domingo, 22 de febrero de 2009

CRISIS ENTRE FIDEL Y RAUL

Por Fonseca

El pasado viernes en la noche llegó sorpresivamente Hugo Chávez a la Habana. Según la foto del periódico oficial cubano Granma, vestía su boina roja de paracaidista de asalto y uniforme militar. Un Raúl Castro serio lo recibió también de completo uniforme, con sus grados de general de ejército. Se miraban a los ojos, antes o después del abrazo formal de la recepción. Dato: el atuendo militar de ambos “presidentes” no es usado públicamente con tanta frecuencia.
Son signos que no deben pasar inadvertidos. El diferendo entre Fidel y Raúl --que afloró nítidamente durante la visita de la presidenta chilena a la Habana-- aparentemente se ha agravado adicionalmente en las últimas horas. Cuba nombró ayer nada menos que tres vicepresidentes adicionales, (¿los necesitaba?, es el país con más vicepresidentes del mundo) con una composición extrañamente repartida entre hombres fieles a Fidel y hombres de Raúl.
¿Habrá ido Chávez a la Habana a intermediar las diferencias entre ambos hermanos? Se sabe que no existe dentro de la isla hombre alguno capaz de hacerlo y una situación tan grave de este tipo no es posible dejarla correr sin control, porque inevitablemente conducirá al confronto militar, tras lo cual la podredumbre actual del proceso político cubano llegaría a un final trágico.
Claro que la perspicacia contenida en los razonamientos anteriores es extrema. Pero la dictadura no deja resquicios informativos adicionales a las inferencias laterales y como se trata del drama de 11 millones de cubanos atrapados en un proceso involutivo que pudiera derivar en un final sangriento, toda agudeza extrema es necesaria, aún a riesgo de ser equivocada.
De los 3 vicepresidentes nombrados uno, Ulises Rosales del Toro, es un hombre de Raúl. Ramiro Valdés es enemigo de Raúl desde que por su causa fuera substituido como ministro del poderosos MININT. El tercer nombrado puede considerarse como un “hombre nuevo que sirve a la revolución”, léase, optará por aquel que finalmente triunfe en la lucha fratricida.
Chávez se hizo acompañar de su ministro del exterior y de las gentes que manejan el petróleo (en crisis) en Venezuela. Muy buen pretexto para anunciar públicamente después, cualquier “acuerdo” en este sentido, lo que claramente pudiera haber sido tratado por personajes de menos rango, sobre todo ahora, que Cuba tiene unos 9 vicepresidentes, contando con Carlos Lage, que cada vez figura menos dentro y fuera de la isla, como corresponde a un “tronado”.
Pronto sabremos si hay “foto” de Chávez con el anciano dictador y si Raúl participa o no de la misma, como correspondería a un arbitraje de altos quilates. Claro que también serán anunciados “acuerdos” de todo tipo, argumentándose que son la causa del inusitado viaje.
Por otro lado, la prensa cubana anuncia la próxima visita a la isla del presidente Zelaya, que participaría, junto a 3 Premios Nobeles de Economía de un Foro Económico que Fidel Castro creó cuando Brasil formalizó su Foro Social Mundial en Porto Alegre, para contraponerse al Foro Económico Mundial de Davos. Castro, excluido de ambos eventos, inventó así el suyo.
Este Foro Económico castrista también debe ser pieza de análisis por dos razones: primero, porque el dictador vitalicio de la isla participó de prácticamente todos los eventos celebrados y segundo, porque en este participarán tres Premios Nobeles y un presidente centroamericano, y el anciano dictador está muy interesado en resaltar la crisis capitalista “terminal”, según él.
La situación entre Fidel Y Raúl se agrava y cualquier movimiento es una señal externa de lo que probablemente sucede en la carrada cúpula cubana. Veremos si Chávez puede arbitrar con éxito esta sorda lucha por el poder entre dos equipos de gobierno que ya no se toleran más.

miércoles, 18 de febrero de 2009

ENTRE DOS MUROS

Por Yoani Sánchez

Hoy, a las 15 horas, logramos presentar el libro de Orlando Luís Pardo Lazo. Después de meternos por callejones del Cerro para perder a los dos “segurosos” que llevábamos detrás, terminamos por llegar al Capitolio y tomar el ómnibus que pasa el túnel de la bahía. Tensión, temor y duda, nos acompañaron en el breve viaje hacia la fortaleza de La Cabaña. Orlando pensaba en su madre, con la presión alta y atemorizada ante las amenazantes llamadas telefónicas. Mi cabeza estaba con Teo, en su escuela, ajeno al hecho de que quizás nadie estaría en casa cuando él regresara. Por suerte, fueron sólo fantasmas.
El operativo policial tenía –eso lo comprendimos a posteriori- una intención intimidatoria, pero poco pudieron hacer ante las cámaras de la prensa extranjera y de los escritores invitados.
Empezamos sentados sobre la hierba, hablando para un grupo de quince personas y terminamos con un aplauso cerrado de más de cuarenta. Nos sorprendió la presencia y la solidaridad de varios jóvenes cuentistas y poetas, con libros publicados en las editoriales oficiales. También la asistencia de algunos novelistas latinoamericanos que nos apoyaron con sus palabras y abrazos. Allí estaban Gorki y Ciro del grupo Porno para Ricardo, Claudia Cadelo del blog Octavo Cerco, Lía Villares, autora de la bitácora Habanemia, Reinaldo Escobar, blogger de Desde aquí, Claudio Madam y otros que no menciono sus nombres, para no perjudicarlos.
Al otro lado de la calle, el grupo de los perseguidores, filmaba con un tele foto todo lo que ocurría en la verde explanada. Varias escuelas primarias habían sido invitadas a empinar papalotes en ese mismo lugar y un estridente reggaetón comenzó justo a las tres de la tarde. Sin embargo, logramos aislarnos de todo eso y entrar por la puerta de Boring Home; elevarnos unos centímetros de la polvorosa realidad de vigilados y vigilantes. Desde donde estaba sentada, el muro de La Cabaña me pareció más deteriorado, lleno de pequeñas porosidades que se abrían en la piedra.

martes, 17 de febrero de 2009


Cuba
flor de mar de pétalalos al mundo
te abres a los continentes
con tu vocación de isla.

Tu sol calienta las esperanzas
de tanta gente que por ti transitan.

Tus mensajes los lleva el viento
los traen las olas
Como depositan en la arena miradas
los ojos de unos cuerpos perdidos
en algún lugar triste del mundo.

lunes, 16 de febrero de 2009

YOANI SANCHEZ PRESENTARA AL MARGEN DE LA FERIA LIBRO DE ESCRITOR CENSURADO

La bloguera Yoani Sánchez intentará presentar este lunes en las afueras de la Fortaleza de La Cabaña, el libro de cuento "Boring Home" del escritor Orlando Luis Pardo Lazo, quien ha tenido que autoeditarse, debido a la existencia de la censura bajo el régimen marxista en Cuba.
"Boring Home" se pretende presentar al margen de la Décimooctava Feria del Libro de La Habana ya que las editoriales gubernamentales se negaron a publicar el libro y su autor decidió editarlo de manera manufacturada y por su propios medios.
Los organismos culturales cubanos han amezado con abortar la presentación del libro y la maquinaria oficial ya se hace eco del miedo, la represión soez y la intimidación.
Muchos blogs dentro y fuera de la isla divulgan y apoyan la presentación del libro del escritor Pardo Lazo.

sábado, 14 de febrero de 2009


Te reconocí

al mirar las huellas de tu pie por el camino de mi vida.

Corrí.

Te busque

como un perro sin amo.

Y ya no estabas.

No eras tú.

Te habías ido.

Y pisabas el sendero en tú huir

para siempre!


faisel

miércoles, 11 de febrero de 2009

A MORAR CON EL SENOR LA MADRE DE UN HEROE

Acabamos de recibir la dolorosa noticia. La madre del Lcdo Juan José López, uno de los Fundadores de la Corriente Agramontista y miembro activo del Comité Cubano de Derechos Humanos, la señora a Carmen Díaz, a la edad de 74 años de edad, nos ha dejado para siempre.
Estaba en La Habana, postrada en una cama desde hacía años. El castrismo le había castigado por el lugar más sencible que tiene una madre; los hijos. Juan José, perseguido por sus actividades disidentes y despues en el exilio insoportable, sin esperanza de vover a verlo. Su otro hijo, José Antonio López Díaz, había fallecido por falta de asistencia médica - era diabético - en el 2005, cuando permanecia en la prisión de Valle Grande, sin habérsele sometido cargos.
Sin patría y sin familia, sea un hombre bueno o malo, no se puede ser feliz. Pero Juan José es un hombre leal y de fé. Son los fundamentos necesarios para soportar la perdida de la madre y de la patría en el camino de la vida. Unico sendero que no nos dice de donde venimos ni adonde vamos. Pero la muerte es un hecho cierto. Y los buenos, como Carmen Díaz, van a morar con Dios. Entonces va a estar más cerca de Juan José. Por eso, desde hoy, cada vez que Juan José necesite hablar con su madre, cada vez que necesite sus consejos sólo necesitará cerrar los ojos y sentirá como ella le hablará al corazón.
Descansa Juan José, que ella va velar por tí. Un abrazo.
Faisel Iglesias Y Felix Fleitas
Fundadores de la Corriente Agramontista
y Miembros del Comité Cubano de Derechos Humanos

martes, 10 de febrero de 2009

MANIFIESTO DE LA CORRIENTE AGRAMONTISTA.

El centro de espionaje más importante para el castrismo es Miami. La existencia de una comunidad exitosa en lo económico, políticamente militante y genuinamente patriotica, constituye una amenaza para el régimen.
En consecuencia, no hay porque dudar de que el principal objetivo de la inteligencia raulista sea penetrar las diferentes organizaciones del exilio.
No nos debe extrañar que antiguos represores y militantes del partido, de la noche a la mañana aparezcan en Miami. Muchos, seguramente la mayoría, son el resultado de una larga lucha con sus conciencias. Otros, sin embargo, son los agentes necesarios.
Nos llama poderosamente la atención de que, quienes en Cuba tenían el método de ordene y mando, la dictadura de las mayorías en contra de las minorias, el mando centralizado - militantes del PCC, miembros de las Fuerzas Armadas raulistas, funcionarios en agencias internacionales, algunos sin tan siquiera haberse manifestado a favor de la Disidencia cuando estaban en Cuba- , hoy sin haber sido acusados de traidor, desertor, ni de haber cumplido cárcel, se proclamen opositores, Delegados o Representantes en el Exterior de organizaciones cuyos principios le son agenos y que con su actuar niegan.
Dos concepciones fundamentales de la sociedad, el estado y el derecho ha conocido el mundo occidental: la del estado como instrumento del hombre, la de los derechos humanos, la del poder civil, el contrapeso de instituciones, la de la libertad de expresión y conciencia, de frenos al estado (derechos que vienen consagrandose desde que se le arrancó la carta a Juan sin Tierras) ... y la concepción del estado como soberano, como director de la sociedad, la del mando centralizado, que se consagrara en Francia, inspirada en Roseau yque fue llevada a la practica por el Robespierre, que fusilaba a sus enemigos y destruyó París.
En Cuba esas dos concepciones de la socieded y el estado se manifestaron de manera aguda desde los primeros momentos de las luchas independentistas, personificadas en Céspedes y Agramonte, en la Asamblea de Guaimaro; belén institucional de la nación cubana.
Céspedes quería un mando centralizado - se autoproclamó Capitán General del Ejército Libertador -, para garantizar de manera rápida la independencia, como paso previo a la democratización de Cuba. - Hoy el castrismo utiliza el mismo método expresando que no puede haber democracia mientras exista el imperialismo yanquy-.
Agramonte se levantó contra Céspedes y alertó de que de nada valía la independencia de Cuba sin la liberación de cada cubano (Patria es humanidad, dijo José Marti), e hizo consagrar en la Constitución de Guaimaro, la tripartición de poderes, los derechos individuales y que el soberano fuese el ciudadano.
LA CORRIENTE AGRAMONTISTA es pues, una corriente de pensamiento - no una organización - acerca de la concepción del estado y el derecho cubanos, que naciera en virtud del pensamiento y la acción de Ignacio Agramonte, consagrándose en la Asamblea de Guaimaro en 1869 y que hoy, con los mismos bríos de aquel patriota se abre paso por los caminos de la patria.
A esa corriente de pensamiento, los comunistas de ayer, los raulistas de siempre, de manera consciente o inconsciente, pretenden encerrar en una organización - con sus jefes y sus secuaces - de modo que le permita a la Seguridad del Estado saber quién es la cabeza, quien es el brazo derecho y de qué pata cojeamos.
Son tan burdos que pretendieron prohibir el ejercicio de la libertad de pensamiento y conciencia de verdaderos fundadores de ese movimiento, tratando de desautorizar manistaciones de compañeros que hacen ejercicio de su libertad.
En consecuencia volvemos a proclamar hoy que la Corriente Agramontista no es una organización, sino una corriente de pensamiento referente a la concepción de la sociedad, el estado y el derecho cubano. Que por tanto no puede tener jefes ni delegados. Es una concepción, una conciencia, un camino en la historia de la patria.
Por tanto negamos la existencia de ciertos personeros (de origen castrista) que se erigen en representantes de una organización a la que, de manera usurpadora, ilegal y contrario a su propia naturaleza, denominan Corriente Agramontista.
Rechazamos la desfachatez de pretender silenciar al Lcdo Juan José López, verdadero fundador en Cuba de dicha Corriente de pensamiento y la desvergonzada voluntad de negar a los fundadores.
Condenamos el ilegal robo intelectual de apoderarse de un nombre - reconocido en la historia y el derecho cubanos -, sin siquiera prever las consecuencias que ello puede significar en un país donde impera el estado de derecho.
Lcdo Jesés Faisel Iglesias García
Fundador de la Corriente Agramontista.
Lcdo Juan José López
Fundador de la Corriente Agramontista

sábado, 7 de febrero de 2009

EL OLOR DE LA TIERRA

Por el Dr Andrés Candelario**

Parecería redundante decir que la novela de Faisel Iglesias "El Olor de la Tierra", puede incluirse en la clasificación literaria de "novela de la tierra" sin embargo creo necesario hurgar un poco en esa "tierra". Al decir "la tierra" usamos el termino en su más amplio significado geográfico y simbólico, como seguramente lo usó el autor al titular su obra de esa manera. Representa lo telúrico, las raíces que emanan de una determinada región, la fuerza avasalladora o fascinante de la naturaleza sobre los seres que la habitan, pero también las circunstancias históricas y socio-políticas que los arropan y los dominan.
Esta operación de pinzas entre el mundo natural y las circunstancias sociales, económicas y política empujan al drama, protagonizando por las vidas sencillas de los moradores de una región o de un país. No se escapa a esta novela - porque también en el fondo es una novela de denuncia - de la exposición de principios y creencias, manifestada a través de los conflictos, las luchas y los sufrimientos en que se ven envueltos sus personajes, típicos, por supuesto del realismo social, corriente literaria en que también se inscribe por derecho propio "El Olor de la Tierra". Dentro de la corriente de ese realismo social de larga data en la literatura latinoamericana, "El Olor de la Tierra" constituye, al menos hasta donde yo sé, el primer acercamiento crítico al sistema socialista desde las entrañas del campesino, por ser a mi juicio la primera obra narrativa que denuncia las falsas promesas y la traición de la Resolución Cubana a sus propios postulados de redención a la clase pobre campesina.
Cuando repasamos la narrativa cubana de denuncia a la dictadura castro-comunista sólo encontramos los escenarios urbanos donde los protagonista son martirizados y vejados en las cárceles, acosados por los Comité de Defensa de la Revolución, aplastadas sus libertades por la burocracia estatal o por la Seguridad del Estado, por la ausencia total de esperanza en una nación sin futuro que obliga a sus hijos e hijas a escapar en cualquier cosa que flote hacia la "libertad", a costa muchas veces de sus propias vidas. Autores como Guillermo Cabrera Infante ( recientemente fallecido en su exilio londinense), Reinaldo Arenas (desaparecido por su propia mano en el exilio newyorkino), seguramente los dos escritores cubanos más importantes, no sólo del exilio, Zoe Valdez en su exilio francés, Juan Abreu en su exilio español, Antonio Benitez Rojo, (recientemente fallecido en su exilio de Massachusetts), Rosario Hiriarte en su exilio Neoyorkino, todos ellos han ubicados sus narraciones en diferentes barriadas habaneras, lejos de la dramática realidad del mundo campesino revolucionario, que ha permanecido intocado por nuestros autores más destacados, porque desde luego no era parte de sus vivencias de primera mano, ni era posible investigarlo desde el exilio. Por otro lado la narrativa de Leonardo Padura y Pedro Juan Gutiérrez profusamente publicados en el exterior, ambos escritores todavía en Cuba, sus personajes malviven y sufren sus insignificantes vidas en las zonas marginales de La Habana, pero su crítica social no llega a tocar las estructuras políticas del régimen.
Al encarar la naturaleza emblemática de "El Olor de la Tierra", primera novela del escritor y abogado Faisel Iglesias, se me planteó la disyuntiva de que debía plantear esta noche aquí un análisis con énfasis en lo literario de la misma, o por si el contrario debía abordarla fundamentalmente desde la perspectiva sociológica-política. Como sociólogo he elegido esta última visión por razones puramente personales relacionadas, primero, con mis propios antecedentes campesinos: nací y me crié en una finca de caña muy cerca de la zona geográfica donde se desarrolla la trama de la novela. Su lectura ha revolcado en mi la vieja memoria de mi pasado rural, con todos sus olores, sabores y saberes y rescató el lento traquear de las grandes carretas de caña rumbo al ingenio, el sonido húmedo de los amaneceres, el sol bravío de los potreros en los pitones filosos de aquel toro garañón dueño y señor de todas la bacas de la comarca y la corriente de aquel río de mi infancia que resumía para mi el milagro de una naturaleza desbocada, al mismo tiempo fascinante que aún recuerdo con nostalgia.

Pero además, hubiera seleccionado el enfoque socio-político porque da la casualidad que después de casi medio siglo de dictadura castrista mi patria todavía no es libre, y los culpables y responsables históricos de ese manicomio de horrores y errores que ha sido la Resolución Cubana por los últimos 47 años todavía no han respondido por sus fechorías ante los tribunales de justicia y aún no se sabe cuando ello pueda suceder. De ahí que al menos por esta noche, y en cuanto a mi concierne se impone el análisis socio-político sobre el literario. Así me lo dicta mi pasado de guajiro recalcitrante y mi conciencia de desterrado, pero sobre todo me lo pide a gritos desde su bohío de yaguas y guano, sus pies descalzos como dos rizomas jurásicos plantados sobre el piso de tierra de su bajareque el guajiro Segundo Cabra, verdadero protagonista de este drama del campesino cubano que Faisel Iglesias nos ha entregado matizado de poesía.
Por momentos el esplendor del paisaje paradisiaco de la zona amenazaba con hacernos olvidar las circunstancias sociopolíticas que han estrangulado por siglo a los "pobres de la tierra" con los que Martí quería y consiguió con su muerte heroica su "suerte echar" y nos regala la apabuyante variedad de la flora cubana:
"Había olor a hierba y las mariposas blancas y amarillas se prolongaban de flor en flor. En arbustos se levantaban las rosas trepadoras provistas de aguijones; barbas de Aarón cubriendo sus nidos; orquídeas transformadas en animalitos; por doquier rastreras filigranas con su característico olor; las carolinas, dejando su árbol desnudo, formaban en la tierra una alfombra que los niños después recogían y hacían bailar en los fondos de los taburetes; crisantemos traídos por el chino de la calle zanja; torolocos; girasoles de franco rostro; bejucos san pedro, de pétalos como cucharas hacían ladrar de picazón a los perros imprudentes; brujitas delicadas, cañandongas; claralisas enredadas; verdes vencedoras de hojas como la palma de una mano; diez de la mañana de cara al sol; vistosos vomíteles; lirios del japón; ixoras blancas y rojas; framboyanes en los patios, amenazando con la muerte del más viejo de la casa; amapolas de mil colores; alegres marpacíficos; guayaba olorosas a las orillas de los caminos; pecioladas hojas de antírium, geranios de rosas; geranios de olor; romerillos visitados por las abejas; envainados gladiolos; apretadas dalias; jacintos en el agua; claveles traídos por el moro bodeguero; lluvias de fuego pegadas a los paredones; nelubios cubriendo las presas; grandes solitarias; guayacanes prendidos a los seborucos; lirios de talex transparentes; ramilletes de novias; ásperas gloxineas; alamandas, tumbergias abrazadas a las palmas; perennes platanillos de libres pétalos, apergaminados; clitorias, como manzanas prohibidas; aromáticos azahares; hortensias de hojas simples, opuestas, de bordes enteros, dentados o lobulados; blancos clarines; exigentes agapantos; heliconias rojas en el centro y amarillas en las márgenes; fragantes magnolias; claveles de innumerables pétalos; begonias de variadas flores; gallitos, peregrinas de muchas formas; bondadosos maculisos; gardenias y tulipanes; margaritas de pequeño porte. De un tallo subterráneo en rizoma, que emergía de bello follaje, formado por largas, oblongas, de limbos más corto que los pecíolos, se levantaban como pájaros las aves del paraíso; estrellas del norte de hojas de bordes partidos; cactus de todos los colores y tamaños, pegados a los riscos. Había también príncipes negros, pero desde que un capullo se le abrió entre las manos, el Niño sentía ante ellos mucho dolor de amor y se ponía hermosamente triste, pero triste al fin, y ya desde entonces no mira ni regala flores. Además aprendio que tienen espinas, que muchas veces no llegan o llegan tarde y entonces son ridículas."
Pero allí mismo, en medio de aquella naturaleza desbordada sobrevivían malamente a su miseria material las familias de los campesinos sin tierra como aquella de los Galá, en aquel barrio "de bohíos terciados, construidos de un día para otro por el negro Rafael - como escribe Faisel Iglesias - sin tomarse el trabajo de medir las maderas, convencido, como pregonaba siempre, de que, pulgá más o menos, el clavo ñama" ....... como manera de paliar el hambre y la desesperanza.
Tal vez el drama humano más desgarrador lo protagoniza el guajiro Segundo Cabra, para mi, como dije al comienzo de estas palabras, el personaje central de esta novela. Casi una criatura de fabula, en medio de su miseria, la reciedumbre mítica de su cuerpo, es mas que nada una metáfora de la fortaleza interior, de la entereza moral para sobrevivir en circunstancias adversas que ha caracterizado a la clave pobre campesina cubana de todos los tiempos de cara a los vaivenes políticos y económicos que han padecido por siglos y que la Resolución parecía iba a remediar definitivamente con aquel grito esperanzador que echó a todo pulmón cuando bajó de la Sierra: " ¡La tierra es del que la trabaje!"Así, la Resolución entró en La Habana aquel enero de 1959, con un gran estruendo de botas y carabinas "San Cristóbal".
Los barbudos de la Sierra, fundamentalmente campesinos, cargados de cananas y rosarios, inundaron las calles asombradas de la capital y se apoderaron del corazón y las esperanzas de la mayoría abrumadora del pueblo cubano. No había espacio ni para la duda ni para el temo. Era la hora indisputable de la libertad. Con esa misma carga de ilusiones y de esperanzas bajó de la Sierra y regresó a su barrio el Guajiro-guerrillero Carlos Canteras, "con una barba de meses y los ojos rojos por debajo los pómulos", según, lo describe Faisel Iglesias. Los guajiros se asomaban a las puertas de los bohíos, se lanzaban al camino real, menos segundo Cabra .... cuenta Faisel... ¿Qué seña, qué mensaje oculto traían aquellos barbudos, que hizo dudar desde los primeros momentos a muchos hombres de la tierra, que llegaron incluso a oponerse con las armas a la Revolución que se había hecho en su nombre? ¿En qué momento comenzó la metamorfosis? ¿ Qué detalle imperceptible y fugaz llevaba ya la semilla de la tiranía que vendría después? ¿Cómo explicar el engaño a que fue sometido el pueblo todo, pero especialmente la clase campesina, los pequeños agricultores, aparceros, precaristas, jornaleros agrícolas, con la firma de aquella Primera Ley de Reforma Agraria en el viejo campamento La Plata, cuando en ese mismo momento ya se redactaba otra ley de reforma agraria, la que se aplicó después con un enfoque abiertamente colectivista y que convertiría a la gran masa campesina en jornaleros del Estado y al Estado en el más grande latifundista de la historia agraria del país?
Aquí es donde la novela de Faisel Iglesias hinca sus garras y nos entrega, a mi modo de ver, su mejor momento. En sólo unas palabras - porque el diálogo, con toda la carga de significados y poesía con que las dotas el autor, es el secreto de la eficacia de esta narración - nos enfrentamos a los sueños sin medida que arteramente sembró la Resolución en el corazón de los campesinos, para luego arrebatárselos. Escuchemos las palabras del guajiro guerrillero Carlos Canteras a su regreso de la Sierra frente a los campesinos pobres de su barrio en su función de interventor ...-
"¿Ustedes ven lo que tienen delante? - los interrumpió Carlos Canteras. Los campesinos fijaron los pensamientos en la vista -. ¿Ven lo que tienen detrás? ¿A la derecha? ¿A la izquierda? - los campesinos siguiendo el sentido de las palabras de Carlos Canteras le daban la vuelta a la cabeza-. ¡Bueno, todo eso es de ustedes! -Los campesinos se miraron incrédulos unos a los otros -. ¡Miren para donde están parados! - los campesinos clavaron la mirada en la tierra -. ¡Levanten la cabeza y miren al cielo, porque también ese es de ustedes!
- Este no cree ni en Dios - dijo Segundo Cabra.
-De ustedes, los que trabajaban en las tierras de Macho Valdés me siguen. Los demás, mañana, antes de que cante el gallo me esperan en el portón del potrero de Nené Villar. Allí la cosa será más fácil porque el muy pendejo se fue.
-¿Para dónde? - preguntó un campesino.
- Pa`l Norte - respondió Segundo Cabra.
-...
-De allí seguimos para el potrero de Papá - continuó Carlos Canteras -. La ley tiene que empezar por casa".
Atrapados por siglos de olvido, así entendió el campesino sin tierra el mensaje de justicia e igualdad:
-¡ El potrero de Macho Valdés! - exclamó Carlos Canteras agarrado a un poste de la cerca - ¡Las vacas flacas de Macho Valdés! ¡Tanta tierra para tan poca leche! - se volvió para los campesinos y les dijo:
-El potrero es grande. Lo vamos a repartir entre todos y a por igual.
-Interventor - interrumpió un campesino.
-¡Diga!-Pero hay un sólo río.
-Lo represamos en su propia madre, después lo desgajamos por entre loma y loma, pero cada campesino tiene que tener una loma y un pedazo de río.
-Con estos picos no se puede hacer un dique - dijo otro.
-Confiscamos un buldózer.
-¿Dónde?
-Donde lo haya.
-Eso no lo dice la ley - terció el teniente.
-Se lo agregamos.-¡Interventor!- dijo otro campesino.
-¡Diga usted!
-Hay un sólo toro.
-Lo narigoneamos, lo domamos y lo pasamos por todas las lomas de vaca en vaca, pero de ahora en lo adelante los niños no irán jamás a la escuela sin tomar leche."
La novela para mí culmina, con el drama del guajiro Segundo Cabra en el momento de ser llevado ante un tribunal revolucionario acusado de vender por la libre los productos que debía vender al Estado:
-Acusado Segundo Cabra ¿de quiénes eran las tierras que usted trabaja?"
- De los Valdés."
- ¿ Y lo Valdés no trabajaban?"
- Trabajar lo que se llama trabajar, con el lomo doblao sobre el surco, esos nunca trabajaron. Ellos vivían en el pueblo y" ...
- Y ... recibían el fruto de su trabajo, y el de toda su familia, generación tras generación, sentados cómodamente en el portal de sus casas."
- Así eran las cosas."-
¡¿ Lo que le arrancaban a la tierra de sol a sol?!" ...
- No, de luna a luna, porque antes de salir el sol ya nosotros estábamos en el surco y se iba y nosotros seguíamos ahí ... Pero ellos eran los dueños de aquellas lomas y de aquellos llanos. Y no sé quién de mi abuelo para arriba le dijo a uno de esos tátara de esos Valdés para desmontar un par de lomas y un pedazo del llano y " ...
- ¿Y ese tátara de esos Valdés les dio el par de lomas y el pedazo del llano?"
- Bueno, dárselo como dárselo no. Le dijeron: 'mira, echa el ganado para el otro lado, desmonta esas lomas, arranca el marabú del llano y siembra. Después nos das la mitad de la cosecha. De todas maneras ahí ni las vacas pueden entrar'. Y así fue como se cerró el negocio."
-¿Y qué ha sido de esos Valdés?"
- Bueno ... Unos están a noventa millas. Otros, dicen, que en el más allá. Pero yo creo que acá abajo - y dio un par de patadas en el piso."
- ¿Y les dejaron las tierras de regalo?"
-¡Regalar esa gente! Tenían miles de miles y le regateaban un centavo a cualquier muerto de hambre. Yo creo que por eso han perdido hasta su propia lengua. Esas tierras me las regalaron mi madre y mi abuela."
-¿ Cómo?"-Como lo oyes. Bueno, digo, es un decir. Esas tierras me las regalaron la Patria y la Revolución."
-A través de la Reforma Agraria ¿no?"
-Y no es un decir. Para eso tenemos los ojos los que quieran ver; manos lo que quieran palpar.
"-¿Cómo es posible acusado Segundo Cabra, que un campesino como usted, a quién la Revolución le ha dado la tierra para que la trabaje en su propio bien, en bien de su familia, de la sociedad, qué son esas escuelas donde estudian gratuitamente sus hijos, qué son esos hospitales donde se atiende sin miramientos a su madre, haya pretendido volverse explotador del maestro, del médico, del obrero, del hombre con sudor en la frente?" ...
-El Diablo son las cosas ...Yo estaba arando. Hacía mucho tiempo que no veía a Pedro cuando sentí que una mano se me posó en el hombro: '
-¡Segundo Cabra, caramba, siempre estás en el surco, pareces un terrón!'
'- Pedro Pérez, caray, dichosos los ojos que te ven ... Después que te fuiste para La Habana te la cogiste para ti sólo.¡Mira para eso, estás gordo y colorao como un tomate!
'- Hay que cambiar de ambiente.'
'- Siempre que sea para mejorar'...
'- ¿ Cómo te va el año? '- Tú sabes como son las cosechas. No dependen de uno, sino del tiempo. Y eltiempo son las cosas. Pero ahí vamos, tirando. Siempre se puede más. A ver, ¿traíste dónde llevar?
'- No, yo no vine a buscar. Hoy yo vine a traer.
'- ¿Con las manos vacías?'
'- También en la cabeza se pueden llevar y traer cosas.'
'- ¡Tú has aprendido mucho!
'- La calle, la universidad de la calle.
'- ¿Qué grado de escolaridad tiene usted, acusado Segundo Cabra?"
- Figurese aquellos tiempos. Uno saltaba del vientre de la madre al surco. Después fui alfabetizado. Ahora con tanto correr el tiempo, sumando una cosa y la otra debo andar por un tercer grado atrasao."
- ¿Nadie le dijo que usted no podía vender por la libre los productos que usted cosechaba en la tierra que para el bien de todos le entregó la Revolución?
-Bueno, mercado libre es libre ¿no? Al menos así decían los delegados del Gobierno, en la radio, en los periódicos"...
- Acusado Segundo Cabra, ¿el acusado Pedro Pérez trabajaba la tierra con usted?
- No."
-¿Y cómo usted puede justificar que él estuviera vendiendo los productos que usted cosechaba?"
- Bueno, yo los vendía por la libre, pensaba que él podía comprar por la libre. Después ya no eran míos, si quería venderlos que los vendiera."
- Pero ni usted podía vender por la libre, ni Pedro Pérez podía comprar por la libre para revender por la libre, porque Cuba ya no es un garito al mejor postor."
- A la verdad que uno nunca sabe."
-¿No sabía usted que para vender productos del agro, fuera del mercado al que usted le correspondiera, debía tener una autorización del Poder Popular, previa inspección de los productos?"
- Bueno, Pedro Pérez me enseñó unos papeles y me dijo que no había problemas."
- ¿Y usted los leyó?- Usted sabe, yo estaba arando"...
- Acusado Segundo Cabra. Será legal y todo lo que sea, pero no va, no va y no va. Al merolico, al que intente enriquecerse a costa del sudor de los demás, le caerá el rayo del Partido y sus huesos irán a la cárcel por tiempos inmemoriales."
De nuevo se sierra el circulo de frustraciones, desesperanzas, sobre el hombre del campo, ahora con el duro cerrojo del Partido.
Damos la bienvenida de este primer trabajo de narrativa, de crítica, de denuncia de las falsedades y las promesas incumplidas de la Resolución Cubana, desde el desconocido escenario de la ruralía cubana. Esperamos más testimonios literarios de Faisel Iglesias, desde su rica experiencia como abogado defensor de los campesinos atrapados entre las promesas de poseer unas tierras de las que nunca fueron realmente dueños ni antes ni después de la Resolución, que le costó la expulsión de su propia patria.Mientras la historia por venir no le haga al fin justicia a estos hombres y mujeres de la tierra, y los Galó y los Segundo Cabra que malviven todavía en las entrañas de los latifundios del Estado, sigan siendo llevados a los tribunales por tratar de vivir del trabajo, se sus manos en la tierra que los vieron nacer necesitamos que, al menos desde la literatura, se denuncie al mundo la iniquidad de ese sistema y la falsedad de sus promesas de redención, hasta que se cumpla al fin su vieja oferta de que "la tierra es del que la trabaja"....
Por eso en nombre de los Galá y de los Segundo Cabra que en Cuba sólo tienen la tierra que le echaran encima cuando mueran, digo esta noche de todo corazón ¡gracias Faisel!*Palabras del Dr Andrés Candelario la noche de la presentación de la novela El Olor de la Tierra, en la casa de España, en San Juan, Puerto Rico, el día 28 de abril de 2005
**El Dr Andrés Candelario. Pinar del Río. Cuba. Escritor y Profesor de la Universidad de Puerto Rico.
(Si quiere adquirir la obra dedicada y firmada por el autor puede enviar un cheque por $30.00 dolares, que incluyen manejo y envio a: F. Iglesias, calle Janer No. 114, Santa Rita, Rio Piedras, San Juan, Puerto Rico 00925)

viernes, 6 de febrero de 2009

CARTA ABIERTA DEL PADRE JOSE CONRADO AL GENERAL RAUL CASTRO

Estimado Señor Presidente:
Hace quince años me atreví a escribirle al entonces jefe del Estado cubano, Doctor Fidel Castro Ruz, por aquel entonces Presidente de nuestro país. La gravedad de aquella hora me lo impuso como un deber para el bien de la Patria. La gravedad de esta hora me impone escribirle a Ud. para hacerle partícipe de mis preocupaciones actuales. ¿Debo acaso describirle la situación de nuestro país? La crisis económica afecta a todos los hogares y hace que las personas vivan angustiosamente preguntándose: ¿qué voy a comer o con qué me voy a vestir? ¿Cómo conseguiré lo más elemental para los míos? Las dificultades de cada día se tornan tan aplastantes que nos mantienen sumidos en la tristeza y la desesperanza.
la inseguridad y el sentimiento generalizado de indefensión provocan la amoralidad, la hipocresía y la doble cara. Vale todo porque nada vale, más que la sobrevivencia a todo precio, que luego descubrimos que es “a cualquier precio”. De ahí que el sueño de los cubanos, en especial de los más jóvenes, sea abandonar el país. Parecería que nuestra patria está ante un callejón sin salida.
Como hombre de fe, sin embargo, yo creo que Dios jamás nos pone ante situaciones absolutamente desesperadas. Creo firmemente que nuestro camino como nación y como pueblo, no acaba en un precipicio ineluctable, en una realidad de desgracia irreversible. Siempre hay una solución, pero se necesita audacia para buscarla y encontrarla. En sus recientes y urgidos llamamientos a trabajar con tesón incansable creo reconocer una peculiar y certera percepción de la gravedad del momento, pero también, que Ud. considera que la solución depende de nosotros. Pero como decía aquel slogan convertido en chiste… “No basta decir pa’lante, hay que saber pa’ dónde”.Hemos vivido culpando de nuestra realidad al enemigo, o incluso a los amigos: la caída del bloque de países comunistas en Europa del Este, junto con el embargo comercial de los Estados Unidos se han convertido en el totí que carga con todas nuestras culpas. Y esa es una cómoda pero engañosa salida ante el problema.
Como decía Miguel de Unamuno, “solemos entretenernos en contarle los pelos que la esfinge tiene en su cola, porque nos da miedo mirarla a los ojos”. No basta, General, con resolver los problemas, ciertamente graves y urgentes, de la comida, o del techo, que en los recientes huracanes, tantos compatriotas acaban de perder “con sus pobres enseres: miedos, penas”. Estamos en un momento tan crítico que debemos plantearnos una profunda revisión de nuestros criterios y de nuestras prácticas, de nuestras aspiraciones y de nuestros objetivos. Y aquí cabría, con todo respeto, recordar aquellas palabras que nuestro Apóstol nacional José Martí le escribió al Generalísimo Gómez en una situación en cierto modo semejante: “No se funda un pueblo, general, como se manda un campamento”.
El mundo está cambiando. La reciente elección de un ciudadano negro para ocupar la primera magistratura de un país antiguamente reconocido como racista y violador de los derechos civiles de los negros, nos dice que algo está cambiando en este mundo. La encomiable y fraternal preocupación de nuestros hermanos del exilio ante los fenómenos meteorológicos que recientemente han golpeado a nuestro pueblo, y su ayuda generosa, desinteresada e inmediata, son el signo de que algo está cambiando entre nosotros. El gobierno cubano que Ud. hoy encabeza, debe tener la audacia de encarar esos cambios con nuevos criterios y nuevas actitudes. Nuestro país ha reaccionado con valor cuando un gobierno foráneo ha querido inmiscuirse en nuestros problemas nacionales. Sin embargo, cuando se trata de la violación de los Derechos Humanos, no solo los gobiernos, sino hasta las personas individuales, los simples ciudadanos, de dentro o fuera del país, tienen algo que decir.
En su Carta desde la Cárcel de Birminghan, Martin Luther King dijo: “La injusticia particular es una amenaza a la justicia universal. Estamos atrapados en una red ineludible de reciprocidad, unidos en un único tejido del destino. Lo que afecta a uno directamente, afecta a todos indirectamente”. Tenemos que tener la enorme valentía de reconocer que en nuestra patria hay una violación constante y no justificable de los Derechos Humanos, que se expresa en la existencia de decenas de presos de conciencia y en el maltrecho ejercicio de las más elementales libertades: de expresión, información, prensa y opinión, y serias limitaciones a la libertad religiosa y política.
El no reconocer estas realidades, para nada favorece nuestra vida nacional, y nos hace perder el respeto por nosotros mismos, a nuestros ojos y a los ojos de los demás, amigos o enemigos.La causa de la paz, interna y externa, y la prosperidad misma de la nación, se enraízan en el respeto incondicional a esos derechos que expresan la suprema dignidad del ser humano como hijo de Dios. Y guardar silencio sobre esta realidad, pone sobre mi conciencia un peso tal, que no me siento capaz de soportar. Y ésta es para mí, mi manera de servir a la verdad y de ser consecuente con el amor que siento por mi pueblo.Le confieso, general, el disgusto y la tristeza que me ha causado saber que nuestro gobierno ha rechazado, al parecer por razones ideológicas o de diferencias políticas, la ayuda que querían enviar EEUU y varias naciones europeas, para los damnificados por los ciclones que azotaron nuestra tierra.
Cuando uno cae en desgracia, (y eso le puede suceder a cualquiera, también a los poderosos), es la hora de aceptar la ayuda que se brinda, porque esa ayuda revela un fondo de buena voluntad ante el dolor, de solidaridad humana, incluso en aquellos que considerábamos nuestros enemigos. Darle la oportunidad al oponente de ser bueno y de hacer lo justo, puede sacar a flote lo mejor de nosotros mismos, y del otro, haciéndonos cambiar viejas actitudes y curar resentimientos dañinos. Nada contribuye más a la paz y la reconciliación entre los pueblos que este saber dar y recibir. La frase de San Francisco de Sales, válida en las relaciones interpersonales, también lo es entre países: “más moscas se cazan con una gota de miel, que con un barril de vinagre”.
Como dijo su Santidad Juan Pablo II en su visita a nuestro país: “que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba”. Pero si seguimos con las puertas cerradas nadie podrá entrar, por más que lo desee. Un signo de esperanza para mí es la participación y mayor espacio que se le ha dado a CARITAS para ayudar a nuestro pueblo. Eso merece un especial reconocimiento y es un cambio positivo y esperanzador. Créame, Señor Presidente, no le escribo para presentarle una lista de quejas y agravios sobre nuestra realidad nacional, aunque si así lo hiciera esa lista podría ser muy, muy larga.
La verdad, he querido hablarle de cubano a cubano, de corazón a corazón. Un gran amigo mío sacerdote, ya fallecido, solía decirme: “un hombre vale lo que vale su corazón”. En el entierro de su esposa, al verlo a Ud. rodeado de sus hijos y nietos, conmovido hasta las lágrimas, yo percibí que es Ud., un hombre sensible. Y yo pienso que mayor sabiduría hay en el corazón de un hombre bueno que en todos los libros y bibliotecas de este mundo, pues como dice la canción: “lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber, ni el más alto proceder, ni el más ancho pensamiento…”. Por eso apelo a su sentido de responsabilidad, a su bondad, para decirle que no tenga miedo, que sea audaz en emprender un nuevo camino diferente en un mundo que está dando tantas señales de cambiar a mejor.
Como le dije a su hermano hace 15 años, todos los cubanos somos responsables del futuro de la patria, pero por el cargo que Ud. ocupa, por el poder que ahora tiene, esa responsabilidad recae de manera especial en Ud. Si Ud. decide emprender ese camino de esperanza, cuente conmigo, general. Me tendrá en primera fila, para ofrecerle a Cuba, una vez más, lo único que tengo: mi corazón; y a Ud. mi mano franca y mi colaboración desinteresada. Así haremos realidad el sueño martiano de hacer una patria “con todos y para el bien de todos”.
Quiero terminar con unas palabras que dijo nuestro actual Papa, Benedicto XVI en 1968: “Aún por encima del Papa como expresión de lo vinculante de la autoridad eclesiástica, se haya la propia conciencia, a la que hay que obedecer la primera, si fuera necesario incluso en contra de lo que diga la autoridad eclesiástica”. Si eso vale para la autoridad eclesiástica cuyo origen considero divino, vale para toda otra autoridad humana, por poderosa que ésta pueda ser.
Con mis mejores votos,
José Conrado Rodríguez Alegre,
Pbro.Párroco de Santa Teresita del Niño Jesús.

martes, 3 de febrero de 2009

QUE BUENO BAILA USTED

(fragmento de novela en proceso editorial)
faisel iglesdas
Cuando el liberto habanero fue a visitar a su pariente por sangre de nación, el Rey de Santa Isabel de las Lajas, Ta Ramón Gundo Moré, llevaba dos palitos en las manos.
Inútiles le debieron parecer al alto dignatario aquellos graciosos instrumentos, dizque músicos, acostumbrado como estaba, generación tras generación, a llamar al espíritu de sus ancestros y dioses con tambores construidos con duras maderas y cueros de chivo curados al sol.
Sin embargo, el liberto José Manuel Peralejos de los Gundo, un mulato de espalda cuadrada, piernas fáciles y espíritu licencioso, ataba su sentido musical a aquella profunda voz que sentía desde que estaba en el vientre de su madre, brotando del fondo marinero de la bahía de San Cristóbal de La Habana. Era un eco vegetal que escondía un tiempo de vez en vez con cierta persistencia, dividiendo el compás.
—¡Son gotas de madera! —dijo Federico García Lorca al escucharla bordeando aquel ritmo de semillas secas, cuando pasó por La Habana rumbo a Santiago de Cuba en su coche de aguas negras.
—A veces no sé si la Clave canta o llora —contestó la anfitriona del andaluz, la poeta que se exilió en su propia patria hasta la muerte.
—¡Tiene algo de gitana!
—Y de negro.
—Los gitanos también son negros.
La Clave no hablaba en lenguas viejas ni sabía de brujerías, por eso nunca iba a las fiestas del santo. No vino de España con los hombres de mar. La estridencia de las castañuelas la irritaba y la voz trebejosa de las tejoletas le resultaba desabrida e inconsistente. No quedó como elemento sobreviviente de aquellos seres de piel aceitunada a los que la benevolencia del clima les permitía andar sencilla y naturalmente como si todo el cuerpo fuera la cara, y que Cristóbal Colón, el más iluminado de los almirantes de antaño, cuando buscaba nuevas rutas para el comercio, los llamó indios, con la ignorancia de creer que Haití era Cipango y que Cuba era la China, y que los moradores de Japón y China eran los habitantes del país de las vacas sagradas.
Había nacido en medio de la Bahía, vigilada y protegida por la Virgen de Regla, en aquel nido de barcos azucareros, de las manos, de las entrañas de los condenados a remar, de los negros de carga y descarga del muelle, de los esclavos descascaradores de troncos, de los mulatos carpinteros y libertos ebanistas. Por eso su canción doliente a veces tomaba la distancia del forastero. Otras, evocaba la soledad de las celdas, el alma bagarina, la pena de los condenados, el dolor y el ansia de libertad de los sometidos a latigazos.
Al caer la canícula, el vulturno concentraba la catinga en el batey.
—Hay olor a negro —dijo el párroco, y se recogió en la iglesia, no sin antes correr la mirada por los linderos. Había trajín en el barracón.
El día anterior el mayoral tuvo a un mandinga atado a un poste hasta la puesta del sol por haber robado bacalao del almacén para dárselo a una negra encinta, que se lo comíacrudo. Luego le colocó una argolla de acero en el tobillo unida por una pesada cadena a un madero de media arroba, para que lo cargara por un par de meses o —¡te doy doscientos azotes, condenao! —gritó el canijo y amenazó con amarrar a la preñada de pies y manos a cuatro estacas y darle seis latigazos boca abajo—, para que acabes de parir, ¡desgraciá!
—¡Dios los salve! —dijo el Cura.
En el Cabildo de los congos del barrio La Guinea se desataron los cueros en un frenético retocar que se oía de ingenio a ingenio, liberando los espíritus de la ansiosa negrada que se remontaba a sus lejanas tierras. Un bozal, bajo de estatura y envuelto en carne, con rayas en la frente y los dientes cortados en forma de luna, hacía entrechocar las canillas de un muerto, evocando su spíritu, convirtiendo el misterio en un sonido vivo que hablaba y ordenaba en voz baja. Un muriaca viejo, con los ojos rojos, una estrella en la frente y otra en cada sien, que respondía, aunque sin pronunciar palabras, al nombre de Lorenzo, cargaba los tres tambores batá. Atado por los extremos con cuerdas de tripa de chivo le colgaba el iya del hombro izquierdo, el itotele del derecho y el ikonkolo del cuello, palmoteando a uno y otros por los extremos, según quisiera un sonido u eco determinado.
A veces soltaba la bemba en un enfurecido temblor, en el mismo momento en que le imponía al ritmo nuevos bríos. En ocasiones levantaba la cabeza, como buscando el cielo con los ojos errados, y lo desaceleraba. Lorenzo entonces procuraba otras épocas, otros confines para llevar y traer el espíritu de los muertos y dioses al bembé, con el tambor.
Había rayamientos de palo. Se veían las veintiuna pilas de polvo de diferentes palos del monte, tostados al fuego...