lunes, 7 de marzo de 2011

LA EXPLOSION SOCIAL PUEDE TARDAR UN ANO O OCURRIR MANANA


La autora del blog Generación Y reflexiona acerca de la prensa en Cuba, el posible "contagio" de los estallidos sociales del Medio Oriente en el ámbito cubano y el éxito de su libro Cuba Libre en América Latina.

David Sosa/ Especial para martinoticias.com 07 de marzo de 2011


La autora del blog Generación Y reflexiona acerca de la prensa en Cuba, el posible "contagio" de los estallidos sociales del Medio Oriente en el ámbito cubano y el éxito de su libro Cuba Libre en América Latina.

El diario Granma ya cumplió 45 años, pero no refleja para nada la realidad cubana, ni lo que le sucede a los jóvenes. - ¿Qué opinión tiene usted de ese diario oficial de la Isla?

El Granma ha tenido muy poca evolución en estos 45 años, por ejemplo nunca ha publicado una foto en colores, tiene apenas cuatro pliegues de páginas que hacen muy limitadas las noticias que se ponen, y además, contiene una censura que selecciona siempre las noticias que pasan siempre por el prisma oficial de qué es políticamente correcto. Paralelo a esto, el Granma no goza de mucha reputación entre los cubanos pues a veces suceden muchísimas cosas y problemas, que no son reflejados porque el Gobierno cree que decirlos en el periódico podría aumentar la crispación popular, ¿no? Yo recuerdo que cuando estaba en la universidad, una colega mía, filóloga, hizo un estudio sobre la utilización de los verbos en Granma y todos los verbos negativos estaban referidos a noticias internacionales. El mundo de afuera, para Granma, es un desastre y todos los verbos positivos eran sobre temas nacionales, para dar la impresión de vivir en un Paraíso insular.

En la Cuba republicana hubo una tradición periodística importante. Bohemia, en sus buenos momentos, tenía una tirada semanal de 250.000 ejemplares. ¿Cómo es posible que la prensa cubana haya dado ese retroceso tan grande con el diario Granma?

R- La ruptura evolutiva de muchos fenómenos que se estaban dando en la Cuba republicana es una característica prácticamente de los últimos 50 años, y en la prensa quizás es donde es más doloroso. El problema es que en un sistema, como el que hay en Cuba, donde la censura no permite el control de la información, no puede permitirse una prensa libre, con calidad, incisiva, corrosiva que vaya al meollo de los asuntos y que cuestione cosas, reclamándole al poder soluciones. Y está claro que esos periódicos como los que había aquí en los años 40 y 50, no caben en un sistema como éste, en donde el silencio, el ocultamiento se convierten en políticas de Estado.

Granma ha criticado ya dos veces la figura de Silvio Rodríguez, la última por polemizar, sin consultar a la Seguridad del Estado, con el escritor Carlos Alberto Montaner. ¿Ni siquiera a sus vacas sagradas, tan manoseadas por la Revolución, perdona ese diario oficial?

Granma, que dice ser un periódico serio, para nada sensacionalista, en realidad hace un periodismo muy amarillista y muy basado en el insulto al que piensa diferente. Silvio Rodríguez no se pudo escapar de eso pues cometió uno de los pecados más difíciles para una persona fiel al gobierno, que es tomarse la palabra por su cuenta, intentar argumentar por sí mismo e intercambiar palabras con alguien tan satanizado en el mundo oficial, como Carlos Alberto Montaner. Y eso valió para que Granma le diera un repudio público. Sin embargo, nunca se publicaron los argumentos que había dado la otra parte, Carlos Alberto en este caso.

En su blog (Generación Y) en un lenguaje sencillo y en códigos que entienden los jóvenes, cuenta ese día a día que los periódicos de la Isla no cuentan. ¿Cómo concibe ese día a día cubano en su blog?

El blog que está a punto de cumplir cuatro años, es de una persona que está punto de cumplir 35, y que se pregunta cada día, ¿por qué la Cuba en qué vive no se parece a la que le prometieron cuando niña? A partir de experiencias personales, de encontronazos, de frustraciones también, en ese difícil contacto con la realidad cubana van surgiendo estas pequeñas crónicas que no tienen, para nada, el carácter de un panfleto político, de un documento, sino palabras unidas en la desesperación, y quizás eso es lo que ha hecho que miles de personas en el mundo se identifiquen con mis textos. Es una voz muy personal y sobre todo, muy sincera.

Esos textos han sido publicados ya en forma de libro. ¿Se siente complacida con la acogida que ha tenido su libro en Latinoamérica?

Pues para mi sorpresa, y también para mi satisfacción (porque soy filóloga) esos textos que iba subiendo a Internet, poco a poco, en un acto desesperado, como quien lanza una botella al mar a ver si alguien la lee, esos textos después fueron compilados en una antología que se llama Cuba Libre y ha tenido muchísimo éxito. Sé que muchos colegas lo están leyendo, para quizá no solamente descubrir la Cuba de hoy, sino también para interpretar las situaciones de sus propios países. Por ejemplo, en Venezuela sé que ha tenido un éxito tremendo el libro; los jóvenes lo están leyendo sobre todo para poder interpretar el futuro de ese país, si siguen por el camino que van.

En uno de los textos de de su blog hay más de 6.000 comentarios, toda una cifra récord.

Sí, mi blog es una especie de cita parlamentaria donde se dan cita cubanos de aquí y de allá, a debatir, a veces caen en el insulto también, pero bueno eso es muy típico de Cuba, y estamos tratando de evolucionar en el tema de las discusiones, ¿no? Es una especie de plaza pública donde la gente se atreve a decir lo que no se atreve en el mundo real. De ahí que haya tal afluencia de comentarios.

El Gobierno de Raúl Castro ha anunciado que a partir de 2011 va a iniciar un sistema tributario severo para los cubanos. ¿No es esto un despropósito con los magros salarios de un cubano medio? ¿Cómo recibe usted esta noticia?

Bueno, con muchas dudas, se supone que este sistema tributario está enfocado al tema del “trabajo por cuenta propia”, que el Gobierno, en un acto de desesperación, ha tenido que dar nuevas licencias para ese trabajo privado, pero... ese marco no está dado por un sistema crediticio que permita a los nuevos empresarios (que quieren abrir una pequeña cafetería, un restaurante) pedir créditos al banco. Y tampoco está avalado por un mercado mayoritario donde puedan comprar las materias primas. De manera que el Estado intenta sacarle el máximo de jugo a la situación, dando muy poco, lo cual me hace temer que esos empresarios no van a poder desarrollarse, ampliarse, prosperar, en la medida en que el país lo necesita.

¿Cómo está su vida cotidiana? ¿Se siente muy asediada?

Sí, yo trato de que todas esas presiones, a mi familia, a mis amigos no me hagan perder la frescura y la espontaneidad a la hora de escribir. Está claro que el costo personal ha sido muy alto, he sido citada a la Estación de Policía, he sido secuestrada, con mucha violencia física y verbal en dos ocasiones. Mi casa es constantemente asediada y vigilada, pero trato que nada de esto me convierta en víctima; soy responsable de lo que hago y el costo de la represión hay que ligarlo con el costo de atreverse. Si me pusiera la máscara, no viviría nada de esto.

En Ecuador se ha abierto un debate sobre el caso de los llamados “medios públicos”. El Gobierno de Rafael Correa es dueño de 21 medios. Y todos empiezan a tomar un camino parecido al de los medios oficiales cubanos y venezolanos. ¿Cómo ve este fenómeno?

R-Yo miraría todo eso con muchísima alarma, así se comienza, muy lentamente, a hacer público un medio, cuando en realidad es un eufemismo que se utiliza para hacerlo gubernamental, partidista, afín con una sola ideología. Hemos vivido en Cuba 50 años de monopolio informativo y lamentablemente ese filtraje noticioso, ese triunfalismo condiciona otros elementos de la vida social, como la parálisis ciudadana, informativa, la apatía, el miedo al cambio. De manera que yo recomendaría que miraran eso con mucha cautela: cuando un gobierno se hace con los medios de información, se hace con el poder total de una sociedad.

En Egipto 2.0 usted dice: “No he vivido una Revolución, mucho menos ciudadana, pero esta semana, a pesar de la cautela de los noticiarios oficiales, he presentido que el Canal de Suez y el Mar Caribe no quedan tan lejos. No son sitios tan diferentes”. ¿Ha sentido que los acontecimientos en Egipto y en Libia de alguna manera han alebrestado la rebeldía de los cubanos?

Te puedo decir que los cubanos estamos tomando nota sobre el asunto, el hecho ocurrido en el Medio Oriente con Gaddafi es quizás el que más nos ha tocado, precisamente por las similitudes en cuanto al personalismo, en cuanto a la estructura de toda una nación alrededor de un hombre, como es el caso de Gaddafi allá y de Fidel Castro en nuestra isla. Creo que a pesar del sigilo oficial con las noticias, los cubanos hemos sentido que nos toca bien cerca. El problema es que todavía aquí el acceso a las tecnologías que puedan hacernos unir, confluir y convocarnos es muy limitado. Y por otra parte, no solo los ciudadanos estamos tomando nota, también la Policía política, el Ejército y en las últimas semanas se nota un aumento de la crispación policial, de la vigilancia. Porque ellos temen, más que nosotros mismos, el hecho de un “contagio”.

¿El pueblo cubano en algún momento sería capaz de salir a las calles de forma espontánea o ve eso muy lejano?

Eso es difícil de predecir, a mí me gusta usar la metáfora de que la sociedad cubana se parece un poco a esas casas a punto de destruirse en La Habana Vieja. Si uno se para delante, dice: es un milagro que todavía esté en pie. Pasan huracanes y ciclones, y la casa sigue en pie. Pero un buen día alguien quita un tornillo de la puerta y la casa se desploma. En esa situación estamos, hay mucha fragilidad social, mucha desazón; lo mismo la explosión social puede tardar un año que ocurrir mañana mismo, cuando alguien va a comprar un kilogramo de papas y resulta que ha subido el precio. El Gobierno cubano va a priorizar por encima de todas las cosas, armarse para protegerse totalmente de un posible estallido así.

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