(OBRA EN CONCURSO)
Por Maita
Respiro.
Concateno el deseo con la llegada.
Conocernos vivos.
Hermosos.
Conocerme.
Ser el delfín libre sin esperas de crimen.
Recuperar la tierra.
La libertad.
Realizarme.
Realizarse.
No cobijarse como humanoide afligido
Como pulsando falsedades
Como máscaras que se inventan para seguir
bajo la herida luz de la dogmática letanía.
Llorar como se merece la historia.
Llorar sin miedo.
¡Lágrimas nuestras que están en el mar rodad sobre la sonrisa
y no sobre la tristeza!
¡Pero, llorad!
Llorar con el cuerpo enjaulado
como reflejo de las horas inolvidables del dogma.
¡Padre Nuestro sabed que estás en el cielo enarbolando
el gladiolo blanco de nuestras mujeres!
Veinte de mayo, junto al afilado cuchillo de Dios
vuelve tu rostro y sé el cincel
de las cenizas de Cuba sin aplausos.
¡No lo olvides!
¡No nos olvides!
¡Que no se te olvide!
Esta tierra nuestra Dios la hizo nacer de una hoja de mayo:
Nuestra humedad así se impregna de certeza.
Extiendo mis manos. Toco los pies de Cristo.
La palabra libertad se queda iluminada.
Y grito con anuncios sin herida en las manos.
Grito, grito, grito:
Sobre el abecedario oculto de las lunas de noche
Sobre los blancos gladiolos apaleados
Sobre las mujeres con llovizna de mayo.
El castigo es el candil apagado.
Los verdugos dejan su rezo de ciega represalia
como dejan sus pieles de ignorancia.
Ahora soy la vanguardia de la luz en nuestros rezos.
Ahora fui la madre de la sanción en penumbra.
Ahora somos juicio en el silencio ígneo de los salmos.
¡Y juremos…
Y juremos
Que Dios es el bendito mayo de Cuba!
Y, perdónanos María esta barcaza de isla clausurada.
Perdónanos, solo las olas del mar cuentan horrores del destino.
Perdónanos también Dios nuestro de esperanza.
Solo el gladiolo blanco de la batalla que nos invita a soñar
elige sus estaciones.
Veinte de mayo: Tu país de nombre América nos salva.
Como nos salvó Martí en su gesto de sol.
Por el abrazo del hermano reconquistado
por el beso de las manos unidas
por la canción apacible del verano.
Abro las alas. Floto.
Las melladuras de mi piel me dicen que baile
sobre las confesiones escondidas.
Y salto al son de la belleza del pez cuando la cubana Gloria
emerge como un célebre cervatillo Abriendo Puertas
al santo y seña de las trompetas que tocan
el aire reencarnado de nuestra histórica leyenda cubana.
Marzo/2012. Cuba.
Por Maita
Respiro.
Concateno el deseo con la llegada.
Conocernos vivos.
Hermosos.
Conocerme.
Ser el delfín libre sin esperas de crimen.
Recuperar la tierra.
La libertad.
Realizarme.
Realizarse.
No cobijarse como humanoide afligido
Como pulsando falsedades
Como máscaras que se inventan para seguir
bajo la herida luz de la dogmática letanía.
Llorar como se merece la historia.
Llorar sin miedo.
¡Lágrimas nuestras que están en el mar rodad sobre la sonrisa
y no sobre la tristeza!
¡Pero, llorad!
Llorar con el cuerpo enjaulado
como reflejo de las horas inolvidables del dogma.
¡Padre Nuestro sabed que estás en el cielo enarbolando
el gladiolo blanco de nuestras mujeres!
Veinte de mayo, junto al afilado cuchillo de Dios
vuelve tu rostro y sé el cincel
de las cenizas de Cuba sin aplausos.
¡No lo olvides!
¡No nos olvides!
¡Que no se te olvide!
Esta tierra nuestra Dios la hizo nacer de una hoja de mayo:
Nuestra humedad así se impregna de certeza.
Extiendo mis manos. Toco los pies de Cristo.
La palabra libertad se queda iluminada.
Y grito con anuncios sin herida en las manos.
Grito, grito, grito:
Sobre el abecedario oculto de las lunas de noche
Sobre los blancos gladiolos apaleados
Sobre las mujeres con llovizna de mayo.
El castigo es el candil apagado.
Los verdugos dejan su rezo de ciega represalia
como dejan sus pieles de ignorancia.
Ahora soy la vanguardia de la luz en nuestros rezos.
Ahora fui la madre de la sanción en penumbra.
Ahora somos juicio en el silencio ígneo de los salmos.
¡Y juremos…
Y juremos
Que Dios es el bendito mayo de Cuba!
Y, perdónanos María esta barcaza de isla clausurada.
Perdónanos, solo las olas del mar cuentan horrores del destino.
Perdónanos también Dios nuestro de esperanza.
Solo el gladiolo blanco de la batalla que nos invita a soñar
elige sus estaciones.
Veinte de mayo: Tu país de nombre América nos salva.
Como nos salvó Martí en su gesto de sol.
Por el abrazo del hermano reconquistado
por el beso de las manos unidas
por la canción apacible del verano.
Abro las alas. Floto.
Las melladuras de mi piel me dicen que baile
sobre las confesiones escondidas.
Y salto al son de la belleza del pez cuando la cubana Gloria
emerge como un célebre cervatillo Abriendo Puertas
al santo y seña de las trompetas que tocan
el aire reencarnado de nuestra histórica leyenda cubana.
Marzo/2012. Cuba.
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