos también de una generación a otra.
Si los tribunales no intervienen el padre alienado no tiene ninguna oportunidad. El progenitor alienado compara su pesar al producido por la muerte de un hijo/a. La única esperanza es que algún día, alguien, se acerque a sus hijos y les explique lo patológico de lo sucedido y que los niños, voluntariamente, comiencen a reconstruir una relación con su padre/madre perdido. Este proceso, es destructivo para el niño y para el padre alienado, y produce sociedades enfermas, como la que vivimos.
Algunas investigaciones psicológicas revelan una caída en la autoestima del padre o de la madre que se limita a estar con su hijo durante las visitas. “Se ven desposeídos de una serie de atributos como padres, no se atreven a imponer reglas, a cambiar las del otro, a interactuar con sus hijos. Se acercan a ellos con miedo. Esto provoca un deterioro en la relación y un mayor distanciamiento.
LA CUSTODIA COMPARTIDA
La solución a esta dramática realidad es la custodia compartida. La custodia compartida permite garantizar el equilibrio emocional y psicológico de aquellos menores que atraviesan la experiencia de presenciar la separación de sus padres, pues es importante para el niño compartir el afecto y la presencia de ambos.
Los padres son dos siempre y el niño tiene derecho a gozar del cariño, del afecto y del tiempo del padre y de la madre. Esta medida recoge esta necesidad y reconoce este derecho”. Los adultos nos tenemos que adaptar a los derechos del niño. Toda injusticia es fuente de violencia. La custodia compartida nos proveerá una cultura de paz.
Es precisamente por el abuso de uno de los padres que ya hay países, como el Perú, que al establecer la institución de la “custodia compartida” han consagrado que se precisa que en el caso específico que haya un desacuerdo entre los padres, el juez priorizará el otorgamiento de la tenencia o custodia de los hijos, al que garantice el derecho del menor a mantener el contacto con el otro progenitor.
Las distintas experiencias en custodia compartida han demostrado que se reduce el fracaso escolar, así como las posibles carencias de afectividad. La presencia de las dos figuras, paterna y materna, en la educación facilita una distribución de las tareas de crianza, la participación en la toma de decisiones y la superación del cliché machista de "padre proveedor" y "madre cuidadora".
Los hijos deben tener padre y madre y eso no se les puede quitar ni con ley ni sin ella: los padres también tienen el derecho a educar, formar y a convivir con sus hijos. Esta es una injusticia que, paradójicamente, consagran los tribunales en Puerto Rico.
La custodia compartida mejora adaptación del niño a su entorno; mayor rendimiento escolar. Mayor satisfacción con la distribución de los tiempos de convivencia. Mayores niveles de autoestima y confianza en sí mismo. Mejor relación con cada uno de sus padres. Menos problemas psíquicos o síntomas de estrés psicosomático. Menos interferencias de nuevas parejas de los progenitores. Menos probabilidades de maltrato físico.
La custodia compartida favorece también a los padres en cuanto: más cooperación. Más satisfacción en la relación con los hijos. Menos recurso a la presión psicológica y a la culpabilizarían del otro progenitor.
En la actualidad, en Puerto Rico, en los juicios por la custodia de los hijos el hombre es un convidado de piedra. "Si hay custodia compartida es porque la mujer quiere, pero si ella no ofrece esa opción, el hombre no tiene posibilidades. Si no se llega a un acuerdo entre los padres, el 95% de los casos que llegan a juicio salen a favor de las mujeres, El discrimen por razón de sexo es inconstitucional y fuente de violencia, como toda injusticia.
En Puerto Rico los padres no se están implicando del mismo modo que las madres en la crianza de los hijos, algo que se achaca a factores históricos, culturales y a la política pública. Se trata de una sociedad que viene de la esclavitud donde los hombres no tenían más derecho que aparearse según la conveniencia del amo. La relación afectiva del hombre con su descendencia podía significar más dolor. Desde entonces el hombre puertorriqueño evade una relación en la que siempre ha estado en desventaja y donde solo ha logrado cargas económicas, desarraigo y dolor. Sobre el tema hay estudios desde el siglo pasado por el etnólogo Don Fernando Ortiz y más recientemente Antonio Benítez Rojo, ente otros.
La custodia monoparental (al estilo de Riquy Martin) es un crimen contra los niños con el que colabora todo aquel que no se opone a la misma. Renunciar al cuidado de nuestros hijos atenta contra el derecho de nuestros hijos a tener padre y madre en igualdad de condiciones.
PARA SER INDIGNO, MEJOR NO SER
Quien permite que le sea sustraído un derecho fundamental como la paternidad, renuncia a un derecho natural, reconocido en la Carta de las Naciones Unidas y se convierte en una persona que acepta la alienación y la indignidad. Y para ser indigno mejor no ser.
La persona que acepta que uno de los padres asume la custodia de sus hijos permite confusión terminológica y jurídica entre matrimonio y familia, confusión de graves consecuencias sociales que hace que se separe lo que hay que salvaguardar (familia) mientras se mantiene lo que hay que disolver (las relaciones dañinas, oportunistas, matrimonio sin afecto y sin respeto) y permite que se le criminalice pues de lo contrario no podría ser privado del derecho fundamental a convivir con sus hijos en igualdad de condiciones. De hecho se trata de una criminalización de la figura paterna que comporta graves consecuencias en el desarrollo psicológico de los hijos.
La persona que acepta la separación de sus hijos asume su discriminación por razón de sexo, situándose al margen de la justicia. Las sociedades modernas establecen en sus constituciones la igualdad y rechazan la discriminación. Quien rechaza la custodia compartida acepta que los derechos del padre custodio estén por encima del derecho de los hijos, pervirtiendo el espíritu y la esencia de la constitución. Quien rechaza la custodia compartida hace dejación de un derecho fundamental e inalienable: proporcionar alimento y protección directamente a su descendencia, siendo su situación contraria a la que corresponde a cualquier cultura tanto humana como animal.
La conculcación del derecho a cuidar a nuestros hijos en igualdad de condiciones tiene graves consecuencias en el mantenimiento de la relación afectiva y personal de los hijos con aquellos padres que aceptan no ser proveedores directos de protección y alimento y lesiona para siempre los rasgos de la personalidad de sus hijos
La persona que acepta la custodia monoparental sabe que sus hijos se situaran en niveles de desprotección de los que dan cuenta los estudios sobre violencia doméstica, lo que constituye una grave irresponsabilidad. Y además, asume para sí y para sus hijos un juicio injusto en el que no existe "delito" alguno y no obstante serán castigados con la privación de un derecho.
El que renuncia a la custodia de sus hijos los expone al síndrome de alineación parental que se define comúnmente como el establecimiento de barreras hacia la relación o, incluso, la incitación a odiar al progenitor no custodio por parte del progenitor que detenta la custodia mono parental.
Cuando se prueba la mala voluntad del progenitor custodio en la creación del síndrome de alienación parental, éste debe ser considerado un delito por la justicia y debe ser castigado con la suspensión del derecho a la patria potestad e incluso con el cambio de custodia a favor de padre no custodio, porque en derecho constituye un delito a tenor de la Ley 177 de 2003, conocida como la Ley sobre maltrato a menores
Para los psicólogos, la custodia compartida es lo ideal salvo que uno de los cónyuges maltrate al menor o que los padres no estén de acuerdo en este sistema.
A Julio Faisel
y Eduardo Faisel,
A modo de pedirle perdon a mis hijos sin plena paternidad.
Puerto Rico, como todas las islas del Caribe, donde la industria azucarera fue su motor económico y la esclavitud el modo de producción fundamental, durante un largo periodo ha sufrido un trauma en el desarrollo histórico de la célula fundamental de la sociedad; la familia.
El hombre no tenía más derecho que aparearse, de conformidad con los intereses del amo. No tenía derecho a sus propios hijos. Uno de los modos de defensa fue procurar desentenderse de ese vínculo que agudizaba el sufrimiento. La mujer, en su condición de madre, en virtud de la ley natural de la maternidad, paso a ocupar el lugar principal en la familia.
Abolida la esclavitud, la industria azucarera siguió imponiendo la explotación, donde el obrero pasaba todo el periodo de la zafra lejos de su familia, adonde venia por breve tiempo los fines de semana, con una botella de “pitorro” en el bolsillo, que le permitía evadir la situación de calamidad que encontraba en su familia, cuando regresaba con su salario miserable, incapaz de resolver las necesidades básicas, generándose en muchos casos, ante la impotencia, escenas de violencia.
A partir del siglo XX en Puerto Rico comienza a darse un fenómeno único, dada su relación singular con los Estados Unidos. El desarrollo de la industria farmacéutica lleva a las fábricas a miles de mujeres, que comienzan a capacitarse y a ganar más dinero y a jugar un papel protagónico ya no solo en cuanto a la crianza de los hijos, sino en el aporte económico a la familia.
Ello, unido al desarrollo de un movimiento “feminista” en los Estados Unidos, que se impone en la Isla, que procura la “igualdad” entre el hombre y la mujer, unido a un movimiento de “Gay y Lesbiana”, que procuran la familia “uniparental” en algunos casos y el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, en otros, han agudizado la crisis de la institución de la “familia tradicional”, elevando a la categoría de “normal” – si entendemos por ello, lo que hace la mayoría – lo que en realidad son familias disfuncionales. Lo que nos ha llevado a la crítica realidad de que lo normal entre nosotros sea lo incorrecto, lo contrario al discurso de la naturaleza y las ciencias.
Sin embargo, los niños necesitan, por ley de la naturaleza, para lograr un desarrollo armónico de sus personalidades de papa y mama en igualdad de condiciones. La igualdad del hombre y la mujer es también, un derecho fundamental, de rango constitucional; un problema de dignidad humana. Sin embargo más del 95% de los niños en Puerto Rico solo cuentan, en el proceso de su formación con la figura materna.
Para peor situación, en aquellos casos en que padres están dispuesto a ocuparse de sus hijos, teniendo las aptitudes requeridas, los tribunales los ignoran, y en más del 95% solo son, convidados de piedra, sin más derecho que aportar una elevada pensión – que muchas veces les impide rehacer su vida – y ver a sus hijos cada quince días.
Cuando un niño ve a su padre solo cada quince días, comienza a verlo como una persona ajena a su vida que solo viene a arrancarlo de su seno familiar donde él vive junto a la madre, única persona que le complementa su vida. Ello le provoca una sensación de desamparo y comienza a rechazar a su propio padre. Este, a su vez, al percatarse de esta situación, termina por alejarse del menor, porque en definitiva se percata que la relación es enfermiza.
En otras ocasiones, afirma de sexóloga Nancy Álvarez, “La mayoría de las veces que los padres abandonan el matrimonio y se retiran de su rol de papá, se debe a los conflictos con la mamá” produciendo en los menores: “1.- Negación; 2.- Fuerte sentimiento de ser abandonado; 3.- Preocupación sobre el obtener información acerca de lo que está pasando; 4.- Enojo y hostilidad; 5.- Depresión; 6.- Inmadurez/Hipermadurez; 7.- Preocupación con la reconciliación de los padres; 8.- Se sienten acusados y culpables por lo que ha pasado.”
Esta realidad produce alienación. Alienar significa (según el diccionario de la RAE) trastornar mentalmente pero también, y esta es la definición que nos atañe, el acto de desposeer o privar de algo. También significa quitar, pasar o transmitir a otro el dominio de una cosa. En este sentido los principales responsables de la creación del síndrome de alienación en nuestros hijos y en el resto de los miembros de la familia son los jueces.
Los hijos que sufren este síndrome, pueden llegar a desarrollan un odio patológico e injustificado hacia el progenitor alienado que tiene consecuencias devastadoras en el desarrollo físico y psicológico. Otras veces, sin llegar a sentir odio, este síndrome provoca en el niño un deterioro de la imagen que tiene del padre alienado, resultando de mucho menos valor sentimental o social que la que cualquier niño tiene y necesita de sus progenitores: "el niño/a no se siente orgulloso de su padre/madre como los demás niños".
Esta es una forma de maltrato infantil institucional que producirá daños en su desarrollo psicológico a largo plazo, cuando en la edad adulta ejerza su papel de progenitor. No es casual que en Puerto Rico, donde más del 95% de los niños son criados por sus madres, después de adultos, se manifiestan como hombres que utilizan la violencia contra las mujeres.
Está demostrado científicamente que los seres humanos nacen con la capacidad de percibir cuando un padre está manipulando sus relaciones con el otro progenitor. Y no lo perdonaran nunca y lo expresan de distintas maneras y todas ellas de manera antisocial.
Según especialistas en la materia, algunos indicadores típicos que permitirían detectar síntomas de aplicación del Síndrome de Alienación Parental son los siguientes:
• Impedimento por parte de uno de los progenitores a que el otro progenitor ejerza el derecho de convivencia con sus hijos
• Desvalorizar al otro progenitor.
• Subestimar los sentimientos de los niños hacia el otro progenitor.
• En los niños se puede detectar cuando éstos no pueden dar razones o dan explicaciones absurdas e incoherentes para justificar el rechazo; y también si utilizan frases o palabras impropias de su edad o llegando incluso a recordar y mencionar situaciones que no han sucedido.
Los niños que sufren este maltrato quedan totalmente indefensos e incapacitados para ayudarse a sí mismos. Sólo pueden esperar que los adultos lleguen a resolver el problema para liberarse de esta pesadilla. Si el problema entre los adultos no se resuelve, el niño queda abandonado y crece con pensamientos disfuncionales.
No es únicamente cuestión de que el niño pueda no llegar jamás a establecer relaciones positivas con el padre/madre alejado, sino que sus propios procesos de razonamiento han sido interrumpidos, coaccionados y dirigidos hacia patrones patológicos. Los menores que sufren esto, relacionan sus frustraciones con los pensamientos o recuerdos asociados al progenitor alienado, y por tanto desarrollan conforme van creciendo, una tendencia a proyectar toda su negatividad psicológica sobre la imagen que tienen de tal progenitor, lo que termina por destruir tal imagen y a la larga la relación.
El menor no podrá comprender esta circunstancia, ni llegará a racionalizarla para superarlo o no actuar bajo su influjo, ni llegará a ver clara su trascendencia, aunque se le explicase y demostrase con hechos, datos, y con razonamientos objetivos y lógicos, incluso por terceras personas imparciales, hasta una edad adulta muy avanzada.
Se ha aceptado ampliamente que los patrones de maltrato o abuso físico no podrán ser desarraigados hasta que el sujeto no realice una elección consciente. Así encontramos que los patrones de abuso emocional y psicológico serán transmitidos también de una generación a otra.
Si los tribunales no intervienen el padre alienado no tiene ninguna oportunidad. El progenitor alienado compara su pesar al producido por la muerte de un hijo/a. La única esperanza es que algún día, alguien, se acerque a sus hijos y les explique lo patológico de lo sucedido y que los niños, voluntariamente, comiencen a reconstruir una relación con su padre/madre perdido. Este proceso, es destructivo para el niño y para el padre alienado, y produce sociedades enfermas, como la que vivimos.
Algunas investigaciones psicológicas revelan una caída en la autoestima del padre o de la madre que se limita a estar con su hijo durante las visitas. “Se ven desposeídos de una serie de atributos como padres, no se atreven a imponer reglas, a cambiar las del otro, a interactuar con sus hijos. Se acercan a ellos con miedo. Esto provoca un deterioro en la relación y un mayor distanciamiento.
LA CUSTODIA COMPARTIDA
La solución a esta dramática realidad es la custodia compartida. La custodia compartida permite garantizar el equilibrio emocional y psicológico de aquellos menores que atraviesan la experiencia de presenciar la separación de sus padres, pues es importante para el niño compartir el afecto y la presencia de ambos.
Los padres son dos siempre y el niño tiene derecho a gozar del cariño, del afecto y del tiempo del padre y de la madre. Esta medida recoge esta necesidad y reconoce este derecho”. Los adultos nos tenemos que adaptar a los derechos del niño. Toda injusticia es fuente de violencia. La custodia compartida nos proveerá una cultura de paz.
Es precisamente por el abuso de uno de los padres que ya hay países, como el Perú, que al establecer la institución de la “custodia compartida” han consagrado que se precisa que en el caso específico que haya un desacuerdo entre los padres, el juez priorizará el otorgamiento de la tenencia o custodia de los hijos, al que garantice el derecho del menor a mantener el contacto con el otro progenitor.
Las distintas experiencias en custodia compartida han demostrado que se reduce el fracaso escolar, así como las posibles carencias de afectividad. La presencia de las dos figuras, paterna y materna, en la educación facilita una distribución de las tareas de crianza, la participación en la toma de decisiones y la superación del cliché machista de "padre proveedor" y "madre cuidadora".
Los hijos deben tener padre y madre y eso no se les puede quitar ni con ley ni sin ella: los padres también tienen el derecho a educar, formar y a convivir con sus hijos. Esta es una injusticia que, paradójicamente, consagran los tribunales en Puerto Rico.
La custodia compartida mejora adaptación del niño a su entorno; mayor rendimiento escolar. Mayor satisfacción con la distribución de los tiempos de convivencia. Mayores niveles de autoestima y confianza en sí mismo. Mejor relación con cada uno de sus padres. Menos problemas psíquicos o síntomas de estrés psicosomático. Menos interferencias de nuevas parejas de los progenitores. Menos probabilidades de maltrato físico.
La custodia compartida favorece también a los padres en cuanto: más cooperación. Más satisfacción en la relación con los hijos. Menos recurso a la presión psicológica y a la culpabilizarían del otro progenitor.
En la actualidad, en Puerto Rico, en los juicios por la custodia de los hijos el hombre es un convidado de piedra. "Si hay custodia compartida es porque la mujer quiere, pero si ella no ofrece esa opción, el hombre no tiene posibilidades. Si no se llega a un acuerdo entre los padres, el 95% de los casos que llegan a juicio salen a favor de las mujeres, El discrimen por razón de sexo es inconstitucional y fuente de violencia, como toda injusticia.
En Puerto Rico los padres no se están implicando del mismo modo que las madres en la crianza de los hijos, algo que se achaca a factores históricos, culturales y a la política pública. Se trata de una sociedad que viene de la esclavitud donde los hombres no tenían más derecho que aparearse según la conveniencia del amo. La relación afectiva del hombre con su descendencia podía significar más dolor. Desde entonces el hombre puertorriqueño evade una relación en la que siempre ha estado en desventaja y donde solo ha logrado cargas económicas, desarraigo y dolor. Sobre el tema hay estudios desde el siglo pasado por el etnólogo Don Fernando Ortiz y más recientemente Antonio Benítez Rojo, ente otros.
La custodia monoparental (al estilo de Riquy Martin) es un crimen contra los niños con el que colabora todo aquel que no se opone a la misma. Renunciar al cuidado de nuestros hijos atenta contra el derecho de nuestros hijos a tener padre y madre en igualdad de condiciones.
PARA SER INDIGNO, MEJOR NO SER
Quien permite que le sea sustraído un derecho fundamental como la paternidad, renuncia a un derecho natural, reconocido en la Carta de las Naciones Unidas y se convierte en una persona que acepta la alienación y la indignidad. Y para ser indigno mejor no ser.
La persona que acepta que uno de los padres asume la custodia de sus hijos permite confusión terminológica y jurídica entre matrimonio y familia, confusión de graves consecuencias sociales que hace que se separe lo que hay que salvaguardar (familia) mientras se mantiene lo que hay que disolver (las relaciones dañinas, oportunistas, matrimonio sin afecto y sin respeto) y permite que se le criminalice pues de lo contrario no podría ser privado del derecho fundamental a convivir con sus hijos en igualdad de condiciones. De hecho se trata de una criminalización de la figura paterna que comporta graves consecuencias en el desarrollo psicológico de los hijos.
La persona que acepta la separación de sus hijos asume su discriminación por razón de sexo, situándose al margen de la justicia. Las sociedades modernas establecen en sus constituciones la igualdad y rechazan la discriminación. Quien rechaza la custodia compartida acepta que los derechos del padre custodio estén por encima del derecho de los hijos, pervirtiendo el espíritu y la esencia de la constitución. Quien rechaza la custodia compartida hace dejación de un derecho fundamental e inalienable: proporcionar alimento y protección directamente a su descendencia, siendo su situación contraria a la que corresponde a cualquier cultura tanto humana como animal.
La conculcación del derecho a cuidar a nuestros hijos en igualdad de condiciones tiene graves consecuencias en el mantenimiento de la relación afectiva y personal de los hijos con aquellos padres que aceptan no ser proveedores directos de protección y alimento y lesiona para siempre los rasgos de la personalidad de sus hijos
La persona que acepta la custodia monoparental sabe que sus hijos se situaran en niveles de desprotección de los que dan cuenta los estudios sobre violencia doméstica, lo que constituye una grave irresponsabilidad. Y además, asume para sí y para sus hijos un juicio injusto en el que no existe "delito" alguno y no obstante serán castigados con la privación de un derecho.
El que renuncia a la custodia de sus hijos los expone al síndrome de alineación parental que se define comúnmente como el establecimiento de barreras hacia la relación o, incluso, la incitación a odiar al progenitor no custodio por parte del progenitor que detenta la custodia mono parental.
Cuando se prueba la mala voluntad del progenitor custodio en la creación del síndrome de alienación parental, éste debe ser considerado un delito por la justicia y debe ser castigado con la suspensión del derecho a la patria potestad e incluso con el cambio de custodia a favor de padre no custodio, porque en derecho constituye un delito a tenor de la Ley 177 de 2003, conocida como la Ley sobre maltrato a menores
Para los psicólogos, la custodia compartida es lo ideal salvo que uno de los cónyuges maltrate al menor o que los padres no estén de acuerdo en este sistema.
lunes, 5 de abril de 2010
DE FUERA O DE DENTRO.
Foro Cubanacán Prerss
A través del tiempo el gobierno cubano, ha esgrimido palabras o frases, para traerlas a la palestra publica. Ejemplo de ello fueron, El Tiburón y la Sardina allá por la década del 60, o “de que Van Van” (y no fueron) en los 70 y escoria en los años 80, cuando se efectuaron los mítines de repudio (al estilo fascista) contra los que querían marchar al exilio.
Ahora esta de moda la palabra “mediática” para referirse, a lo que el gobierno llama campaña de prensa en contra de “Cuba”. Afirman en la prensa oficialista que esta “campaña mediática” se esta realizando desde el extranjero con el visto bueno de la superpotencia y llevada a cabo por Europa su aliado natural.
Agregan además que “ella pudiera ser parte de preparativos en curso para una contraofensiva, quizás militar”. Si se hace una disección de la opinión de la prensa oficialista cubana, podemos ver dos cosas fundamentales. Afirman que la campaña se ha generado en el extranjero, como si el gobierno cubano no tuviera nada que ver con sus motivos.
La realidad es que esta corriente de opinión mundial se ha formado producto en primer término del asesinato del preso político Orlando Zapata Tamayo, asesinado en una cárcel cubana. El propio gobierno alegó que estuvo más de 80 días en huelga de hambre y lo llevaron al hospital habanero “Hermanos Amejeiras” pocos días antes de su deceso cuando ya estaba muerto clínicamente.
En segundo lugar, por la protesta pacifica de Guillermo Fariñas de negarse a ingerir agua y alimentos, lo que lo ha llevado a una sala de terapia intensiva donde su estado se agrava a cada minuto que pasa. Incluso no reclama él al gobierno ninguna concesión política, sino humanitaria. Sólo pide licencia extrapenal para 26 presos enfermos.
El propio Fariñas y otros expresos políticos han sido beneficiados en el pasado por “licencias extrapenales”. O sea, no es nada nuevo para el gobierno, la aprobación de estas licencias. La petición del moribundo Fariñas, no es ni siquiera ilegal en las actuales “leyes cubanas” y si humanitaria pues, los médicos del estado han certificado el estado de salud de los 26 prisioneros.
Si vamos atrás en el tiempo, vemos que la dictadura de Fulgencio Batista, la cual combatían Fidel Castro y su hermano Raúl, les concedió a estos una amnistía, lo que les permitió salir de la cárcel antes de los dos años cumplidos de una condena de 15, que le impusieron por asaltar a la una fortaleza militar, hecho, donde hubo muertos por ambos bandos, e innegablemente violento.
Es por estas causas, que las personas con ideas democráticas y humanitarias apoyan a Fariñas y no porque se lo mande ningún poder mundial, pues las buenas causas no necesitan patrocinadores. Recuerden que Martí aseveraba que “un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército”. Y el gobierno dice que fue el autor “Intelectual del Moncada”.
Y este principio justo de tratar de salvar la vida de 26 personas que languidecen enfermas en las mazmorras del gobierno cubano, es el que ha motivado mantenido y mantendrá esta cruzada mundial contra la oligarquía cubana aferrada a su intransigencia y prepotencia. El concepto de amnistía es mundial y donde único no se quiere aceptar en estos momentos es en Cuba.
Hay que tener en cuenta también, que en estos momentos, dada la situación precaria interna que enfrenta el régimen, desde el punto de vista social, económico y político, quizás no les permita poner en libertad a esos presos, por miedo a la reacción del pueblo cubano. Pues de ser así este podría empezar a reclamarle lo que le han negado durante 50 años.
Podría el pueblo pedir transporte, viviendas, comida, ropas y libertad y esto pudiera propiciar o ser el germen que conlleve a una caída estrepitosa del un régimen que ya dura mas de 50 años en el poder, sin haber cumplido con los ofrecimientos hechos de una vida mejor.
Así, presa de ese terror de que se abra la caja de Pandora, y los oprimidos reclamen lo que les pertenece, quizás la única salida que tenga Raúl Castro sea la de callar, no dar la cara y jugárselo todo a una carta dejando morir a Fariñas y si es necesario lanzar los tanques a la calle en un futuro cercano, pues en las condiciones actuales el miedo al pueblo priman en cualquier decisión.
Pero la muerte de Fariñas, no detendrá esta corriente mundial ni dentro de Cuba, pues ya hay otros como Bonne Carcaces que ha declarado ocupará el su lugar si él llega a morir, la luz que emitió Zapata Tamayo, y la que pueda emitir Fariñas amenazan por extenderse por todo el archipiélago y quizás sea el “faro” que ilumine el camino hacia la democracia plena en Cuba.
Foro Cubanacán Prerss
A través del tiempo el gobierno cubano, ha esgrimido palabras o frases, para traerlas a la palestra publica. Ejemplo de ello fueron, El Tiburón y la Sardina allá por la década del 60, o “de que Van Van” (y no fueron) en los 70 y escoria en los años 80, cuando se efectuaron los mítines de repudio (al estilo fascista) contra los que querían marchar al exilio.
Ahora esta de moda la palabra “mediática” para referirse, a lo que el gobierno llama campaña de prensa en contra de “Cuba”. Afirman en la prensa oficialista que esta “campaña mediática” se esta realizando desde el extranjero con el visto bueno de la superpotencia y llevada a cabo por Europa su aliado natural.
Agregan además que “ella pudiera ser parte de preparativos en curso para una contraofensiva, quizás militar”. Si se hace una disección de la opinión de la prensa oficialista cubana, podemos ver dos cosas fundamentales. Afirman que la campaña se ha generado en el extranjero, como si el gobierno cubano no tuviera nada que ver con sus motivos.
La realidad es que esta corriente de opinión mundial se ha formado producto en primer término del asesinato del preso político Orlando Zapata Tamayo, asesinado en una cárcel cubana. El propio gobierno alegó que estuvo más de 80 días en huelga de hambre y lo llevaron al hospital habanero “Hermanos Amejeiras” pocos días antes de su deceso cuando ya estaba muerto clínicamente.
En segundo lugar, por la protesta pacifica de Guillermo Fariñas de negarse a ingerir agua y alimentos, lo que lo ha llevado a una sala de terapia intensiva donde su estado se agrava a cada minuto que pasa. Incluso no reclama él al gobierno ninguna concesión política, sino humanitaria. Sólo pide licencia extrapenal para 26 presos enfermos.
El propio Fariñas y otros expresos políticos han sido beneficiados en el pasado por “licencias extrapenales”. O sea, no es nada nuevo para el gobierno, la aprobación de estas licencias. La petición del moribundo Fariñas, no es ni siquiera ilegal en las actuales “leyes cubanas” y si humanitaria pues, los médicos del estado han certificado el estado de salud de los 26 prisioneros.
Si vamos atrás en el tiempo, vemos que la dictadura de Fulgencio Batista, la cual combatían Fidel Castro y su hermano Raúl, les concedió a estos una amnistía, lo que les permitió salir de la cárcel antes de los dos años cumplidos de una condena de 15, que le impusieron por asaltar a la una fortaleza militar, hecho, donde hubo muertos por ambos bandos, e innegablemente violento.
Es por estas causas, que las personas con ideas democráticas y humanitarias apoyan a Fariñas y no porque se lo mande ningún poder mundial, pues las buenas causas no necesitan patrocinadores. Recuerden que Martí aseveraba que “un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército”. Y el gobierno dice que fue el autor “Intelectual del Moncada”.
Y este principio justo de tratar de salvar la vida de 26 personas que languidecen enfermas en las mazmorras del gobierno cubano, es el que ha motivado mantenido y mantendrá esta cruzada mundial contra la oligarquía cubana aferrada a su intransigencia y prepotencia. El concepto de amnistía es mundial y donde único no se quiere aceptar en estos momentos es en Cuba.
Hay que tener en cuenta también, que en estos momentos, dada la situación precaria interna que enfrenta el régimen, desde el punto de vista social, económico y político, quizás no les permita poner en libertad a esos presos, por miedo a la reacción del pueblo cubano. Pues de ser así este podría empezar a reclamarle lo que le han negado durante 50 años.
Podría el pueblo pedir transporte, viviendas, comida, ropas y libertad y esto pudiera propiciar o ser el germen que conlleve a una caída estrepitosa del un régimen que ya dura mas de 50 años en el poder, sin haber cumplido con los ofrecimientos hechos de una vida mejor.
Así, presa de ese terror de que se abra la caja de Pandora, y los oprimidos reclamen lo que les pertenece, quizás la única salida que tenga Raúl Castro sea la de callar, no dar la cara y jugárselo todo a una carta dejando morir a Fariñas y si es necesario lanzar los tanques a la calle en un futuro cercano, pues en las condiciones actuales el miedo al pueblo priman en cualquier decisión.
Pero la muerte de Fariñas, no detendrá esta corriente mundial ni dentro de Cuba, pues ya hay otros como Bonne Carcaces que ha declarado ocupará el su lugar si él llega a morir, la luz que emitió Zapata Tamayo, y la que pueda emitir Fariñas amenazan por extenderse por todo el archipiélago y quizás sea el “faro” que ilumine el camino hacia la democracia plena en Cuba.
Santa Clara, 4 de abril del 2010
A: Raúl Castro Ruz General de ejercito y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba
Con copia a:
Fidel Castro Ruz Comandante en Jefe y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba.
General; quisiera mediante el siguiente documento aceptarle el reto, que me envió indirectamente su gobierno a través del artículo que publicó en el periódico Granma, el 8 de marzo del 2010, el periodista a sueldo Alberto Núñez Betancourt y las palabras dichas por Randy Alonso Falcón en la pasada Mesa Redonda del pasado 17 de mayo.
En primer lugar denuncio al aparato de propaganda ideológica de su partido por querer presentar al finado Orlando Zapata Tamayo, como un preso común. Personalmente conocí al asesinado cuando era militante de la Unión de Jóvenes Comunistas y obrero de la construcción en el hotel Parque Central. Allí Zapata Tamayo, recibió la tarea como adepto a su régimen, de refutar lo que se planteaba en las “Peñas Democráticas del Parque Central”.
Tras ver pruebas en los cuerpos de los expresos políticos, como bayonetazos, mordidas de perros y otras formas de tortura, además de leer literatura considerada subversiva, donde se demostraba las falacias que significó lo que es el Castrismo, como por ejemplo, quemas del 90% de los llamados por usted “Bandidos del Escambray”, quienes en realidad eran guerrilleros anti- comunistas, habían sido miembros del Movimiento 26 de Julio o del Ejército Rebelde antes del triunfo de la Revolución Cubana.
Ante la cruda verdad Zapata Tamayo comenzó a colaborar con la disidencia cubana, razón por la cual resultó separado de forma definitiva de la U:J:C y cesanteado de su trabajo como Albañil- plomero y le fue aplicado el Decreto Ley # 217, que no les permite residir a los orientales en la capital del país. Por tanto si esto ocurrió entre los años 1999 y 2000 son espurios todos los delitos comunes imputados al asesinado.
Con respeto a lo escrito por Alberto Núñez Betancourt sobre mi persona, el 8 de marzo, donde se le da a entender al pueblo de Cuba y a la opinión pública internacional, que en algún momento fui un delincuente común, le llamo con conocimiento de causa a usted y a su régimen embustero, que fui yo quien acusó a la Dra.: Ana Lourdes Goire Wilson, en aquel momento directora del Hospital Infantil “Pedro Borrás” y de toda confianza suya. Puesto que el progenitor de esta fue su subordinado en el II Frente Frank País. Por lo que el aparato de control político ideológico la defendió y me envió a mí a la prisión de “Valle Grande”, en La Habana, bajo investigación cuando ella por corrupta debió ser la condenada.
No solo como el Secretario General de Trabajadores de la Salud de la entidad antes mencionada, sino como ciudadano de mi país tenía todo el derecho a denunciar ante las autoridades policiales los desvíos de donaciones procedentes de la Unión Europea, que hacía esta militante del PCC y lo revendía en el mercado negro.
Ahora podrán decir lo que quieran, pero nunca fui condenado por ese delito de supuestas “lesiones” y si por el de “Convicción Moral de los Jueces”. Todos los trabajadores del Borras presentes en el juicio son testigos que sus familiares fueron los que me agredieron a mi.
En cuanto al otro delito mencionado por la pluma alquilada de su gobierno, que respónde al nombre de Alberto Núñez Betancourt, quiero hacer constar que el primer agredido fui yo, públicamente al desenmascarar al señor Juan Francisco Fernández Gómez, el agente “Félix”, para la Seguridad del Estado, porque le grité ante todo su vecindario, que el era el asesino del adolescente alfabetizador Manuel Ascunse Doménech y su alfabetizado, el campesino Pedro Lantigua, pues, el fue entrenado por asesores soviéticos, en la unidad especial del Ministerio del Interior nombrada “El Molino”, ubicada en el km 10 de la Carretera de Sagua, sitio donde se preparaban falsos guerrilleros anti-comunistas para introducirlos en las montañas del Escambray, donde cometieron atrocidades contra la población civil, para que los guerrilleros anti castristas perdieran el apoyo popular.
General le apunto que de este enfrentamiento yo resulté herido en mi antebrazo izquierdo, cicatriz que todavía ostento y nunca se me permitió hacer una acusación por Lesiones al agente a su servicio.
Es cierto que en legítima defensa le propiné un bastonazo, por el que el tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.
De todas maneras existieron inexactitudes, cuando el periodista a su servicio escribió, que yo fui condenado a 5 años y 10 meses, puesto que el día 3 de marzo del 2003, se me realizaron dos vista orales, la primera ya referida y la segunda porque un mes antes a lo ocurrido por haber expuesto en una reunión del “Poder Popular, el “Proyecto Varela”, donde por cierto fui agredido por seguidores de su sistema político y donde no me defendí.
Le puntualizo que mi última condena fue de 6 años y 10 meses y es una manipulación no haber puesto mi última sentencia o haberla olvidado por un delito de opinión. En el artículo ordenado por usted, como militar que siempre ha sido, se obvia, se esconde, se escamotea a la opinión pública mi trayectoria en el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Se oculta sospechosamente, que fui, primero como Camilito, después como precadete y miembro de los batallones de Seguridad Personal de Protección a Sedes Diplomáticas, de Protección a la Casa Central de las FAR y pertenecí al Batallón de Custodia a la Embajada del Perú. Y que sobretodo fui también integrante de los Comandos de Demolición y Sabotaje de Tropas Especiales en Angola, subordinados a usted como Ministro de las FAR de aquella época. Parece que su “Ministerio de la Verdad” trabaja en estos días afanosamente tratando, de cambiar la historia, como decía George Orwell en su obra “1984”
Por lo tanto debido a mi incursión castrense en ese país africano, si considero que como adolescente ejercí como mercenario o un agente a sueldo de una potencia extranjera, la extinta Unión Soviética. Con toda la dignidad del mundo, lo desmiento, debido a que para ser mercenario hay que estar dispuesto a morir por una paga, un sueldo, una remuneración y yo estoy presto a fallecer por mis ideas democráticas. No obstante lo invito a que designe usted alguno de sus seguidores, que se declare en huelga de hambre y de sed para defender al sistema político que usted representa, ojala encuentre alguno.
Señor presidente “de Facto”, la soberbia y la prepotencia que han demostrado su hermano y usted con sus oponentes políticos es realmente proverbial, nadie que disienta de sus ideas, y sus cánones políticos es considerado una persona decente, le reitero las gracias por esa soberbia pues debido a ello me da la oportunidad como miembro del pueblo cubano de a pie y de la oposición pacifista cubana de ser asesinado en pleno Siglo XXI por un estado totalitario como el que usted encabeza algo que lanzará por tierra el supuesto humanitarismo del sistema por usted dirigido.
Presidente, en sus ataques en contra de la disidencia, tanto sus seguidores dentro como fuera de Cuba, acuden a sobredimensionar el “falso humanismo solidario” de la mal llamada “Revolución Cubana”, cuando envía médicos, paramédicos, maestros y entrenadores deportivos al extranjero.
Yo, denuncio esta ayuda como espuria, puesto que es un mecanismo para desviar la atención respecto a las crueldades, torturas y violaciones de la Declaración Universal de Derechos Humanos que su régimen totalitario comete diariamente contra los ciudadanos cubanos.
Le agradezco por dar las órdenes para que yo muera como un auténtico patriota. Si algo me ha enseñado esta luchador la Democracia Representativa en mi país, es amar al prójimo, incluidos mis adversarios políticos, cuestión totalmente contraria del odio que me inculcaron cuando era un adolescente a su servicio.
Juro ante Dios, que a pesar del asesinato de Orlando Zapata Tamayo y mi inminente ejecución pública pues, se que no se pondrá, en libertad a los 26 presos políticos y de conciencia enfermos que existen en las cárceles cubanas, mi corazón no alberga ningún tipo de rencor hacia usted o su hermano o cualquiera de sus seguidores. Puesto que la necesidad patológica de poder en los seres humanos, como le ocurre a usted y a su consanguíneo son dignos de lástima.
Mi último pensamiento es para que en el futuro mi Patria, Cuba, tenga una solución pacífica sin derramamientos de sangre, donde usted y sus seguidores posean espacio político y nosotros sus adversarios también lo tengamos, esto es necesario por sobre todas las cosas y así lo hago pensando como patriota cubano que Dios se apiade de su alma y en tiempo venideros bendiga a Cuba para que sea prospera y democrática.
Licenciado en Psicología
Guillermo Fariñas Hernández
Expreso político en 3 ocasiones, bibliotecario y periodista independiente
A: Raúl Castro Ruz General de ejercito y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba
Con copia a:
Fidel Castro Ruz Comandante en Jefe y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba.
General; quisiera mediante el siguiente documento aceptarle el reto, que me envió indirectamente su gobierno a través del artículo que publicó en el periódico Granma, el 8 de marzo del 2010, el periodista a sueldo Alberto Núñez Betancourt y las palabras dichas por Randy Alonso Falcón en la pasada Mesa Redonda del pasado 17 de mayo.
En primer lugar denuncio al aparato de propaganda ideológica de su partido por querer presentar al finado Orlando Zapata Tamayo, como un preso común. Personalmente conocí al asesinado cuando era militante de la Unión de Jóvenes Comunistas y obrero de la construcción en el hotel Parque Central. Allí Zapata Tamayo, recibió la tarea como adepto a su régimen, de refutar lo que se planteaba en las “Peñas Democráticas del Parque Central”.
Tras ver pruebas en los cuerpos de los expresos políticos, como bayonetazos, mordidas de perros y otras formas de tortura, además de leer literatura considerada subversiva, donde se demostraba las falacias que significó lo que es el Castrismo, como por ejemplo, quemas del 90% de los llamados por usted “Bandidos del Escambray”, quienes en realidad eran guerrilleros anti- comunistas, habían sido miembros del Movimiento 26 de Julio o del Ejército Rebelde antes del triunfo de la Revolución Cubana.
Ante la cruda verdad Zapata Tamayo comenzó a colaborar con la disidencia cubana, razón por la cual resultó separado de forma definitiva de la U:J:C y cesanteado de su trabajo como Albañil- plomero y le fue aplicado el Decreto Ley # 217, que no les permite residir a los orientales en la capital del país. Por tanto si esto ocurrió entre los años 1999 y 2000 son espurios todos los delitos comunes imputados al asesinado.
Con respeto a lo escrito por Alberto Núñez Betancourt sobre mi persona, el 8 de marzo, donde se le da a entender al pueblo de Cuba y a la opinión pública internacional, que en algún momento fui un delincuente común, le llamo con conocimiento de causa a usted y a su régimen embustero, que fui yo quien acusó a la Dra.: Ana Lourdes Goire Wilson, en aquel momento directora del Hospital Infantil “Pedro Borrás” y de toda confianza suya. Puesto que el progenitor de esta fue su subordinado en el II Frente Frank País. Por lo que el aparato de control político ideológico la defendió y me envió a mí a la prisión de “Valle Grande”, en La Habana, bajo investigación cuando ella por corrupta debió ser la condenada.
No solo como el Secretario General de Trabajadores de la Salud de la entidad antes mencionada, sino como ciudadano de mi país tenía todo el derecho a denunciar ante las autoridades policiales los desvíos de donaciones procedentes de la Unión Europea, que hacía esta militante del PCC y lo revendía en el mercado negro.
Ahora podrán decir lo que quieran, pero nunca fui condenado por ese delito de supuestas “lesiones” y si por el de “Convicción Moral de los Jueces”. Todos los trabajadores del Borras presentes en el juicio son testigos que sus familiares fueron los que me agredieron a mi.
En cuanto al otro delito mencionado por la pluma alquilada de su gobierno, que respónde al nombre de Alberto Núñez Betancourt, quiero hacer constar que el primer agredido fui yo, públicamente al desenmascarar al señor Juan Francisco Fernández Gómez, el agente “Félix”, para la Seguridad del Estado, porque le grité ante todo su vecindario, que el era el asesino del adolescente alfabetizador Manuel Ascunse Doménech y su alfabetizado, el campesino Pedro Lantigua, pues, el fue entrenado por asesores soviéticos, en la unidad especial del Ministerio del Interior nombrada “El Molino”, ubicada en el km 10 de la Carretera de Sagua, sitio donde se preparaban falsos guerrilleros anti-comunistas para introducirlos en las montañas del Escambray, donde cometieron atrocidades contra la población civil, para que los guerrilleros anti castristas perdieran el apoyo popular.
General le apunto que de este enfrentamiento yo resulté herido en mi antebrazo izquierdo, cicatriz que todavía ostento y nunca se me permitió hacer una acusación por Lesiones al agente a su servicio.
Es cierto que en legítima defensa le propiné un bastonazo, por el que el tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.
De todas maneras existieron inexactitudes, cuando el periodista a su servicio escribió, que yo fui condenado a 5 años y 10 meses, puesto que el día 3 de marzo del 2003, se me realizaron dos vista orales, la primera ya referida y la segunda porque un mes antes a lo ocurrido por haber expuesto en una reunión del “Poder Popular, el “Proyecto Varela”, donde por cierto fui agredido por seguidores de su sistema político y donde no me defendí.
Le puntualizo que mi última condena fue de 6 años y 10 meses y es una manipulación no haber puesto mi última sentencia o haberla olvidado por un delito de opinión. En el artículo ordenado por usted, como militar que siempre ha sido, se obvia, se esconde, se escamotea a la opinión pública mi trayectoria en el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Se oculta sospechosamente, que fui, primero como Camilito, después como precadete y miembro de los batallones de Seguridad Personal de Protección a Sedes Diplomáticas, de Protección a la Casa Central de las FAR y pertenecí al Batallón de Custodia a la Embajada del Perú. Y que sobretodo fui también integrante de los Comandos de Demolición y Sabotaje de Tropas Especiales en Angola, subordinados a usted como Ministro de las FAR de aquella época. Parece que su “Ministerio de la Verdad” trabaja en estos días afanosamente tratando, de cambiar la historia, como decía George Orwell en su obra “1984”
Por lo tanto debido a mi incursión castrense en ese país africano, si considero que como adolescente ejercí como mercenario o un agente a sueldo de una potencia extranjera, la extinta Unión Soviética. Con toda la dignidad del mundo, lo desmiento, debido a que para ser mercenario hay que estar dispuesto a morir por una paga, un sueldo, una remuneración y yo estoy presto a fallecer por mis ideas democráticas. No obstante lo invito a que designe usted alguno de sus seguidores, que se declare en huelga de hambre y de sed para defender al sistema político que usted representa, ojala encuentre alguno.
Señor presidente “de Facto”, la soberbia y la prepotencia que han demostrado su hermano y usted con sus oponentes políticos es realmente proverbial, nadie que disienta de sus ideas, y sus cánones políticos es considerado una persona decente, le reitero las gracias por esa soberbia pues debido a ello me da la oportunidad como miembro del pueblo cubano de a pie y de la oposición pacifista cubana de ser asesinado en pleno Siglo XXI por un estado totalitario como el que usted encabeza algo que lanzará por tierra el supuesto humanitarismo del sistema por usted dirigido.
Presidente, en sus ataques en contra de la disidencia, tanto sus seguidores dentro como fuera de Cuba, acuden a sobredimensionar el “falso humanismo solidario” de la mal llamada “Revolución Cubana”, cuando envía médicos, paramédicos, maestros y entrenadores deportivos al extranjero.
Yo, denuncio esta ayuda como espuria, puesto que es un mecanismo para desviar la atención respecto a las crueldades, torturas y violaciones de la Declaración Universal de Derechos Humanos que su régimen totalitario comete diariamente contra los ciudadanos cubanos.
Le agradezco por dar las órdenes para que yo muera como un auténtico patriota. Si algo me ha enseñado esta luchador la Democracia Representativa en mi país, es amar al prójimo, incluidos mis adversarios políticos, cuestión totalmente contraria del odio que me inculcaron cuando era un adolescente a su servicio.
Juro ante Dios, que a pesar del asesinato de Orlando Zapata Tamayo y mi inminente ejecución pública pues, se que no se pondrá, en libertad a los 26 presos políticos y de conciencia enfermos que existen en las cárceles cubanas, mi corazón no alberga ningún tipo de rencor hacia usted o su hermano o cualquiera de sus seguidores. Puesto que la necesidad patológica de poder en los seres humanos, como le ocurre a usted y a su consanguíneo son dignos de lástima.
Mi último pensamiento es para que en el futuro mi Patria, Cuba, tenga una solución pacífica sin derramamientos de sangre, donde usted y sus seguidores posean espacio político y nosotros sus adversarios también lo tengamos, esto es necesario por sobre todas las cosas y así lo hago pensando como patriota cubano que Dios se apiade de su alma y en tiempo venideros bendiga a Cuba para que sea prospera y democrática.
Licenciado en Psicología
Guillermo Fariñas Hernández
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Los hombres
desde las piedras escritas
cantan
aman.
Asi,
a gopes de piedra
y en el nombre del amor
han cantado su historia.
Yo taambien
-companeros de senda -
desde el amor
canto.
Ricardo Gonzalez Alfonso
Prisionero Politico
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cantan
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Asi,
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Yo taambien
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Prisionero Politico
GALERIA
Artista: Suyet Rodriguez
"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace; ganemosla de pensamiento", Jose Marti.
Nadie es en si mismo es la patria,
ni siquiera el jinete que alto en el alba
de una plaza desierta
rige un corcel de bronce en el tiempo.
ni siquiera el jinete que alto en el alba
de una plaza desierta
rige un corcel de bronce en el tiempo.
Cuba
Verde Caiman del Caribe
lagarto verde
isla hembra
- asi llamada por los poetas
por tu fiesta de colorines
por tu color de esperanza
por tus ojos de piedra y agua
por estrecha
y larga
como si flotaras siempre,
siempre poseida -
charco de culpa en la memoria
gota de sangre dividida
salta el discurso de los culpables
rivales eternos
cobardes de la historia
responsables del crimen.
Verde Caiman del Caribe
lagarto verde
isla hembra
- asi llamada por los poetas
por tu fiesta de colorines
por tu color de esperanza
por tus ojos de piedra y agua
por estrecha
y larga
como si flotaras siempre,
siempre poseida -
charco de culpa en la memoria
gota de sangre dividida
salta el discurso de los culpables
rivales eternos
cobardes de la historia
responsables del crimen.
Sus ojos saltaban de las paredeas al sofa
a la mesa
el uniflor;
el principe negro.
Miraba como quien lo ha dicho todo
o como quien no quiere decir nada.
Con los ojos con que se mira
a quien nos esta mirando.
a la mesa
el uniflor;
el principe negro.
Miraba como quien lo ha dicho todo
o como quien no quiere decir nada.
Con los ojos con que se mira
a quien nos esta mirando.
LA DISIDENCIA ES UNA NUEVA FORMA DE OPOSICION AL CASTRISMO
LANZAMIENTO DE UN LIBRO DE AUTOR DISIDENTE EN UNA CASA HABANERA
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CESPEDES O AGRAMONTE; JOSE MARTI
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Carlos Manuel de Céspedes, cuando la realidad era insoportable y la dignidad humana y nacional eran pisadas por el arcaico, explotador y cruel sistema colonail, mientras muchos vacilaban, como con fuerzas tremendas, venidas de las entrañas imperfectas de la tierra, se lanzó a todo galope a conquistar la independencia a filo de machete, convencido de que con sólo 12 hombres bastaban para lograr la libertad de Cuba, proclamándose Capitán General del Ejército Libertador de Cuba, mando centralizado, para asegurar el triunfo de la revolución independentista, como paso previo a la república democrática.
Ignacio Agramonte, meses después, en el potrero de Guaímaro, en la Constituyente de la primera República en Armas - ¡el Belén institucional de la Nación Cubana! -, liderando a un grupo de intelectuales liberales, se opone resueltamente a Céspedes, pretendiendo una organización institucional que garantizara no sólo la independencia de Cuba, sino la liberación de los cubanos, el sometimiento del mando militar al poder civil -¡aún en plena guerra!- y proclama el imperio de la ley, y que el soberano fuese el ciudadano.Triunfó Agramonte, pero se perdió la guerra.
Desde entonces la nación cubana, se pregunta: ¿Céspedes o Agramonte? Tanto una táctica como la otra es eficaz; todo depende de las circunstancias: Céspedes para la guerra, para la paz, Agramonte. Sin embargo los cubanos siempre hemos sufrido el desatino. En la Guerra Grande sometimos el mando de las batallas a las lentas resoluciones del parlamento de manigua y en los tiempos de paz, a que nos gobierne la manus militari.
José Martí, futuro líder de la independencia y de la espiritualidad de la nación, que en tiempos de la Guerra Grande, apenas un niño, había ido a la cárcel y escrito allí bellos versos y estremecedores relatos, andaba por el mundo cargado de nostalgia, soñando la patría - "Vivir por Cuba en cuerpo y alma no es lo mismo que sobrevivir en Cuba en carne viva."[1] - con la fuerza de un creador divino, se lanzó, cargado de ideales a entrelazar las ramas de los pinos nuevos con los viejos robles a fin de hacer la que él mismo llamara la guerra necesaria.
[...] O la república tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, el ejercicio íntegro de sí y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio íntegro de los demás; la pasión, en fin, por el decoro del hombre, - o la república no vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestros bravos. Para verdades trabajamos, y no para sueños.
[José Martí, viendo colonias en las recién nacidas repúblicas de latinoamérica, dada la autoridad personal y las disensiones por la falta de intervención popular y de hábitos democráticos en su organización, advirtió que "no se funda un pueblos como se manda un campamento", pretendiendo llevar el pensamiento civilista de Ignacio Agramonte a las más altas cumbres.
El hombre consciente de la necesidad de gobernar al país conforme al conocimiento, para liberarlo de tiranías y que soñó fundar "en el ejercicio franco y cordial de las capacidades legítimas del hombre, un pueblo nuevo y de sincera democracia, capaz de vencer, por el orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales, los peligros de la libertad repentina", el primer día de combate, convencido de que todo el que da luz se queda sólo - "puedo morir mañana", escribió en la página anterior a Dos Ríos -, cayó de su caballo mortalmente herido para levantarse un mito, hasta hoy inalcanzable para los cubanos. "¿Qué has hecho, Maestro?", exclamó Rubén Diario
GUSTAVO ARCOS BERNES
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COCO FARINAS
VLADIMIRO ROCA
Diosmel Rodriguez - con camisa blanca - y Hector Palacios - con camisa a rayas -.
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SE ACABO LA ESTIRPE
HAY HOMBRES QUE TIENEN EL DECORO DE MUCHOS HOMBRES
LA ESPERANZA
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Solo el amor
Donde esta mi Papa!?
LA COLONIA SIGUE VIVIENDO EN LA REPUBLICA
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HACIENDO PATRIA
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2009
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QUE BUENO BAILA USTED
Universidad de la Habana
Señor Rector e Ilustre Claustro.
Señores:
La administración que permite el franco desarrollo de la acción individual a la sombra de una bien entendida concentración del poder, es la más ocasionada a producir óptimos resultados, porque realiza una verdadera alianza del orden con la libertad. Vive el hombre en sociedad, porque es su estado natural, es condición indispensable para el desarrollo de sus facultades físicas, intelectuales y morales, y no en virtud de un convenio o de un pacto social, como han pretendido Hobbes y Rousseau. La sociedad no se comprende sin orden, ni el orden sin un poder que lo prevenga y lo defienda, al mismo tiempo que destruya todas las causas perturbadoras de él. ...
Detener la marcha del espíritu humano, ha dicho un célebre escritor, privándole de los derechos que ha recibido de la mano bienhechora de su Creador, oponerse así a los progresos de las mejoras morales y físicas, al acrecentamiento del bienestar y felicidad de las generaciones presentes y futuras, es cometer el más criminal de los atentados, es violar las santas leyes de la Naturaleza, es propagar indefinidamente los males, los sufrimientos, las disensiones y las guerras, de que los pueblos no han cesado de ser las víctimas. Estos derechos del individuo son inalienables e imprescriptibles, puesto que sin ellos no podrá llegar al cumplimiento de su destino; no puede renunciarlos, porque como ya he dicho, constituyen deberes respecto a Dios, y jamás se puede renunciar al cumplimiento de esos deberes. Se ha dicho que el hombre, para vivir en sociedad, ha tenido que renunciar a una parte de sus derechos; lejos de ser así contribuye con una porción de sus rentas y aun a veces con su persona al sostenimiento del Estado, que debe defendérselos, que debe conservárselos íntegros, que debe facilitar su libre ejercicio. Bajo ningún pretexto se pueden renunciar a esos sagrados derechos, ni privar de ellos a nadie sin hacerse criminal ante los ojos de la divina Providencia... La ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los Gobiernos...
La justicia, la verdad, la razón, sólo pueden ser la suprema ley de la sociedad; decir salus populis suprema lex est es tomar el efecto por la causa. El derecho para ser tal y obligatorio, debe tener por fundamento la justicia: la de pensar, la de hablar y la de obrar... Al derecho de pensar libremente corresponden la libertad de examen, de duda, de opinión, como fases o direcciones de aquél... Por fortuna, éstas, a diferencia de la libertad de hablar y obrar, no están sometidas a coacción directa; se podrá obligar a uno a callar, a permanecer inmóvil, acaso a decir que es justo lo que es altamente injusto. Pero ¿cómo se le podrá impedir que dude de lo que dice? ¿Cómo que examine las acciones de los demás, lo que se le trata de inculcar como verdad, todo, en fin, y que sobre ello formule su opinión? Sólo por medios indirectos; la educación, las preocupaciones, las costumbres, influyen a veces coartando el franco ejercicio de ese derecho, que es la más fuerte garantía para la sociedad y el Gobierno de un Estado que se funda en la verdad y la justicia. A pesar de que la razón y la experiencia nos demuestran que no podemos formarnos una opinión exacta en ninguna materia sin examinarla previa y detenidamente, no han faltado hombres y aun clases enteras en la sociedad, que con miras interesadas y ambiciosas, han querido despojar al hombre de esos derechos revelados por la razón a todos, pues son universales, y monopolizarlos ellos. En cuanto a nosotros, siempre diremos con San Pablo: examinémoslo todo y atengámonos a lo que es bueno (Ts 5:21). Consecuencia de la libertad de pensar es la de hablar. ¿De qué servirían nuestros pensamientos, nuestras meditaciones, si no pudiéramos comunicarlos a nuestros semejantes? ¿Cómo adquirir los conocimientos de los demás? El desarrollo de la vida intelectual y moral de la sociedad sería detenido en medio de su marcha. De la enunciación de los diversos exámenes, de las contrarias opiniones, de las diferentes observaciones, de la discusión en fin, surge la verdad como la luz del sol, como del eslabón con el pedernal, la ígnea chispa. Pero la verdad, se ha dicho, no siempre conviene exponerla; en realidad no conviene; pero es al poderoso que oprime al débil, al rico que vive del pobre, al ambicioso que no atiende a la justicia o injusticia de los medios de elevarse; lejos de ser perjudicial, es siempre conveniente al ciudadano y a la sociedad, cuyas felicidades estriban en la ilustración y no en la ignorancia o el error, y a los gobernantes cuando lo son en nombre de la justicia y la razón. La prensa con razón es considerada como la representación material del progreso. La libertad de la prensa es un medio de obtener las libertades civil y política, porque, instruyendo a las masas, rasgando el denso velo de la ignorancia, hace conocer sus derechos a los pueblos y pueden estos exigirlos. No carece de inconvenientes la prensa completamente libre, pero ni contrapesan sus ventajas, ni son de tanta importancia como se ha tratado de hacer creer. Se puede abusar de la prensa, dice un autor inglés, por la publicidad de principios falsos y corrompidos; pero es más fácil, añade el mismo, remediar este inconveniente combatiéndolo con buenas razones que empleando las persecuciones, las multas, la prisión y otros castigos de este género. También se ha dicho que puede ser perjudicial por las infamaciones; a esto respondemos con Ovidio: conciamens recti famae mendacia ridet; o con el emperador Teodocio, en una ley que promulgó en 393, en la que dice: Si alguno se deja ir hasta difamar nuestro nombre, nuestro gobierno y nuestra conducta, no queremos que esté sujeto a la pena ordinaria, marcada por las leyes, ni que nuestros oficiales le hagan sufrir una pena rigurosa, porque si es por ligereza, es necesario despreciarlo; si es por ciega locura, es digno de compasión; si es por malicia, es necesario perdonarle. Por otra parte, no es fácil que se expusiera un escritor a que el calumniado entablase contra él, ante el tribunal competente, la acción de calumnia, y sufrir las consecuencias. La libertad de obrar consiste en hacer todo lo que le plazca a cada uno en tanto que no dañe los derechos de los demás. No puede darse, empero, demasiada latitud a esa restricción; hay casos en que, obrando libremente el individuo, causa un daño a los demás y a veces a la sociedad entera; y sin embargo, no puede impedírsele el ejercicio de su derecho, sin causarlos mayores atacando la libre acción individual. Así sucedería cuando un hombre imprudentemente invirtiera su capital en empresas ruinosas; en tal caso los abastecedores de un consumo sufrirían un menoscabo, pues que esa menos salida tendrían sus frutos; perjudicaría económicamente a la sociedad, porque ese capital se pierde para la circulación y una cantidad equivalente de industria perece. El único remedio a males de esta clase, es fomentar la instrucción y estimular los sentimientos nobles y generosos. Por punto general, nadie conoce mejor los intereses de uno que él mismo; y cuando la opinión general está bien dirigida y por la conservación de la individualidad tiene energía, es un freno bastante poderoso contra el egoísmo, la avaricia, la prodigalidad, la envidia y demás carcomas del bienestar individual y social. El individuo mismo es el guardián y soberano de sus intereses, de su salud física y moral; la sociedad no debe mezclarse en la conducta humana, mientras no dañe a los demás miembros de ella. Funestas son las consecuencias de la intervención de la sociedad en la vida individual; y más funestas aún cuando esa intervención es dirigida a uniformarla, destruyendo así la individualidad, que es uno de los elementos del bienestar presente y futuro de ella. Debe el hombre escoger los hábitos que más convengan a su carácter, a sus gustos, a sus opiniones y no amoldarse completamente a la costumbre arrastrado por el número. Que la sociedad garantice su propiedad y seguridad personal, son también derechos del individuo, creados por el mero hecho de vivir en sociedad. El olvido o el desprecio de ellos, si bien no es más criminal que los demás, sí es más a menudo causa de revoluciones y conflictos en que a cada paso se ven envueltas las naciones. Estos derechos, lo mismo que los anteriormente expuestos, deben respetarse en todos los hombres porque todos son iguales; todos son de la misma especie, en todos colocó Dios la razón, iluminando la conciencia y revelando sus eternas verdades; todos marchan a un mismo fin; y a todos debe la sociedad proporcionar igualmente los medios de llegar a él. La Asamblea Constituyente francesa de 1791 proclamó entre los demás derechos del hombre el de la resistencia a la opresión... Demostrado ya que el gobierno debe respetar los derechos del individuo, permitiendo su franco desarrollo y expedito ejercicio, creemos haber llenado nuestro deber con respecto a la primera parte de la proposición. Pasaremos a la segunda, o sea a demostrar que sólo la administración centralizada de una manera bien entendida o conveniente deja expedito el desarrollo individual. La centralización llevada hasta cierto grado, es por decirlo así, la anulación completa del individuo, es la senda del absolutismo; la descentralización absoluta conduce a la anarquía y al desorden. Necesario es que nos coloquemos entre estos dos extremos para hallar esa bien entendida descentralización que permite florecer la libertad a la par que el orden. Frecuentemente se confunde la unidad con la centralización; pero la unidad: es la uniformidad de intereses, de ideas y sentimientos entre los miembros del Estado, y la centralización: la acumulación de las atribuciones del poder ejecutivo de un gobierno central. Las más de las veces existen juntas, sin embargo la historia nos la muestra separadas en Roma cuando estaba en su apogeo de grandeza; en ella, al paso que sus Emperadores habían concentrado en sus manos todo el poder, no había unidad en el Imperio; y en la moderna Inglaterra, donde hay unidad de sentir y de pensar al mismo tiempo que descentralización administrativa. La centralización limitada a los asuntos trascendentales y de alta importancia, aquellos que recaen, o que por sus consecuencias pueden recaer bajo el dominio de la centralización política, es indudable que es conveniente; más que conveniente, necesaria; pero es abusiva desde el momento en que, extralimitándose de la inspección y dirección que en aquellos negocios le corresponde, interviene en otros que no tienen esos caracteres. La centralización no limitada convenientemente, disminuye, cuando no destruye la libertad de industria, y de aquí la disminución de la competencia entre los productores, de esta causa tan poderosa del perfeccionamiento de los productos y de su menor precio, que los pone más al alcance de los consumidores. La administración, requiriendo un número casi fabuloso de empleados, arranca una multitud de brazos a las artes y a la industria; y debilitando la inteligencia y la actividad, convierte al hombre en órgano de transmisión o ejecución pasiva. A pesar del gran número de empleados que requiere la dicha administración, los funcionarios no tienen tiempo suficiente para despachar el cúmulo de negocios que se acumula en el Gobierno por su intervención tan peligrosa como minuciosa en los intereses locales e individuales, y de aquí demoras harto perjudiciales, y lo que es peor aún, su despacho, tras dilatado, es encomendado por su número a subalternos, cuya impericia o falta de conocimientos locales no ofrecen garantía alguna de acierto. Mientras los sueldos de los empleados son demasiado mezquinos para sostenerlos con dignidad en la posición que sus funciones demanda, obligándoles a descuidar aquella algún tanto y recargándose con otras ocupaciones, aquellos por su multitud forman una suma altamente gravosa para la sociedad. La centralización hace desaparecer ese individualismo, cuya conservación hemos sostenido como necesaria a la sociedad. De allí al comunismo no hay más que un paso; se comienza por declarar impotente al individuo y se concluye por justificar la intervención de la sociedad en su acción destruyendo su libertad, sujetando a reglamento sus deseos, sus pensamientos, sus más íntimas afecciones, sus necesidades, sus acciones todas. Lejos de tener esos inconvenientes una concentración bien entendida, disminuyendo el número de sus empleados, se les pagaría de un modo proporcionado a su trabajo y suficiente a satisfacer dignamente sus necesidades. Sólo así podrían dedicarse exclusivamente y con entusiasmo al cumplimiento de sus deberes. Este es el gran secreto para que la administración esté bien servida, dice Jules Simon, observando la administración inglesa. Estableciendo cierta independencia entre ellos, su dignidad en vez de humillarse estando sometido a los caprichos de un superior, crecería hasta llegar a su correspondiente altura, con una responsabilidad legal y no arbitraria. Lejos de ser convertidos en máquinas de ejecución o transmisión, necesitarían desplegar su actividad e inteligencia, que redundaría en provecho de él mismo y de la sociedad. El individuo, con esta organización, podría tener garantizado el libre ejercicio de sus derechos contra los excesos y errores de los funcionarios, con acciones legales y entabladas ante los tribunales competentes. Un código único, arma regular y recursos financieros reunidos en la mano de un poder central para ser empleados conforme a la ley, sería una garantía bastante contra el federalismo y para poder dejar a los habitantes de una localidad repartir sus impuestos, administrar sus propiedades, construir sus vías de comunicación, gobernar, en una palabra, sus asuntos locales, que solamente ellos conocen y más directamente les interesan. ...el Gobierno que con una centralización absoluta destruya ese franco desarrollo de la acción individual, y detenga la sociedad en su desenvolvimiento progresivo, no se funda en la justicia y en la razón, sino tan solo en la fuerza; y el Estado que tal fundamento tenga, podrá en un momento de energía anunciarse al mundo como estable e imperecedero, pero tarde o temprano, cuando los hombres, conociendo sus derechos violados, se propongan reivindicarlos, irá el estruendo del cañón a anunciarle que cesó su letal dominación.
La Habana, 1866.
Ignacio Agramonte.
Señores:
La administración que permite el franco desarrollo de la acción individual a la sombra de una bien entendida concentración del poder, es la más ocasionada a producir óptimos resultados, porque realiza una verdadera alianza del orden con la libertad. Vive el hombre en sociedad, porque es su estado natural, es condición indispensable para el desarrollo de sus facultades físicas, intelectuales y morales, y no en virtud de un convenio o de un pacto social, como han pretendido Hobbes y Rousseau. La sociedad no se comprende sin orden, ni el orden sin un poder que lo prevenga y lo defienda, al mismo tiempo que destruya todas las causas perturbadoras de él. ...
Detener la marcha del espíritu humano, ha dicho un célebre escritor, privándole de los derechos que ha recibido de la mano bienhechora de su Creador, oponerse así a los progresos de las mejoras morales y físicas, al acrecentamiento del bienestar y felicidad de las generaciones presentes y futuras, es cometer el más criminal de los atentados, es violar las santas leyes de la Naturaleza, es propagar indefinidamente los males, los sufrimientos, las disensiones y las guerras, de que los pueblos no han cesado de ser las víctimas. Estos derechos del individuo son inalienables e imprescriptibles, puesto que sin ellos no podrá llegar al cumplimiento de su destino; no puede renunciarlos, porque como ya he dicho, constituyen deberes respecto a Dios, y jamás se puede renunciar al cumplimiento de esos deberes. Se ha dicho que el hombre, para vivir en sociedad, ha tenido que renunciar a una parte de sus derechos; lejos de ser así contribuye con una porción de sus rentas y aun a veces con su persona al sostenimiento del Estado, que debe defendérselos, que debe conservárselos íntegros, que debe facilitar su libre ejercicio. Bajo ningún pretexto se pueden renunciar a esos sagrados derechos, ni privar de ellos a nadie sin hacerse criminal ante los ojos de la divina Providencia... La ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los Gobiernos...
La justicia, la verdad, la razón, sólo pueden ser la suprema ley de la sociedad; decir salus populis suprema lex est es tomar el efecto por la causa. El derecho para ser tal y obligatorio, debe tener por fundamento la justicia: la de pensar, la de hablar y la de obrar... Al derecho de pensar libremente corresponden la libertad de examen, de duda, de opinión, como fases o direcciones de aquél... Por fortuna, éstas, a diferencia de la libertad de hablar y obrar, no están sometidas a coacción directa; se podrá obligar a uno a callar, a permanecer inmóvil, acaso a decir que es justo lo que es altamente injusto. Pero ¿cómo se le podrá impedir que dude de lo que dice? ¿Cómo que examine las acciones de los demás, lo que se le trata de inculcar como verdad, todo, en fin, y que sobre ello formule su opinión? Sólo por medios indirectos; la educación, las preocupaciones, las costumbres, influyen a veces coartando el franco ejercicio de ese derecho, que es la más fuerte garantía para la sociedad y el Gobierno de un Estado que se funda en la verdad y la justicia. A pesar de que la razón y la experiencia nos demuestran que no podemos formarnos una opinión exacta en ninguna materia sin examinarla previa y detenidamente, no han faltado hombres y aun clases enteras en la sociedad, que con miras interesadas y ambiciosas, han querido despojar al hombre de esos derechos revelados por la razón a todos, pues son universales, y monopolizarlos ellos. En cuanto a nosotros, siempre diremos con San Pablo: examinémoslo todo y atengámonos a lo que es bueno (Ts 5:21). Consecuencia de la libertad de pensar es la de hablar. ¿De qué servirían nuestros pensamientos, nuestras meditaciones, si no pudiéramos comunicarlos a nuestros semejantes? ¿Cómo adquirir los conocimientos de los demás? El desarrollo de la vida intelectual y moral de la sociedad sería detenido en medio de su marcha. De la enunciación de los diversos exámenes, de las contrarias opiniones, de las diferentes observaciones, de la discusión en fin, surge la verdad como la luz del sol, como del eslabón con el pedernal, la ígnea chispa. Pero la verdad, se ha dicho, no siempre conviene exponerla; en realidad no conviene; pero es al poderoso que oprime al débil, al rico que vive del pobre, al ambicioso que no atiende a la justicia o injusticia de los medios de elevarse; lejos de ser perjudicial, es siempre conveniente al ciudadano y a la sociedad, cuyas felicidades estriban en la ilustración y no en la ignorancia o el error, y a los gobernantes cuando lo son en nombre de la justicia y la razón. La prensa con razón es considerada como la representación material del progreso. La libertad de la prensa es un medio de obtener las libertades civil y política, porque, instruyendo a las masas, rasgando el denso velo de la ignorancia, hace conocer sus derechos a los pueblos y pueden estos exigirlos. No carece de inconvenientes la prensa completamente libre, pero ni contrapesan sus ventajas, ni son de tanta importancia como se ha tratado de hacer creer. Se puede abusar de la prensa, dice un autor inglés, por la publicidad de principios falsos y corrompidos; pero es más fácil, añade el mismo, remediar este inconveniente combatiéndolo con buenas razones que empleando las persecuciones, las multas, la prisión y otros castigos de este género. También se ha dicho que puede ser perjudicial por las infamaciones; a esto respondemos con Ovidio: conciamens recti famae mendacia ridet; o con el emperador Teodocio, en una ley que promulgó en 393, en la que dice: Si alguno se deja ir hasta difamar nuestro nombre, nuestro gobierno y nuestra conducta, no queremos que esté sujeto a la pena ordinaria, marcada por las leyes, ni que nuestros oficiales le hagan sufrir una pena rigurosa, porque si es por ligereza, es necesario despreciarlo; si es por ciega locura, es digno de compasión; si es por malicia, es necesario perdonarle. Por otra parte, no es fácil que se expusiera un escritor a que el calumniado entablase contra él, ante el tribunal competente, la acción de calumnia, y sufrir las consecuencias. La libertad de obrar consiste en hacer todo lo que le plazca a cada uno en tanto que no dañe los derechos de los demás. No puede darse, empero, demasiada latitud a esa restricción; hay casos en que, obrando libremente el individuo, causa un daño a los demás y a veces a la sociedad entera; y sin embargo, no puede impedírsele el ejercicio de su derecho, sin causarlos mayores atacando la libre acción individual. Así sucedería cuando un hombre imprudentemente invirtiera su capital en empresas ruinosas; en tal caso los abastecedores de un consumo sufrirían un menoscabo, pues que esa menos salida tendrían sus frutos; perjudicaría económicamente a la sociedad, porque ese capital se pierde para la circulación y una cantidad equivalente de industria perece. El único remedio a males de esta clase, es fomentar la instrucción y estimular los sentimientos nobles y generosos. Por punto general, nadie conoce mejor los intereses de uno que él mismo; y cuando la opinión general está bien dirigida y por la conservación de la individualidad tiene energía, es un freno bastante poderoso contra el egoísmo, la avaricia, la prodigalidad, la envidia y demás carcomas del bienestar individual y social. El individuo mismo es el guardián y soberano de sus intereses, de su salud física y moral; la sociedad no debe mezclarse en la conducta humana, mientras no dañe a los demás miembros de ella. Funestas son las consecuencias de la intervención de la sociedad en la vida individual; y más funestas aún cuando esa intervención es dirigida a uniformarla, destruyendo así la individualidad, que es uno de los elementos del bienestar presente y futuro de ella. Debe el hombre escoger los hábitos que más convengan a su carácter, a sus gustos, a sus opiniones y no amoldarse completamente a la costumbre arrastrado por el número. Que la sociedad garantice su propiedad y seguridad personal, son también derechos del individuo, creados por el mero hecho de vivir en sociedad. El olvido o el desprecio de ellos, si bien no es más criminal que los demás, sí es más a menudo causa de revoluciones y conflictos en que a cada paso se ven envueltas las naciones. Estos derechos, lo mismo que los anteriormente expuestos, deben respetarse en todos los hombres porque todos son iguales; todos son de la misma especie, en todos colocó Dios la razón, iluminando la conciencia y revelando sus eternas verdades; todos marchan a un mismo fin; y a todos debe la sociedad proporcionar igualmente los medios de llegar a él. La Asamblea Constituyente francesa de 1791 proclamó entre los demás derechos del hombre el de la resistencia a la opresión... Demostrado ya que el gobierno debe respetar los derechos del individuo, permitiendo su franco desarrollo y expedito ejercicio, creemos haber llenado nuestro deber con respecto a la primera parte de la proposición. Pasaremos a la segunda, o sea a demostrar que sólo la administración centralizada de una manera bien entendida o conveniente deja expedito el desarrollo individual. La centralización llevada hasta cierto grado, es por decirlo así, la anulación completa del individuo, es la senda del absolutismo; la descentralización absoluta conduce a la anarquía y al desorden. Necesario es que nos coloquemos entre estos dos extremos para hallar esa bien entendida descentralización que permite florecer la libertad a la par que el orden. Frecuentemente se confunde la unidad con la centralización; pero la unidad: es la uniformidad de intereses, de ideas y sentimientos entre los miembros del Estado, y la centralización: la acumulación de las atribuciones del poder ejecutivo de un gobierno central. Las más de las veces existen juntas, sin embargo la historia nos la muestra separadas en Roma cuando estaba en su apogeo de grandeza; en ella, al paso que sus Emperadores habían concentrado en sus manos todo el poder, no había unidad en el Imperio; y en la moderna Inglaterra, donde hay unidad de sentir y de pensar al mismo tiempo que descentralización administrativa. La centralización limitada a los asuntos trascendentales y de alta importancia, aquellos que recaen, o que por sus consecuencias pueden recaer bajo el dominio de la centralización política, es indudable que es conveniente; más que conveniente, necesaria; pero es abusiva desde el momento en que, extralimitándose de la inspección y dirección que en aquellos negocios le corresponde, interviene en otros que no tienen esos caracteres. La centralización no limitada convenientemente, disminuye, cuando no destruye la libertad de industria, y de aquí la disminución de la competencia entre los productores, de esta causa tan poderosa del perfeccionamiento de los productos y de su menor precio, que los pone más al alcance de los consumidores. La administración, requiriendo un número casi fabuloso de empleados, arranca una multitud de brazos a las artes y a la industria; y debilitando la inteligencia y la actividad, convierte al hombre en órgano de transmisión o ejecución pasiva. A pesar del gran número de empleados que requiere la dicha administración, los funcionarios no tienen tiempo suficiente para despachar el cúmulo de negocios que se acumula en el Gobierno por su intervención tan peligrosa como minuciosa en los intereses locales e individuales, y de aquí demoras harto perjudiciales, y lo que es peor aún, su despacho, tras dilatado, es encomendado por su número a subalternos, cuya impericia o falta de conocimientos locales no ofrecen garantía alguna de acierto. Mientras los sueldos de los empleados son demasiado mezquinos para sostenerlos con dignidad en la posición que sus funciones demanda, obligándoles a descuidar aquella algún tanto y recargándose con otras ocupaciones, aquellos por su multitud forman una suma altamente gravosa para la sociedad. La centralización hace desaparecer ese individualismo, cuya conservación hemos sostenido como necesaria a la sociedad. De allí al comunismo no hay más que un paso; se comienza por declarar impotente al individuo y se concluye por justificar la intervención de la sociedad en su acción destruyendo su libertad, sujetando a reglamento sus deseos, sus pensamientos, sus más íntimas afecciones, sus necesidades, sus acciones todas. Lejos de tener esos inconvenientes una concentración bien entendida, disminuyendo el número de sus empleados, se les pagaría de un modo proporcionado a su trabajo y suficiente a satisfacer dignamente sus necesidades. Sólo así podrían dedicarse exclusivamente y con entusiasmo al cumplimiento de sus deberes. Este es el gran secreto para que la administración esté bien servida, dice Jules Simon, observando la administración inglesa. Estableciendo cierta independencia entre ellos, su dignidad en vez de humillarse estando sometido a los caprichos de un superior, crecería hasta llegar a su correspondiente altura, con una responsabilidad legal y no arbitraria. Lejos de ser convertidos en máquinas de ejecución o transmisión, necesitarían desplegar su actividad e inteligencia, que redundaría en provecho de él mismo y de la sociedad. El individuo, con esta organización, podría tener garantizado el libre ejercicio de sus derechos contra los excesos y errores de los funcionarios, con acciones legales y entabladas ante los tribunales competentes. Un código único, arma regular y recursos financieros reunidos en la mano de un poder central para ser empleados conforme a la ley, sería una garantía bastante contra el federalismo y para poder dejar a los habitantes de una localidad repartir sus impuestos, administrar sus propiedades, construir sus vías de comunicación, gobernar, en una palabra, sus asuntos locales, que solamente ellos conocen y más directamente les interesan. ...el Gobierno que con una centralización absoluta destruya ese franco desarrollo de la acción individual, y detenga la sociedad en su desenvolvimiento progresivo, no se funda en la justicia y en la razón, sino tan solo en la fuerza; y el Estado que tal fundamento tenga, podrá en un momento de energía anunciarse al mundo como estable e imperecedero, pero tarde o temprano, cuando los hombres, conociendo sus derechos violados, se propongan reivindicarlos, irá el estruendo del cañón a anunciarle que cesó su letal dominación.
La Habana, 1866.
Ignacio Agramonte.
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Datos personales
- Faisel Iglesias
- abogado, escritor y activista de derechos humanos. Por su defensa a los disidentes y su concepcion civilista de la sociedad, el estado y el derecho cubanos sufrio persecucion y fue detenido varias veces por la Policia politica de Fidel Castro. Es autor de las novelas Que bueno baila usted y El Olor de la Tierra por la que participo en la Feria Internacional del Libro de Miami junto a los mas grandes escritores de lengua hispana. Es autor ademas, del ensayo "Donde esta mi papa" referente a la custodia compartida de los hijos por los padres separados.
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La Revista Guaimaro se complace en presentarles a ustedes sus distintas Secciones, asi como a sus responsables: DESDE EL POTRERO (Lcdo. Faisel Iglesias); CONTRAPUNTO (Dr Andres Candelario); Protagonistas (Lcdo. Leonel Morejon)