Resulta un insulto a la inteligencia el cacareado discurso de la Integración Latinoamericana de los gobernantes de los pueblos de "Nuestra América", como desafortunadamente llamó José Martí a esa parte de la tierra donde sus funcionarios ni siquiera nos dejan poner un pie fuera de los aeropuertos para extraer el sustento de sus suelos pisados por dictadores sucesivos.
Decenas de cubanos son retenidos en los aeropuertos de Ecuador, en pleno gobierno del “revolucionario” Rafael Correa y devueltos a La Habana, sin siquiera ser escuchados por autoridad alguna, sin garantizarles un debido proceso, violándoseles los más elementales derechos humanos. Millones de sudamericanos son perseguidos, humillados y asesinados, con la indiferencia de sus gobernantes, por el solo hecho de transitar rumbo al Norte, por los países de nuestra lengua, en busca del “sueño americano.”
Bolívar, el máximo exponente de la llamada integración latinoamericana, dijo con amargura al final de su vida:
“He arado en el mar”
"Nuestra
América" debiéramos llamar a la otra, a la del Norte, donde vive el
sesenta por ciento de los puertorriqueños, millón y medio de cubanos, decenas
de millones de sudamericanos, adonde llegamos,
la inmensa mayoría, sin cumplir las formalidades migratorias, con una mano
delante y la otra detrás y se nos respeta la cultura, la lengua, nuestras
religiones, y poco tiempo después tenemos trabajo, estudio para nuestros
hijos y la capacidad de mantener a toda la familia que dejamos al sur del Rio
Bravo. Y andando el tiempo tenemos acceso al gobierno.
Integración
solo existe cuando la plenitud de nuestros derechos ciudadanos es reconocida
por el estado vecino y no nos dicen más extranjero,
como llamaba la Roma antigua a los que despreciaba.
Solo
en la otra América, la verdaderamente "nuestra",
la realmente integrada, donde el
soberano es el ciudadano y el estado un mero instrumento a su servicio, un
floridano goza de plenos derechos en Oregón y viceversa, y todos tenemos
garantizados nuestros derechos humanos, que es como decir, la dignidad humana.
New
York, es considerada la capital del mundo. Poblada por personas de todas partes, con diferentes credos e ideologías, conviven todos con la paz y
la armonía que no les es garantizada en sus países de origen.En Latinoamérica lo que existe son acuerdos entre gobernantes para mantenerse en el poder y que descaradamente llaman convenios de integración.
Nota del autor: El debido proceso es una doctrina nacida en el derecho común Ingles, según la cual cualquier persona tiene derecho a cierta gama de garantías mínimas, las cuales tienden a asegurar el resultado justo y equitativo dentro de cada proceso efectuado, y a permitir a las personas tener la oportunidad de ser oídas y así hacer valer sus pretensiones frente a cualquierjuez o autoridad administrativa.
1 comentario:
"Nuestra América" fue definida por Martí considerando los elementos culturales comunes - el mismo origen del conquistador español, el mismo idioma, el sincretismo racial y religioso - y el mismo estado de pobreza económica y atraso de las institucionaes democráticas. Martí, poeta y apasionado, trabajó por modelar la identidad de una región necesitada de superarse a pasos agigantados para estar a la altura de los pueblos civilizados. (...) Muchos han sido los intentos y los esfuerzos, más el resultado un siglo después, no es halagueño. Y es cierto, que para los millones de latinoamericanos pobres que anhelan un futuro de paz y progreso, Nuestra América está en los Estados Unidos. Horacio E.
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