sábado, 17 de julio de 2010

IMAGEN DE ORLANDO ZAPATA TAMAYO


El artista plástico Geandy Pavón.
Martí Noticias, A. de Armas) — Geandy Pavón nació en Las Tunas, Cuba, en 1974. Estudió en la Escuela de Artes Plásticas de esa provincia y en la Escuela Nacional de Arte de La Habana. Desde 1996 vive exiliado en Estados Unidos, en Nueva Jersey. Ha expuesto su obra en galerías de Nueva York, Nueva Jersey, Miami y Washington, D.C., así como en importantes universidades norteamericanas. También ha exhibido en galerías de México; y de su natal Cuba, antes de salir al exilio.

Su obra ha sido reseñada en importantes medios de prensa de Europa y Estados Unidos, mientras que la proyección de la imagen del prisionero político Orlando Zapata Tamayo, muerto tras una prolongada huelga de hambre, sobre las paredes de los edificios de representaciones diplomáticas del régimen de la isla en diferentes partes del mundo y sobre las paredes del Carnegie Hall, en Nueva York, mientras el cantante Silvio Rodríguez daba un concierto, ha llamado la atención de la opinión pública internacional no sólo sobre el quehacer artístico de Pavón sino sobre las dramáticas circunstancias políticas que vive su país de origen.

Geandy Pavón fue entrevistado por Armando de Armas para MartiNoticias.

MN. ¿Por qué su proyecto artístico se nombra Némesis?

GP. Némesis en su origen es una divinidad griega que designa la justicia retributiva, en lenguaje cotidiano se ha traducido y empleado como memoria. Yo la uso con ambos significados y además creo que la imagen de Orlando Zapata encarna precisamente esto. El término en griego se expresa también como una memoria que persigue en forma de imagen o fantasma del cual es imposible escapar, un recuerdo constante del mal hecho. En gran medida es una analogía del tremendo problema que le ha causado al gobierno cubano la muerte por huelga de hambre de Orlando. Esa imagen de la culpa que persigue, es emblemática de todas las demás culpas. Némesis (la divinidad) es una luz, hija de la oscuridad (tinieblas.) Mi proyecto recurre a la luz de una proyección en la oscuridad, y esta acción es perfectamente coherente con la poética del performance, porque la luz es también una alegoría de la razón y la verdad, es la vía a lo revelado. MN. ¿Cuál es su formación artística?

GP. Yo comienzo mi formación en el mundo de las artes plásticas desde muy niño, las primeras lecciones que recibí fueron de un tío pintor al lado de quien crecí. Para mí, el ambiente de un taller de pintura y el olor a óleo es algo cotidiano y familiar. Mi tío era un pintor académico, de manera que mis primeros fundamentos del oficio, me los enseño él. Después entré a la escuela provincial de artes plásticas “El Cucalambe” en mi provincia natal de Las Tunas, y posteriormente ingresé en la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENA) de la cual me gradué en el año de 1994.

Mi formación fue muy rigurosa en el aspecto académico, no solo desde la escuela, sino también desde el hogar. Más adelante conocí la obra de los artistas de la vanguardia; descubrí a Dalí, Picasso y los demás, incluido Marcel Duchamp, quien cambió totalmente mi manera de ver arte. Nombro esto último como parte de mi formación, porque aunque extracurricular, fue decisivo en mi posterior desarrollo como profesional.

MN. ¿Cómo surge la idea de proyectar el rostro de Orlando Zapata Tamayo sobre el edificio de la misión castrista ante Naciones Unidas en Manhattan?

GP. En obras anteriores había comenzado a utilizar el video y la fotografía como parte del proceso creativo, como memoria de la construcción de la obra misma, pero siempre con un sentido autotélico, mi trabajo anterior no era un trabajo basado en la política, los temas que yo trabajo están enmarcados estrictamente en una reflexión sobre sí mismos, en una reflexión puramente estética. Al morir Orlando Zapata, pensé en como responder a un hecho tan terrible, no desde una simple protesta, sino desde otro escenario, menos politizado y más dramático. Fue una noche en la que di con la idea, se la expuse a mi amigo el escritor Enrique Del Risco y a mi Hermano Yasiel Pavón, quien soluciono el problema de la energía utilizando una batería de automóvil conectada a un transformador. Así encontré la manera de elevar el duelo y la impotencia a una categoría estética. De una forma sorpresiva, casi de guerrilla urbana, así se planeó el primer Némesis.


MN. ¿Posteriormente usted proyectó la imagen del mártir sobre el consulado castrista en Barcelona y sobre el Carnegie Hall, en Nueva York, mientras el cantante Silvio Rodríguez daba un concierto?

GP. El alcance de este performance, superó todas mis expectativas y fue entonces que decidí convertirlo en un proyecto itinerante. Lo llevé a Barcelona y luego a Washington D. C, y finalmente fue hecho en el teatro Carnegie Hall, mientras el cantante cubano Silvio Rodríguez actuaba. Lo interesante de esta obra es que cambia con el contexto, cada lugar le aporta algo diferente, incluso la preparación y la estrategia cambian según el sitio. Ningún Némesis es igual a otro, y eso es fundamental, porque despista totalmente a las autoridades castristas en los Estados Unidos, y en algún caso, a las autoridades americanas también.

MN. ¿Qué opinión le merece Silvio Rodríguez?

GP. Creo que es un hombre talentoso, pero sin escrúpulos. Se le ha denominado como un abanderado de la canción protesta y sin embargo no ha hecho más que canciones apologéticas de la dictadura más antigua y sofisticada del hemisferio. Silvio Rodríguez es un bufón de la gerontocracia cubana. Su último viaje a Estados Unidos, es un intento por parte de la dictadura, de capear el temporal que les ha caído después de lo ocurrido con Zapata y todas las críticas internacionales que esto ha provocado; pero además es signatario de una carta en la que se excusa al gobierno cubano por el fusilamiento de tres jóvenes que intentaban huir del país, y era diputado a la asamblea nacional cuando ocurrió la masacre del remolcador 13 de Marzo; su respuesta fue el silencio y la complicidad, eso sin hablar de su presencia en los actos de repudio contra un colega suyo, el compositor cubano Mike Porcel. Creo que Silvio como Goebbels, ha puesto su talento al servicio del mal.

MN. ¿Puede el arte ser un arma a favor de la libertad?

GP. El arte es un atributo de la Libertad, el arte es una forma en la que la Libertad se expresa, uno de sus atuendos. Recuerdo que siendo estudiante de artes plásticas, nos adoctrinaban con aquello de que el arte debía ser un arma de lucha. Creo que nunca imaginaron que en efecto, aquello que enseñaron, podía un día volverse contra ellos. Si es cierto, entonces “Némesis” es el resultado de una lección bien aprendida.

MN. ¿Es su padre un ex prisionero político?

GP. Sí, mi padre fue preso político, pero antes fue rebelde y estuvo en la Sierra Maestra, en Minas del Frío, junto al Che. Después del triunfo de la revolución, y como tantos otros luchadores de origen revolucionario, decepcionado del camino que tomaba el nuevo gobierno de Fidel Castro, comienza a conspirar conjuntamente con el Movimiento 30 de Noviembre, y después se incorpora en el Escambray a las tropas del comandante Nando Lima; finalmente son apresados, y Nando es fusilado. Mi padre entonces, es encarcelado sin juicio, y permanece casi veinte años en diferentes prisiones de la isla, incluyendo el tristemente conocido como “Presidio Modelo” de Isla de Pinos.

MN. ¿Ha recibido amenazas por sus perfomances? ¿Teme represalias?

GP. No he recibido ninguna amenaza, y para ser sincero, no pienso en las represalias que puedan tomar contra mí; si pensara en ello perdería mi libertad que es lo más valioso que tengo. Por otra parte, cuando pienso en todo lo que arriesgan los disidentes que están allí en la isla, me parece ridículo que yo tenga miedo, estando en esta orilla del mundo. Si queremos recuperar la libertad y la justicia para nuestra nación, lo primero es dominar el miedo.

MN. ¿Fue fácil trabajar artísticamente la imagen fotográfica de Orlando Zapata Tamayo?

GP. Existen muy pocas fotografías de Orlando Zapata, escogí esta por su forma de documento de identidad, es la foto de un hombre en particular, pero a su vez, puede ser cualquiera; tiene la paradoja habitual en este tipo de documento, siendo alguien, es simultáneamente impersonal. Esta foto-documento es monocromática, simétrica, tiene cualidad de icono, por tanto es una imagen fácil de trabajar y muy adecuada para este proyecto, justamente por esa sobriedad y dignidad que contiene y que yo buscaba. También la imagen de este hombre, desmiente de manera singular a sus asesinos. ¿Acaso no encarnaba Orlando la viva imagen de ese individuo al cual esa mal llamada revolución debía proteger, un albañil, negro, un proletario. Pero, no. ¡Fallaron, una vez más!

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