por faisel iglesias
Hoy les ofresco un fragmento de un documento, sobre un supuesto CRIMENE DE ESTADO, donde el Dr Ramon de la Cruz Ochoa, Ex-Fiscal General de Cuba (invitado a Puerto Rico, por el Colegio de abogados, a impartir una conferencia sobre despenalizacion), parece ser el responsable:
"A finales de 1983 trabajaba yo en una oficina del MININT cuando me visitó el coronel Armando Herrera Leal, director a la sazón del Combinado del Este y me pidió el listado de los reclusos que tenían más de dos o tres hechos de sangre en aquella prisión especifícicamente. Es decir que quería saber quienes eran los grandes matarifes allí.
La lista estuvo listo en unos minutos y entonces pidió los expedientes de aquellos reclusos y una vez que los tuvo se los llevó con él. Eran las diez de la mañana. A las dos de la tarde regresó Herrera con los expedientes y las siete penas de muerte para cada uno de aquellos criminales ya firmadas por Ramón de la Cruz Ochoa. Fiscal General. Roberto Orta, un sargento aventurero que poco después murió en una accidente, se encargó de reunirlos a todos, incluidos los dos que estaban en celdas de castigo. No se me olvida que uno de ellos, un negro, se puso muy nervioso pues intuía lo que iba a suceder. Me van a fusilar, me van a fusilar, no cesaba de gritar, desesperado. Y Roberto, despiadado, le dijo,"si, te vas para La Cabaña que esta noche te joden". Esa misma noche los fusilaron a los siete. Los fusileros eran cadetes de la academia del MININT, a algunos de los cuales luego ví sirviendo orgullosos en la brigada especial de la PNR. Los siete ataúdes estaban alineados uno al lado del otro, y un médico con su bata blanca fumaba nerviosamente mientras los fusilaban uno a uno. Después certificaba que estaban muertos y a la caja.
Esa noche terminó la carrera criminal de siete connotados asesinos, Por casi un año no se reportaron incidentes de violencia grave en el Combinado del Este, tal vez porque aquel acto bárbaro sirvió como escarmiento para el pueblo del abismo (como los llamó Jack London), o quizas porque otras cárceles ya estaba sinedo terminadas (Alamar, Valle Grande, etc) y al trasladar a los reclusos del Combinado a esas prisiones pues se aliviaba la tensión interna. Pero nueve meses después hubo otra agresión y entonces la historia continuó. La moral de la historia es que por mucho que nos empeñemos en reprimir, si permanecen las causas que motivan la comisión delictiva, el delito no cesará de existir."
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