domingo, 10 de junio de 2012

CONTRA EL GENOCIDIO

El fundamento de la Corte Penal Internacional y la Convención contra el genocidio tuvo como autor intelectual al abogado polacoamericano Raphael Lemkin, Caballero de la Gran Cruz de la Orden Carlos Manuel de Céspedes.
Entrevista a Moreno Ocampo en la ONU
Carmen María Rodríguez / Radio Martí
El Fiscal de la Corte Penal Internacional, el argentino Luis Moreno Ocampo, cesa en su mandato el 16 de junio. Ese tribunal, con sede en La Haya, Holanda, se encarga de juzgar a los acusados de cometer genocidio.

Desde el 2003 ha venido Moreno Ocampo sirviendo en calidad de fiscal y bajo su mandato se realizaron investigaciones en una docena de países y llevaron ante la justicia a muchos de los que han sido gestores y responsables de genocidio como el ex presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, el ex gobernante libio Muammar al-Gadaffi o ha presentado cargos contra jefes de estado involucrados en crímenes como Omar al-Bahir de Sudán. Es un trabajo en contra del abuso de dictadores y una perenne lucha para poner fin a la impunidad. Las investigaciones, los encausamientos, los juicios han sido Son medidas y labores sin precedentes.
Entrevista en la sede de la ONU a Moreno Ocampo
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Entrevista en la sede de la ONU a Moreno Ocampo
​​En cierta ocasión le escuché mencionar el nombre de Raphael Lemkin durante un período de sesiones de la Asamblea General. Lemkin era un judío polaco, abogado, cuya familia entera pereció durante el Holocausto. Representó en la década de los años treinta a Polonia en congresos internacionales sobre derecho internacional, en especial la penalización de los crímenes contra la humanidad. Luchó en Varsovia cuando el país fue invadido por los nazis. Fue profesor de leyes en Suecia y Estados Unidos, a donde llego en 1941. Sirvió como asesor en el Departamento de Defensa, la Corte Suprema de Justicia y el Tribunal de Núremberg.

En New York vis á vis en la comunidad internacional de la ONU, cuando contaba aproximadamente con 50 naciones, Lemkin en solitario, presionaba para que la ONU adoptara una resolución que estableciera la Convención contra el genocidio. Y lo hacía incansablemente. Propuso la Convención contra el Genocidio para que quedara patente, que el derecho a la vida es el derecho fundamental de todo ser humano.

Me llena de profundo orgullo poder afirmar que el estado cubano donde nací, fue quien propuso en la ONU la convención de Lemkin contra el genocidio, que lleva el titulo de Convención para la prevención y la sanción del delito de Genocidio. La resolución fue aprobada en París el 9 de diciembre de 1948, en el Palais Chaillot de Paris. Ocurrió un día antes de la proclamación de la Declaración Universal de Derechos Humanos, de la que Cuba también participo en la propuesta en enero de 1946. Lo hizo Cuba en dos ocasiones importantes. Por su labor, Lemkin fue merecedor en abril de 1949 de la Gran Cruz de la Orden Carlos Manuel de Céspedes, por parte del gobierno del presidente Carlos Prío.

Lemkin que luchó contra la pobreza y soledad aquí en Nueva York, para presionar por una convención contra el genocidio, acuñó la propia palabra genocidio. Antes no se podía defender lo que no ha sido definido, por lo es inmensa la contribución de Lemkin en la definición de este tipo de delito. Le agradecí a Moreno Ocampo el que reconociera los méritos de Raphael Lemkin, cuyo trabajo es la base para el actual tribunal internacional.

El Centro para la Historia Hebrea, situado en el 15 West y la Calle 16, en New York, exhibió en abril del 2010 una exposición titulada Cartas de Conciencia, varios documentos y fotos de la vida de Lemkin, mostrando el impacto de un hombre solitario en la formulación de la base del derecho internacional humanitario.

José Martí enseñaba que Honrar, honra. Eres honrado cuando honras a alguien. Puede ser la memoria de Raphael Lemkin una bendición, y podrá su trabajo seguir resonando en estos salones de la ONU y en todas partes donde la vida humana esta en peligro bajo la férrea mano de los dictadores. En la historia reciente pensamos en Siria y viene a la mente la Camboya durante Pol Polt, entre otros.

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