sábado, 31 de octubre de 2009

QUE BUENO BAILA USTED; la musica cubana a traves de Benny More



(www.miscelaneasdecuba.net).- Faisel Iglesias. Nacido en 1953 en Pilotos, Pinar del Río. Graduado de Derecho en la Universidad de La Habana. En 1991 la editorial Letras Cubanas publicó parcialmente su novela EL Olor de la Tierra, que fue prohibida por el Gobierno de la isla el mismo día de su lanzamiento. Obra que fue presentada en 1996 en la Feria Internacional del Libro de Miami.

En 1980 comenzó como abogado a defender a disidentes en la isla. En 1992 fundó junto a René Gómez Manzano la Unión Agramontista, procurando una nueva concepción de la sociedad, el estado y el derecho en Cuba.

En 2008, ya en el exilio, fue proclamado Delegado para el Caribe de la Corriente Liberal de la disidencia cubana. En la actualidad vive y trabaja como abogado en Puerto Rico. Con motivo de la reciente publicación de su novela "Qué bueno baila usted: La música cubana a través de Benny Moré", Faisel Iglesias es el invitado de la semana en MartiNoticias.

MN. ¿Cómo se le ocurrió novelar la vida de Bartolomé Maximiliano Moré?

FI. La música es la primera entre las artes. Nos trasmite esas emociones que identifican nuestra cultura, nuestro ser. Cuba es su música. La síntesis y expresión humana más alta de ese milagro es Benny Moré. Benny es un personaje con el que siempre andamos a cuesta de manera consciente o inconsciente, es otro yo.

MN. La vida misma del Benny Moré es una novela. Esto que pudiera facilitar las cosas en realidad las complica porque pudo haber equivocado el camino y terminar escribiendo una biografía sobre el Bárbaro del Ritmo. ¿Cómo eludió ese peligro que, por otro lado, sería una tentación?

FI. El Benny es un Benny diferente para cada cubano. Incluso, nunca se repetía. Mutaba en cada canción. Para él un instante podía ser la eternidad y era capaz de expresar en una canción, en un gesto, en un grito, siglos incontables de dolor, desarraigo, esclavitud, amor, esperanza. Sólo la novela posibilita esa polifonía, esos rompimientos de tiempos... Una gran fabulación para decir una poquita de verdad.

MN. Su novela sobre el Benny es además una novela sobre la música cubana ¿Qué fuentes vivas o bibliográficas consultó, sobre todo teniendo en cuenta que usted vive exiliado en Puerto Rico y que obviamente la circunstancia del exilio conforme le abre el acceso a unas fuentes le niega el acceso a otras?

FI. La música cubana es un fenómeno único. Ningún país del mundo tiene más ritmos. Es un fenómeno complejo y simultáneo que ignoran los que la copian y hasta los que la roban, porque de eso también se trata. Ahora cuando escuchas un son, un bolero, una rumba, dicen que se trata de música caribeña, tropical. El trópico lo encontramos en Asia, África, en el Perú, Chile, en Australia... Cuando hablan de los instrumentos musicales cubanos se refieren a ellos como instrumentos afrocubanos.

Hay un deliberado propósito de descubanizar la música cubana. Y eso no afecta sólo a nuestro patrimonio, sino que daña a esos pueblos a los que les dicen engañosamente que esa es su música, porque les rompen su identidad. La clave es un instrumento cubano. Nació precisamente para oponerse a la estridencia de los tambores africanos.

Los timbales, los bongoes son instrumentos musicales cubanos que surgían a los fines de expresar una realidad musical que sólo se daba en Cuba. De modo que las fuentes de esa novela las encuentro en la historia, en la dignidad y el amor a mi cultura.

MN. La descripción y definición que logra en su novela del instrumento musical denominado la clave me resultó extraordinario. Cuente brevemente a nuestros lectores lo que aporta la clave a la música cubana y cómo lo obtiene siendo un instrumento, digamos, tan primario y simple.

FI. En Cuba se fundieron en ese gran proceso de transculturación el negro y el blanco, como en los demás países del Caribe. Pero en Cuba se da un fenómeno único. A partir del siglo XVI la industria azucarera se desarrolla de manera tal que, en poco tiempo la isla pasó a ser el primer país productor y exportador de azúcar, cuando el azúcar tenía la importancia en el mercado mundial que tiene hoy el petróleo.

En consecuencia en el Puerto de La Habana se crea el astillero capaz de hacer los barcos más grandes y modernos de transportación de azúcar a los cuatro puntos cardinales.Los recursos y trabajadores para atender las necesidades de abastecer de barcos militares a las armadas que peleaban en las guerras de independencia de Norte y Sur América. Ingenieros, ebanistas, carpinteros europeos, fundamentalmente del sur de España, comenzaron a trabajar junto a los negros en el puerto.

En los momentos de esparcimiento, cuando los negros tocaban sus tambores, a los blancos les resultaban estridentes sus sonidos. Y comenzaron, tras aguantarles un tiempo. Primero, seguramente con las palmadas, pero con el tiempo, empezaron a utilizar las clavijas, esos tornillos de maderas, para trincar los barcos. De ahí, después de un artesanal tallado, surge la clave de la música cubana.

A mí modo de ver, es el instrumento que parió la música cubana. Todas las autoridades que he oído hablar del fenómeno de la música cubana lo justifican con el encuentro del negro y el blanco. Sin embargo, en todos los países del Caribe, en América del Sur, en todos los lugares donde se ha dado ese mestizaje se produce una música poderosa, pero la música cubana es única.

La clave hace melódico al ritmo, deja un espacio de silencio que abraza a la melodía, permite la improvisación del artista y del espectador, por tanto cambió también el concepto del espectáculo, porque a partir de la clave, el espectador también crea. A partir de la clave, el pueblo dejó de bailar esos bailes de salón, de pasos aprendidos, del tiempo de la colonia y las rumbas y comienza a bailar suave, suavecito, apretando a la compañera, en virtud del paso que le marca la clave.

Para novelar la clave era necesario hacerla un personaje. Por tanto tenía que humanizarla. Y la única manera de humanizar un objeto es utilizando la poética.

Otro aspecto fundamental de la música cubana es la utilización de los tambores con fines religiosos. Es por ello que, una vez que la clave comienza a bordear el ritmo y abrazar la melodía en sus momentos de silencio, la percusión puede ser adorno, tono dramático, imaginar locaciones, llevar y traer espíritus.

Claro, pero mi novela no tiene una aspiración científica, mi propósito es literario y para ello, para decir esas poquitas verdades que no tengo medios científicos de probar, utilizo la poesía. La poesía me da la facultad de inventar verdades...

MN. ¿Era Bartolomé Maximiliano Moré un iniciado en la Regla de Palo Monte?

FI. Bartolomé Maximiliano Moré se crió entre babalawos, en medio de esa tradición religiosa. Una parte de su personalidad es forjada por ese mundo. El respetaba, como todo hombre sensible y agradecido, esa cultura, esas religiones. Ellos les enseñaron los secretos del canto, el baile y los toques de tambores que fueron fundamentales en su proyección artística. Pero como decía Celeste Mendoza, su gran amiga: "El Benny no creía ni en su sombra".

MN. ¿Qué hay de cierto en el rumor de que el Benny Moré portaba en el interior de su proverbial bastón una prenda, kiyumba, resguardo o amuleto de Palo Monte?

FI. No me consta. Puede haber sido cierto o no. Como te expresaba, esa es la cultura que lo formó y que él respetaba. Pero yo no me asumo al Benny con ojos de historiador. Yo por ejemplo, quité su sombrero y su bastón del Alí Bar, que es donde verdaderamente están y los puse en un teatro adonde la gente iba y pagaba por verlo. Me interesa la verdad literaria, esa que se inventa.

MN. ¿Cómo definiría a Bartolomé Maximiliano Moré dentro de la música cubana y caribeña en general?

FI. Es la expresión más alta de cubanía de ese fenómeno único que es la música cubana.

El Lcdo. Faisel Iglesias se encuentra en Puerto Rico y disponible para entrevistas sobre su nuevo libro. Atendió el famoso caso de la playa de Tarará, Cuba, donde se terminó fusilando a tres nacionales cubanos. Para contactarlo pueden hacerlo a través de los # (787)- 553-3373 o a su manejador de relaciones públicos Eduardo Rodríguez # (787)- 245-4118.

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