RESPETO
En mi pueblo natal
aún lo recuerdo,
no tomábamos las cosas ajenas.
Había un ladrón que todos señalaban
con el dedo.
El loco con su saco.
Un cura.
Tres policías.
Dos putas.
Aquel homosexual.
Y el borracho,
con su carga en la botella de los sueños.
Ahora pienso que era un pueblo feliz.
Frank Correa
Cuba
frankcorrea4@gmail.com
miércoles, 18 de abril de 2012
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